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Consecuencias
 
Edición N° 11
 
Noviembre 2013 | #11 | Índice
 
Encuentros y desencuentros amorosos
Por Verónica Casak
 

"Esa mano que se tiende hacia el fruto, hacia la rosa, hacia el leño que de pronto se inflama, su gesto de alcanzar, de atraer, de atizar, es estrechamente solidario de la maduración del fruto, de la belleza de la flor, de la llamarada del leño. Pero cuando ese movimiento de alcanzar, de atraer, de atizar, la mano ha ido lo suficientemente lejos hacia el objeto, si del fruto, si de la flor, si del leño, surge entonces una mano que se acerca al encuentro de esa mano que es la de ustedes y que, en este momento, es vuestra mano la que se detiene en la plenitud cerrada del fruto, abierta de la flor, en la explosión de una mano que se inflama, entonces, lo que ahí se produce es el amor."
J. Lacan, Seminario de La Transferencia.

 

El Encuentro

Tras incursionar en la clínica psicoanalítica de parejas, comenzaron a aparecer distintos interrogantes, acerca del desempeño del analista en la misma, pero esto tiene que ver con el quehacer, y mis preguntas se remontaban aún más atrás. ¿Podría definir qué es el amor? ¿Qué hace que dos sujetos que se encuentran se perpetúen en el tiempo como pareja? Decidí partir desde el que consideré un punto de partida, para luego llegar a lo más clínico. Uno de los acercamientos de J. Lacan al tema del amor, lo hace pensarlo en términos de una metáfora, en la que se produce una sustitución del eromenos por el erastés, ocurre cuando cambia la posición del amado por la de amante. Esto es lo que sucede en la cita transcripta. La mano que se acerca al objeto flor, leño y fruto para tomarlo, se encuentra con la transformación, ese objeto ya es otra mano extendida, dejando al sujeto activo, como objeto. El mito de Lacan, recrea un amante que en la iniciativa de un encuentro, se halla ante la presencia de un cambio de posición del objeto, que pasa a ser activo y deseante. Se me ocurre pensar el amor de pareja, en términos de movimiento, de cambios, de transformaciones de ambos sujetos en la línea del tiempo. ¿Aquello que unió a dos sujetos hace 20 años, los sigue uniendo en la actualidad? Sabemos que en la clínica, nos encontramos ante la presencia de dos subjetividades enlazadas, que pasan por distintos momentos, que van anudadas, muchas de la veces desde lo más gozoso, que hasta puede durar toda la vida. Ambos fantasmas anudados les abren el camino para una ilusoria complementariedad. El anudamiento fantasmático, hace que la pareja esté sostenida como soporte a modo sintomático, es la ilusión de que el otro me dará aquello que no tengo. Algo sucede ante la presencia de ese otro, algo que pareciera estar más del lado de lo familiar. El otro es maravilloso, en tanto el tiempo de enamoramiento, viene a velar la castración. El amor surge de una contingencia a la que le urge evocarse como necesaria. En el Seminario 20 J. Lacan sostiene que el hombre cree abordar a la mujer pero lo que en verdad aborda es el objeto de su fantasma, para poder hacer el amor con ella, deberá pasar por la castración; sino ambos quedan en una relación a modo de pares, en la que la mujer es fácilmente reemplazable por otra.

Siguiendo la línea del intento de dar respuesta a otra conceptualización del amor, Alain Badiou, filósofo francés, toma el amor en términos de separación, para el autor, se trata de dos subjetividades que trascienden en el tiempo. El amor, es una construcción, en una escena de Dos, que comienza con el acontecimiento del encuentro, entre estas dos diferencias. Es el procedimiento de una verdad del Dos, una verdad con características propias de cada pareja. Mientras la pareja transcurre, se suceden pruebas, tentaciones, etc., cada nueva aparición puede ser planteada como un punto en el que es importante, encontrar los términos de una nueva interpretación, de lo que también suele llamarse, pacto fundacional.

El Desencuentro

Comencé situando el amor de pareja en términos de temporalidad y siguiendo por ese camino, escucho decir en la clínica a Inés: "Se perdió el encanto" y Martín agrega: "No quiere que la toque…", "Al principio estábamos siempre juntos, no queríamos despegarnos, ahora cada uno anda por su lado". La viñeta a modo de ejemplo, daría cuenta, de que algo del fantasma ha sido conmovido. Aquella manera de relacionarse de ambos sujetos, parece que no está funcionando, motivo por el cual, llegan a la consulta. El anhelo de no poder despegarse, habla del amor desde su vertiente más imaginaria, en el que no habría lugar para la falta, lejos está este tiempo de enamoramiento, de lo que es el amor para Alain Badiou, quien enmarca la escena del Dos, basada en la diferencia. El no poder despegarse, va en la línea de hacer uno de dos.

