Este número de Consecuencias invita a abordar consideraciones acerca de la ciencia, la política, el mercado; y del psicoanálisis y sus versiones del amor, del cuerpo y de lo real, entre otras.
Su lectura nos conduce a reflexionar sobre el avance científico, instalado culturalmente a todas luces como necesario; y asimismo los derroteros de sus límites, sus reduccionismos deterministas, su imposibilidad para decirlo todo sobre el sufrimiento humano, aunque lo intenta, hay que decirlo.
La sombra del mercado ha caído sobre la ciencia, un matrimonio de conveniencia, acuerdos, gadgets y desatinos, empujado febrilmente por una prisa que no da lugar al tiempo de comprender, a la hiancia subjetiva, a la pregunta.
El tiempo del psicoanálisis introduce una distancia ética, un guión de separación, para hacer lugar al hablante ser y su decir acerca de sus enredos con el amor, con el cuerpo, con el síntoma.
El deseo del analista, orientado por lo real, invita al analizante, aún, a seguir soñando, no para identificarse al inconsciente, sino para trazar a través de él un recorrido posible vía el equívoco, la contingencia, la poética. ¿Hacia dónde? a lo más propio, lo más singular del goce, para reinventar el lazo y disponer del cuerpo, de la buena manera; esto es: hacer con lo que hay, hacer con lo que se tiene y con lo que falta. |