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Consecuencias
 
Edición N° 6
 
Junio 2011 | #6 | Índice
 
Adolescencia y época
María Paula Castro, Isabel Carraro y Valeria Lamota
 

A partir de considerar la violencia en el ámbito escolar como un síntoma social, las autoras buscan indagar la posible relación entre la subjetividad adolescente en la época actual y los episodios de violencia frecuentes en la escuelas. Plantean un contrapunto entre lo que estaría del lado de la renuncia pulsional, de la ética del sacrificio, de los ideales, como lo que hace lazo entre los sujetos y las consecuencias del mandato de goce en la actualidad, sin renuncia, vacío de sentido, para poder pensar las coordenadas y las causas de este malestar en las instituciones educativas.

 

1. De la renuncia pulsional al mandato de goce

La ética de comienzos del siglo XX era una ética del sacrificio y de la renuncia. Época en la que la renuncia pulsional era impuesta por la cultura exigiendo al individuo renunciar a la agresión, a la satisfacción pulsional dirá Freud (1920), estableciendo de esa forma un contrato social que establecía un marco de regulación. La renuncia pulsional enmarcada en la ética religiosa del sacrificio se relaciona con la conciencia moral manteniendo una relación de interdependencia y encuentra su antecedente en Kant (1785) y en el Imperativo Categórico que forma parte central de su ética, donde cada uno debe renunciar a sus inclinaciones patológicas para responder a una máxima universal. Para Kant, el que más se sacrifica es el más virtuoso. Freud, quien toma al superyó como un derivado de la conciencia moral, dirá que cuanto más renuncia el sujeto el superyó se vuelve más crítico y severo.

La renuncia pulsional podemos pensarla del lado de los ideales. Dirá A. Stevens que la problemática de la adolescencia podía leerse antes como el tiempo de los ideales y que ahora es el objeto del mercado, el objeto de consumo del liberalismo el que tomó el lugar de los ideales, dice: "…con la declinación de la función paterna nos encontrarnos a menudo con adolescencias prolongadas que no cesan jamás porque para esos sujetos no puede haber allí constitución de un Ideal del yo estable. El apresamiento del sujeto en los objetos de consumo no constituye el Ideal y no permite constituir un Ideal. El sujeto se hace entonces partenaire de un objeto de consumo (…) la droga (…) video juegos, Internet"[1]

Stevens define a la adolescencia como "la edad de todos los posibles y del reencuentro con un imposible (…) Que todo sea posible por parte de las respuestas es sin duda exagerado pero es verdad que ciertos posibles son, en este momento, abiertos o reabiertos en cuanto a la elección de respuesta"[2].

Los fantasmas que funcionaban dando algún tipo de respuesta ahora le resultan insuficientes al adolescente. Los posibles que hasta ahora daban respuesta son cuestionados, son abiertos y esto enfrenta al adolescente al "reencuentro con el imposible"[3]. Es decir, aquello que hasta ahora no se cuestionaba, se presenta como interrogante y por consiguiente con el imposible de la respuesta. "La adolescencia, la edad de una gran variedad de respuestas posibles a este imposible que es el surgimiento de un real propio de la pubertad"[4].

En sus Tres Ensayos, Freud (1905) ya sostenía que durante el período de la adolescencia el sujeto debe replantearse su elección de objeto y su posición en cuanto a la sexuación. Y en este sentido es que podemos pensar al síntoma como una respuesta a este replanteo que debe hacer el sujeto, porque estas elecciones ya habían sido planteadas, pero ahora las retoma. Debe decidir para su existencia elecciones que -dirá el autor- probablemente sean puestas a prueba ulteriormente en la edad adulta.

Entonces, ¿a qué responde el adolescente con su síntoma?, dirá Stevens, a la inexistencia de la relación sexual, a la dificultad de lo que hay que hacer en cuanto al sexo, a la ausencia de un saber constituido a priori. La pubertad sería entonces uno de los nombres de la no relación sexual y la adolescencia la respuesta sintomática que el sujeto va a aportar allí. Siguiendo a Lacan (1962) podemos agregar que frente al encuentro con un imposible el sujeto organiza el síntoma como una posible relación al goce.

Es frente a un agujero, la ausencia de este saber, que surge aquello que se ofrece como un posible, un síntoma. Lo que dirá Stevens es que la "clínica de los adolescentes"es la"clínica del síntoma". [5] Durante la pubertad se produce el surgimiento de algo nuevo. En el cuerpo irrumpe lo que el autor define como "presión hormonal"[6] y está referido a las transformaciones que en el cuerpo de los adolescentes ocurren, un real que es orgánico, pensado en términos de órgano de la libido, como órgano de goce.

