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Consecuencias
 
Edición N° 11
 
Noviembre 2013 | #11 | Índice
 
Lo que hace agujero en lo real [1]
Por Sérgio de Campos
 

Sérgio de CamposMenos en la dirección de esclarecer y más en la de indagar, propongo considerar la siguiente enunciación de Lacan en el Seminario XXIII, El Sinthome: "Lo que hace agujero en lo real". Lacan habla sobre su viaje a USA y sobre el encuentro con Noam Chomsky. Confiesa su sorpresa al percibir su distancia con Chomsky cuando escucha su tesis de que "El lenguaje es un órgano determinado por un hecho genético". Aunque Lacan concuerda, parcialmente, con Chomsky, señalando que el lenguaje es un órgano, por tener una función, pero sin base innata, injertado por el Otro y situado fuera del cuerpo[2].

Para Lacan, debido a que el sujeto está dividido por el lenguaje, de esa división resulta la instauración de lo real como traumatismo. En efecto, el traumatismo del lenguaje no es un acontecimiento, pero procede en la medida en que, gradualmente, somos contaminados por él. Así el lenguaje está ligado a la sexualidad que hace agujero en lo real[3]. "Sería imposible el manejo del lenguaje a menos que se admita que él hace agujero en lo real". Y completa: "Es por esa función de agujero que el lenguaje opera su captura sobre lo real". Por lo tanto Lacan señala que no hay verdad posible excepto cuando lo real se vacía. Además "el lenguaje come lo real", concluye. Por último, el lenguaje no es un mensaje, sino que se sostiene sólo por esa función a la que Lacan denomina hacer agujero en lo real[4].

Creo que toda la dificultad de aprehender ese enunciado de lo que hace agujero en lo real es por el hecho de estar acostumbrados a pensar el agujero en una superficie o en algo que posee una consistencia. Se sabe que la consistencia es aquella que es simbolizada por la superficie. Sin embargo lo real no tiene superficie, tampoco consistencia, en la medida en que se funda no por el sentido, sino como fuera de la ley.

El Otro está siempre en falta, incompleto, pues existe siempre la posibilidad de introducir por medio del acto creativo, a través de ese agujero, un significante nuevo, de suerte que Lacan escribe S(Ⱥ).

Lo simbólico se distingue por estar especializado, como agujero, pero el verdadero agujero es aquél que revela que "no hay Otro del Otro". La enunciación "no hay Otro del Otro" puede ser leída como no hay metalenguaje, ya que no hay alteridad que responda, tampoco que afiance, autentique o garantice que algo sirva de referencias al Otro. Por lo tanto, en el lugar del Otro del Otro, no hay ningún orden de existencia[5].

La enunciación no hay Otro del Otro se sitúa entre lo real y lo imaginario vinculados por lo simbólico, y es justamente allí que se localiza la posibilidad de hacer ciencia[6]. Entonces se puede pensar que sólo hay ciencia porque el Otro está barrado y porque "no hay Otro del Otro".

Por otra parte es, por el mismo agujero por donde la ciencia nace, que el goce del Otro cruza en dirección al infinito[7]. Paradójicamente, si por un lado la ciencia es fruto del agujero en lo real; por otro, sus respuestas contribuyen para tapar ese mismo agujero. Así lo real sin agujero emerge como un trozo, un pedazo, expresado como pulsión de muerte. Por lo tanto, "la pulsión de muerte es lo real en tanto no puede ser pensado más que como imposible"[8]. Sólo tenemos acceso a pedazos de lo real como límite de la experiencia. "Lo real es siempre un pedazo, un carozo. Un carozo alrededor del cual el pensamiento divaga; pero su estigma, el de lo real como tal, consiste en no enlazarse con nada"[9].

Lo contemporáneo –a través de la ciencia, del capitalismo y de la técnica– produce efectos de debilitamiento en la efectividad del lenguaje. Podemos decir que en lo contemporáneo encontramos cuerpos a merced de la invasión de un real desordenado, sin agujero, en la medida en que las palabras surgen vacías sin recubrir plenamente la Cosa. Lo que se refleja como consecuencia de ese evento es la agitación de los cuerpos por lo real sin ley. Entonces podemos preguntarnos si hay agujero en lo real como alguna vez lo hubo; y cómo se presenta lo real en el mundo de hoy. Se puede pensar que las normas propuestas recientemente en los más diversos segmentos de la civilización, surgen como una especie de curativo para tratar de sanar la pérdida de eficacia del lenguaje y apaciguar, sin éxito, los cuerpos.

Si el lenguaje ya no produce más los efectos deseados de antes, lo que notamos es un real en desorden, sin ley, como podemos verificar en la clínica. Así la agitación retórica del significante en el decir humano se hará encuadrar por una trama de significantes fijos como los astros[10]. No es que lo real de antes tenía ley, sino que el lenguaje modulaba con sus agujeros. Así, se trata de un real sobre el cual el lenguaje no es tan capaz de incidir, lo que muestra en la actualidad un empuje al oscurantismo de la convicción religiosa de que haya Otro del Otro; y por consecuencia un riesgo para el futuro del psicoanálisis. Lo real sin agujero está lleno de sentido por la hermenéutica. Finalmente, "la mayor necesidad de la especie humana es que haya Otro del Otro". "El Otro del Otro es aquel a quien llamamos generalmente Dios, pero el análisis lo revela, simplemente como La mujer"[11]. Sin embargo, si la mujer no existe, es porque ella se configura en el no–todo sólo como agujero de l/a mujer.

Si el sentido carga lo real y el ser hablante juega en el atolladero, el acto analítico al hacer agujero, vacía el sentido y hace a lo real respirar, tornando la vida más leve. La oferta de un real, propuesta por Miller para el siglo XXI, se orienta por la fuga de sentido, capaz de desordenar la defensa contra lo real, vaciar al Otro del inconsciente y reducir el Nombre del Padre a un sinthoma que haga suplencia de un agujero, configurándose como la inexistencia de la relación sexual[12].

 
Traducción: Romina Laura Piñero
 
Notas
  1. Texto originalmente publicado en "Uno por Uno", boletín electrónico del Consejo de la EBP, número 172, del 16 de abril del 2013 y gentilmente disponible para su divulgación en su idioma original (portugués) en el Boletin SINaPSY #11: http://jornadaebpmg.blogspot.com.ar/2013/08/sinapsy-11.html
  2. Miller, J.–A., 1999, A invenção psicótica, Opção Lacaniana, n. 36, São Paulo, 2003, p. 9.
  3. Lacan, J., 1974, O despertar da primavera, Outros escritos, Rio de janeiro: Jorge Zahar editor, 2003, p. 558.
  4. Lacan, J., 1976, O Seminário, Livro XXIII, Rio de Janeiro: Jorge Zahar editor, 2007, p. 31–32.
  5. Idem, p. 130.
  6. Lacan, J. La Tercera, Jacques Lacan, Intervenciones y Textos, Buenos Aires : Manatial, p. 104.
  7. Ibíd, p. 104.
  8. Lacan, J., 1976, O Seminário, Livro XXIII, Rio de Janeiro: Jorge Zahar editor, 2007, p. 121.
  9. Ibíd, p. 119.
  10. Miller, "O real no século XXI", Apresentação do tema do IX Congresso da Associação Mundial de Psicanálise 2012 (AMP).
  11. LACAN, J., 1976, O Seminário, Livro XXIII, Rio de Janeiro: Jorge Zahar editor, 2007, p. 124
  12. MILLER, O real no século XXI, Apresentação do tema do IX Congresso da Associação Mundial de Psicanálise (AMP).
 
 
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