La decisión de una pareja cuando consulta, suele estar motivada por la vacilación fantasmática de algunos de sus miembros con consecuencia en el otro, que conlleva a la visita a un profesional. Aquel encuentro traía aparejado un posible desencuentro, que dicho sea de paso, también es estructural. Algo del orden del imaginario del amor, cae y aparece el otro, con su real más desnudo, dando lugar en algunos casos a la aparición del malestar de la pareja. Van cayendo los velos ilusorios a medida que surge otro, al que se desconoce; ese que ahora se presenta con sus síntomas, inhibiciones, repeticiones de su historia familiar, etc. La pareja muchas veces es terreno fértil, para la actuación de este bagaje que claramente se percibe en la clínica, en la que más allá de la escucha del discurso, se levanta el telón de la actuación.

El Caso

Inés y Martín, llevan casados 10 años y tienen dos hijas, una de 15 y otra de 4 años de edad. La mayor es hija de Inés y de su ex marido, relación que duró un año. La menor es hija de la pareja que consulta. Martín lleva la voz cantante, y en tono denunciante, dice que Inés siempre tiene dolores corporales y que esto le sirve de excusa, para no dejar que la toque. "Le regalo flores, le mando mensajes románticos y nada…". Inés se ríe al escucharlo. Para Martín, a su esposa nada le alcanza, según sus dichos. Detalla las diferentes tareas domésticas que el mismo realiza, además de cuidar de las dos hijas, en el horario que su esposa trabaja.

En la misma escena Inés, plantea otra queja, dice que no sabe si lo ama y en algo acuerda con Martín, ya que también sostiene no alcanzarle, lo que él hace o dice. Relata estar cansada de ocuparse de administrar la economía de la casa, porque su esposo de este tema no sabe nada. Inés, es bancaria como lo era su padre, ya fallecido. Heredó de él, una cajita de madera, en la que guarda el dinero para pagar las cuentas de la casa, esta misma caja era la que usaba su padre cuando ella era chica. "Cuando murió mi papá me puse la casa al hombro, me ocupé de pagar el viaje de egresados de mi hermano". Ese año, Inés estaba embarazada de su hija mayor y ya no vivía en la casa de su padre. Durante las entrevistas puede registrar algo de su posición que se repite en la relación de pareja, puede con todo. Se vuelve a poner la casa al hombro está vez, para quejarse, que si no es por ella, todos hacen mal las cosas. Se lo interroga a Martín, para saber que puede decir acerca de esto, y dice estar de acuerdo en que para él, es mejor no saber acerca del dinero, porque es muy malo como administrador. Se me ocurre pensar que ambos armaron un particular anudamiento, en el que a la todopoderosa le viene muy bien un partenaire que esté en posición de no poder.

Martín, presenta el costado más amoroso de la pareja, estando más del lado de ocupar una posición femenina. Desde lo manifiesto, comenzó su relación, cuando Inés, tenía a su hija de dos años, ejerciendo el lugar de padre. Se me ocurre decir desde lo manifiesto, porque me encontré con otra manera particular de anudamiento, en relación a la historia familiar de Inés. A sus 14 años, su padre descubre que la madre de Inés, le había vendido las joyas heredadas, y había puesto un negocio de venta de ropa a escondidas de su marido. La paciente recuerda que su madre, ese año, solo iba a dormir a la casa, estaba preparándose para separarse. Ante tal situación, comenta Inés, que en una pelea familiar, su padre y ella, echan a la madre de la casa. De ahí en más su relación con la madre, se tornó muy conflictiva.

Martín, viene a ocupar el lugar materno, que Inés por su historia, deja vacante, queda marcada por una madre que no estuvo en el tiempo de su adolescencia a partir de ese acontecimiento, la paciente, esboza ponerse la casa al hombro. Para no ser como su madre, elige un hombre para que desempeñe ese rol.

Me pregunté en este caso, que línea seguir respecto del trabajo analítico, el punto fue intentar que se reediten los enlaces, respetando las diferencias. Se intentó darle lectura a ambas posiciones a fin de ver el engarce fantasmático entre ambos y las vacilaciones. En el caso particular citado, se trató que Inés pueda revisar algo de la maternidad por el lado de su madre, como así también de ahondar por la variable de la no toda, ya que no deja lugar para ese vacío, asumiéndose toda, en las responsabilidades. Desde Martín, ir por la línea de darle una mirada flexible para empezar a pensar, que hay otras opciones, más allá de ocupar un lugar materno. Armar un recorrido, en el que pueda circular, sin sostenerle a su pareja el lugar de todopoderosa.

 
Bibliografía
  • Lacan J., "Capítulo 4", Seminario 8, La Transferencia, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2003.
  • Soria Dafunchio, N., Nudos del amor. Editorial Del Bucle, Buenos Aires, 2011.
  • Badiou, A., Elogio del Amor. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2012.
  • Rivadero, S. M., "El Diagnóstico en el Tratamiento de Pareja y Familia", fuente web: http://www.imagoagenda.com
 
 
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