O sea que en el empuje hormonal, con todos los cambios orgánicos que implica, lo que importa es el discurso que lo acompaña porque lo que resulta realmente traumático de la pubertad es la relación al lenguaje en tanto en esa experiencia hay una cierta significación enigmática que al sujeto se le escapa.

Quizás los chicos o las muchachas han recibido de sus otros significativos algunas palabras al respecto, explicaciones de lo que les va a suceder en sus cuerpos: el cambio en la voz, la vellosidad, la primera erección, etcétera; el tema es que cualquiera que haya sido la explicación que recibieron, frente a este surgimiento esas palabras no sirven, porque no alcanzan para llenar el vacío de significación que se les presenta.

El adolescente se encontrará entonces con la imposibilidad de saber acerca de ese nuevo real frente al cual sus fantasmas desfallecen. Dicho desfallecimiento es de los fantasmas que de niño el sujeto construyó y que en este momento dejan de operar como respuesta respecto del sexo.

¿Cuál es la salida entonces? Porque la época actual impone un desafío. Podemos pensar en una salida. Como señala Vidal: "más o menos estable en lo que hace a las identificaciones siguiendo el modelo del Edipo que es la lógica del Uno representada por el padre. Sin embargo, la declinación de la función paterna propia de la época conduce a una experiencia antinómica a esta lógica del Uno/Todo, la de la diversidad, la pluralidad de las identificaciones, la multiplicación de los modelos. Del nombre del padre pasamos a los nombres del padre, en plural. Es decir, el nombre del padre pasa a ser una función y entonces son muchas las cosas que pueden cumplir esta función"[7].

Stevens menciona que "el padre como síntoma es una de las respuestas posibles. Pero en nuestra sociedad actual es cada vez más difícil responder con el padre, encontrar esta respuesta con el padre, en la medida en que hay una declinación de la función paternal"[8].

Ahora bien, hicimos la diferencia entre lo que podemos pensar como aquello que estaría del lado de la renuncia pulsional, y lo que podemos pensar como mandato de goce. Enunciaremos dos hechos actuales a modo de comparación y para profundizar el análisis: no son lo mismo las tomas de colegios secundarios y universidades por parte de estudiantes en el año 2010 o la toma del colegio Pellegrini en el año 2011 pidiendo mayor presupuesto y reformas edilicias, que estaría del lado de la reivindicación, de un Ideal que reúne y otorga un nombre a estos adolescentes en lucha; que los episodios actuales de violencia en escuelas donde no aparece algo del orden de la reivindicación ni de un ideal que unifique, como por ejemplo los destrozos en una escuela de Rosario por parte de alumnos secundarios que rompen el mobiliario de la escuela riéndose, lo filman y lo suben a You Tube (técnica 666). Episodio este último vinculado a la diversión, muy distante de la ética del sacrificio o de lo reivindicativo, apareciendo más bien en el orden del sin sentido. Lo filman y lo suben a Internet para que otros lo vean y se diviertan, con lo que podemos pensar que no hay masa, no hay identificación a un significante Ideal, hay consumo y en este sentido no hay cohesión sino que hay más bien disgregación, dispersión.

Stevens sostiene que la degradación de la función paterna hace que "todos sean iguales" o "todos parecidos"[9], pero esto no significa que la excepción no exista en alguna parte. Ubica que tal vez dicha excepción se pueda encontrar en aquellos que son rápidamente reemplazados. Vivimos en una sociedad de consumo, en un mundo globalizado en el cual todo ocurre de manera efímera, es todo en el aquí y ahora, y luego se descarta. Podemos pensar que esto nos iguala en tanto todos y todo tiene una fecha de vencimiento y una vida útil bastante corta. Podemos decir desde esta lógica que en la época actual somos todos descartables.

Stevens considera que la violencia puede ser un efecto directo de la degradación de la función paterna. Se trataría de un rechazo a ese efecto detodos somos iguales. Rechazo a responder frente a la degradación de la paternidad con una degradación de la virilidad. Podríamos pensarlo como una resistencia a que todo sea igual, a que todo sea efímero y rápidamente reemplazado por otra cosa.

En la actualidad, la declinación de los ideales ha traído aparejado la descomposición del lazo social, la violencia toma el lugar de la palabra, el síntoma desfallece y aparece la violencia como una respuesta que se generaliza. A partir de lo cual podemos agregar que es Lacan quien introduce un viraje, identificando que es el superyó en la actualidad quien exige goce, exige consumo, adrenalina, en el marco de un vacío de sentido, sin renuncia; gozar más, como mandato actual que no establece una regulación. Por lo contrario, los consumidores no hacen masa, no hay lazo entre ellos, hay algo que hace síntoma en el lazo social y es allí donde debemos apuntar para aproximarnos al estudio de la problemática de la violencia en las escuelas.

