Desde el Consejo Editorial y el Comité de Redacción decidimos que esta 12va edición de Consecuencias viese la luz de las pantallas a posteriori del IX Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis: Un real para el siglo XXI.

Un real tuvo su cita en París en abril próximo pasado y nuestra Revista se dejó atravesar por los alcances, las variaciones y las resonancias que la comunidad analítica trabajó, discutió y produjo allí. En el enredo del intercambio subsiste siempre un imposible. En fin; a cada quien un real, desordenado y contingente, pero siempre en su singularidad, su diferencia.

Margarita Álvarez, a modo de notas, recoge retazos, trozos epistémicos del Congreso, transmitiendo vivamente algo de lo acontecido en esa semana de trabajo.

Entrevistado por Mario Goldenberg, Miquel Bassols habla para Revista Consecuencias en el Palais des Congrès. Propone pensar una tarea del discurso analítico para el siglo XXI: separando el registro del saber del de la creencia, –que ni la ciencia ni la religión pueden separar–, los analistas podamos hacer aparecer el real propio del inconsciente, el inconsciente que llamamos real, como aquello que escapa a la creencia y a la producción total de sentido. Y dirá que hay que poder mantener la especificidad del psicoanálisis: que no se puede normativizar ni regular[1] el encuentro de un sujeto singular con un real. La transferencia misma, siempre sorpresiva, no admite regulación posible.

La otra parte del video de Bassols está en relación al tema de la violencia. Ahí encontramos una línea que atraviesa varios trabajos publicados en este número y que está en consonancia con la inminente creación de la Fundación Consecuencias[2].

Bassols va a tomar tres lugares segregados drásticamente por la cultura y asimismo por estructura, –como lo más ignorado e insoportable del goce propio de cada uno–, a saber: la infancia, la locura y lo femenino. Y como respuesta a esa segregación aparece la violencia, en sus modos singular, grupal o de masa; donde los roles víctima y victimario son de la partida. La apuesta del psicoanálisis ha de apuntar a declinar el lugar de la víctima y apuntar a la responsabilidad.

O, al decir de Mario Goldenberg, el fenómeno mismo del bullying imprime una lectura fantasmática de los lugares de maltratador y maltratado, en vez de hacerlo por la vía del síntoma y la responsabilidad subjetiva sobre el acto. Se trata entonces de poder leerlo como síntoma y no como fantasma. –A propósito del tema escúchese asimismo la entrevista sobre "Violencia escolar" que le hicieran en Radio Lacan, incluida también en esta edición–.

Marie–Hélène Brousse, entrevistada por Ana Vallejo en París en 2013, hace un recorrido imperdible por el cada uno con su goce y, hacia el final, toma la pasión victimaria como un fantasma muy de la época y lo que se produce como contrapartida: la pasión de la venganza.

Eric Laurent, en su texto sobre racismo, trabaja el rechazo primordial a un goce inasimilable, extraviado, que es diferente al propio. Todo conjunto humano conlleva, dice tomando a Lacan, un no saber fundamental sobre el goce que correspondería a una identificación; está en el fundamento mismo de todo lazo social.

Romildo do Rêgo Barros ubica que la violencia está en el límite de la palabra y que es siempre un atentado contra lo íntimo. Su tesis es que la violencia excluye la palabra y que el insulto puede ser pensado como un significante en lo real.

Ana Campelo toma el miedo como imperativo de la época y trabaja el discurso del bullying como un discurso que rechaza el lazo al otro y, por tanto, al conflicto inherente a cualquier forma de lazo social.

No quiero dejar de destacar el aporte de Javier Peteiro Cartelle con su ponencia "La crisis del discurso científico" el cual tiene su lugar especial para nosotros en el trabajo de investigación de este año en el Departamento de Psicoanálisis y Filosofía – Pensamiento Contemporáneo.

Luego, temas variopintos se dan cita en esta publicación. Asistimos a los clásicos; el deseo, el amor y el goce; a los contemporáneos: lo real, el cuerpo y el síntoma y a los inquietantes: lo extraño, lo diverso y lo indecible.

Resta entonces recorrer cada uno de los trabajos para palpitar lo que tocó y enredó de modo singular a cada uno de los autores quienes gentilmente acompañan y dan cuerpo a esta nueva edición.