2. Adolescencia y actualidad, films y algunas reflexiones.

Entonces, si tenemos en cuenta que la violencia en las escuelas es un síntoma social de aquello que se presenta en la época como declinación de los ideales y su consecuente descomposición del lazo social; tendremos que reflexionar en relación a lo propio de la adolescencia en este aspecto, cómo se enmarca en este contexto de situaciones, cómo pensamos lo singular en el marco de algo que se presenta como un emergente social.

Vicente Palomera dice que en la adolescencia hay un no saber qué hacer frente a lo que se le presenta como extraño al sujeto: su sexo, su enigma de la vida, su cuerpo; ya vimos que Stevens plantea que la adolescencia es una respuesta sintomática frente a este no saber, entonces: ¿qué es la violencia en las escuelas?, ¿no será una modalidad del síntoma adolescente en la época actual que indica que falta la palabra? Entonces podríamos pensar a la violencia en las escuelas como una respuesta sintomática en la época actual que los adolescentes organizan en función de esta época en particular, donde el discurso rechaza el lazo social y donde bajo la forma de la inmediatez y la prisa, dirá Vicente Palomera, se pasa "del instante de ver al momento de concluir, y el tiempo de comprender?"[10] Se pregunta: parecería faltar, parecería que no habría tiempo para hacer circular la palabra, para escuchar estos mensajes, que podemos pensar como conductas de riesgo, donde se muestra que algo no anda bien.

Y en este sentido son paradigmáticas de la época tres películas: Elephant, Paranoid Park y Entre Muros, que muestran a adolescentes en su no-encuentro con el Otro de la palabra, en una época en la que podemos pensar que "No hay Otro" siguiendo la formula lacaniana de "el Otro que no existe"[11].

Las películas muestran de diferentes maneras a adolescentes que se encuentran en una etapa de enigma frente a la vida en general, frente a su propia vida, frente a su cuerpo, frente al encuentro con el Otro sexo, pero que no tienen a quién dirigirse. Películas en las que los adolescentes transitan solos, películas sin adultos representativos para los chicos, sí con pares pero sin encuentro, o con encuentros pero vaciados de significación. Aburridos, sin nada demasiado interesante para hacer ni para pensar, adolescentes enigmáticos, llenos de secretos que les permiten preservarse del Otro, conservar de esta manera su intimidad y así poder ser en una época donde todo puede ser visto. Una época que tomando a Stevens podemos llamar el "Tiempo de las desilusiones"[12], que retrata justamente esta problemática que venimos desarrollando vinculada a la falta de ideales y a la descomposición del lazo social que trae aparejada, producto de la declinación de la figura paterna, de la autoridad, lo que genera que la violencia tome el lugar de la palabra, y que ubique al docente como alguien al que se lo puede insultar.

Es Freud (1905) quien había dicho que los profesores son sustitutos de los padres, de las figuras encargadas de la crianza y que sobre los primeros recae la herencia de sentimientos que tenemos respecto de los últimos, que los docentes tropiezan con simpatías y antipatías con las que poco tienen que ver. En relación a esto, el mismo autor ubica los efectos en el sujeto de no retirar la autoridad de los padres, de no retirar la carga libidinal que sobre ellos recae; además se suscita en la actualidad la cuestión de cómo desasir la autoridad parental cuando éstos no la tienen, o cuando esa función está muy degradada en ellos; no es que el padre no cumpla la función simbólica sino que ya no representa ninguna excepción ¿entonces dónde encontrar la función de la excepción cuando ya se ha degradado la dimensión simbólica? La dimensión simbólica y todas sus manifestaciones por el lado del Ideal, se degradan y el fuera de sentido de la dimensión del objeto de consumo en la actualidad, se eleva al cenit social, con lo cual puede entenderse que el adolescente se enfrente más a la inexistencia del Otro que a su inconsistencia.

De este modo nos preguntamos qué pasa en los fenómenos de violencia que impregnan los lazos establecidos hoy en día en el ámbito de la escuela, aunque no solamente allí. No hay un encuentro, no hay palabra, y entonces allí aparece la violencia como respuesta social que se generaliza, pero también como respuesta singular a algo que se presenta como disruptivo. Porque la no circulación de la palabra, el no ser escuchados es violencia; entonces habría que ver cómo se puede desde nuestro lugar como profesionales de la salud mental abrir la posibilidad del lazo, escuchando a los adolescentes y permitiendo la circulación del deseo, de la creatividad en las respuestas posibles, que es lo que permitirá hacer circular la palabra.

Este espacio podría servir tal vez como un continuo frente a lo disruptivo que hoy en día el discurso imperante ofrece a los adolescentes. Sería importante tal vez, que ellos puedan encontrar esa superficie firme, que no opere de manera efímera, discontinua, sobre la cual hacer base y permitirse entonces fluctuar, dudar, preguntarse, cuestionarse, cuestionar y en definitiva comenzar a encontrar algún tipo de respuesta. Podríamos atrevernos a decir, entonces, que es necesario comenzar a sintomatizar su adolescencia.

Porque, seguramente, en la medida en que los adolescentes encuentren la posibilidad de hacer algún tipo de lazo, la violencia tendrá menos espacio para expresarse allí. La circulación de la palabra, la sublimación de las pulsiones, harían posible entonces que la descarga directa vía el cuerpo, vía el ejercicio de la violencia tenga cada vez menos lugar allí donde el síntoma pueda comenzar a surgir.

"Es un momento de invención, de creación, de obtener de la experiencia de su vida algo que es pura singularidad, un rasgo de estilo"[13]. Lacan (1974) llama a esto la pere-versión, dice el autor, una versión del padre que depende de una creación propia del sujeto tan necesaria en la época actual.

 
Referencias Bibliográficas
  • Argentina, Ministerio de Educación de la Nación. (2008). Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas. Cátedra abierta. Ciclo de videoconferencias: Lazo social y violencia. Goldenberg, M. Versión Electrónica en http://www.me.gov.ar/construccion/pdf_observatorio/catedra.pdf
  • Castro, P (2011). Entre la escuela y el dormir…nada demasiado interesante. Consecuencias Revista Digital de psicoanálisis, arte y pensamiento, 5. Versiónelectrónica en http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/005/default.php
  • Freud, S (1982). Tres ensayos sobre una teoría sexual. En Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, tomo VII.
  • Freud, S (1982). Sobre la psicología del colegial. En Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, tomo XIII.
  • Freud, S (1982). Más allá del principio del placer. En Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, tomo XVIII.
  • Goldenberg, M (2008). La película Elephant y la tragedia en el colegio. Manuscrito no publicado.
  • Goldenberg, M (2009). Paranoid Park y el secreto. Consecuencias. Revista Digital de psicoanálisis, arte y pensamiento, 2. Versión electrónica.
  • Kant, I (1998). Tránsito de la filosofía moral popular a la metafísica de las costumbres capítulo 2. En Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Editorial Porrúa. México.
  • Lacan, J. (2010). El Seminario. Libro 10. La angustia. Buenos Aires: Paidós.
  • Lacan, J (2010). El Seminario. Libro 22. R.S.I.
  • Miller, J-A (1991). El Recorrido de Lacan - Ocho Conferencias. Manantial: Clínica al Superyó. Buenos Aires, 1987
  • Miller, J-A (2004). Conference in Comandatuba. IV Congress of the WAP. Comandatuba - Bahia. Brasil.
  • Miller, J-A (2005) en colaboración con Eric Laurent: El Otro que no Existe y sus comités de ética. Capítulos II y III. Paidós Editores
  • Palomera, V (2010). Las conductas de riesgo son mensajes de la adolescencia. Diario de León.
  • Stevens, A. Adolescencia, síntoma de la pubertad. Manuscrito no publicado.
  • Stevens, A. Las salidas de la adolescencia. Manuscrito no publicado.
  • Vidal, J (2007). Simposio APC Adolescencia, el psicoanálisis y la diversidad: El modelo de Joyce de Lacan, retrato del artista adolescente.
  • Wacjman, G (2008). La regla del juego, Testimonios de encuentros con el psicoanálisis. Editorial Gredos.
 
Medios Audiovisuales
  • Cantet, L (2008). Entre les Murs (Película). Francia. Golem Distribución. Centre National de la Cinématographie (CNC).
  • Gus Van Sant (2003). Elephant (Película). Estados Unidos. Vértigo Films. HBO.
  • Gus Van Sant (2007). Paranoid Park. (Película). Francia- Estados Unidos. Avalon Productions. Centre National de la Cinématographie (CNC)
  • You Tube. Página web. Técnica 666. http://www.youtube.com/watch?v=bIctkfkMXoo
 
Notas
1- STEVENS, Alexander. Las salidas de la adolescencia. Manuscrito no publicado.
2- STEVENS, A. Adolescencia, síntoma de la pubertad. Manuscrito no publicado.
3- Idem.
4- Idem.
5- Idem.
6- Idem.
7- VIDAL, J. Simposio APC Adolescencia, el psicoanálisis y la diversidad: El modelo de Joyce de Lacan, retrato del artista adolescente, 2007, p. 1
8- Stevens, A. op. cit.
9- Idem.
10- PALOMERA, Vicente. Las conductas de riesgo son mensajes de la adolescencia. Diario de León, 2010.
11- MILLER, Jacques-Alain, en colaboración con Eric Laurent: El Otro que no Existe y sus comités de ética. Capítulos II y III. Paidós, Buenos Aires, 2005.
12- STEVENS, A. Las salidas de la adolescencia. Manuscrito no publicado.
13- Vidal, J op. cit. p. 3.
 
 
 
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