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Consecuencias
 
Edición N° 15
 
Mayo 2015 | #15 | Índice
 
Comentario sobre el film "Ciudad de Dios"
Por Mario Goldenberg
 

Mario GoldenbergEn el marco del Encuentro Brasilero del Campo Freudiano 2014, que lleva por título "Trauma en los cuerpos y violencia en las ciudades", quería comentar la película "Cidade de Deus", "Ciudad de Dios" en español, que tuve oportunidad de ver en el momento del estreno en 2002 y la pude ver nuevamente para este comentario. Realmente es una película muy interesante por el abordaje del encuentro en el sentido de la violencia en las ciudades como síntoma social y el aspecto de marca singular en cada sujeto, de la violencia.

La película cuenta la historia en una favela de Río de Janeiro entre los años '60 y '80, realmente volver a verla me resultó muy interesante por el recorrido del guión. Hay varios personajes: Zé Pequenho y Mané Galhina, que son los lideres de las dos bandas que se enfrentan, pero hay un personaje éxtimo que pertenece a la favela pero a la vez no forma parte de las bandas de narcos o delincuentes, que es Buscapé, quien después deviene fotógrafo y había sido hermano de uno de los integrantes de los primeros grupos de delincuentes de Trío Ternura, que luego terminan muertos.

Me resultó interesante la película por el modo de abordaje de la violencia. La violencia de estos sujetos de las bandas –evidentemente el narcotráfico les permite prestigio, poder, alcanzar algún lugar–, es muy interesante la relación a lo femenino porque aparece la violencia como una manera, podríamos decir, de profusión del goce fálico de masculinidad. Uno de los niños repite una frase dos veces, que me resultó clave, –"ya maté, ya robé, ya aspiré, ya fumé, soy un hombre"–. Ninguna mención a lo femenino…, matar, robar, aspirar cocaína, fumar maconha… ya con eso es un hombre.

En la banda de Zé Pequenho y Bené , es llamativa la amistad entre ellos por la forma en que se juega la diferencia respecto de lo femenino. Zé Pequenho, quien es primeramente Dadinho y luego asume ese nuevo nombre como jefe de banda, es alguien quien no tiene relación con lo femenino, en la película, el único modo de abordaje a las mujeres es a partir de una violación. En cambio Bené constituye una relación de amor con Angélica, que eso mismo lo lleva a pensar en dejar la favela y, de alguna manera, la delincuencia. Ese punto me parece muy interesante por lo que ha planteado Miquel Bassols en su presentación para las Naciones Unidas respecto a la violencia contra las mujeres donde lo segregado es la locura, la niñez y lo femenino. En este caso, queda muy claro en la película, cómo lo femenino está segregado de esta guerra. No solamente está segregado por la violencia sino también por la droga, por la adicción.

Hay un detalle que me resultó significativo al volver a ver la película, es el personaje Buscapé quien después se vuelve fotógrafo. Hay una escena, en la guerra entre las dos bandas de Mané Galhina y Zé Pequenho, uno de ellos, Mané Galinha queda herido y sale su foto en la tapa del Journal do Brasil, donde trabaja como repartidor Buscapé. El contrincante de Mané Galinha, Zé Pequenho, cuando ve la tapa se pone furioso y le pide a Buscapé que le saque una foto sabiendo que él quería tener una cámara y que aspiraba a la fotografía. El personaje de Buscapé es interesante porque, de algún modo, queda fuera de la guerra, no aparece en esa línea, pero a la vez su aspiración hacia Angélica queda diluida porque no forma parte de esa guerra entre hombres. Zé Pequenho le pide a Buscapé fotos, él saca las fotos y las lleva al Journal do Brasil para revelarlas y, por una contingencia, un malentendido, esas fotos las ve una redactora del periódico y salen en la tapa del Journal do Brasil. Buscapé como repartidor, se encuentra con esa tapa y dice: "bueno, con esto estoy muerto", increpa a la redactora, a la periodista que puso esa tapa y, sorprendentemente, pasa algo muy interesante que tiene que ver con nuestro abordaje de la violencia actual, Zé Pequenho y su banda, cuando ven la foto en la tapa festejan contentos. Yo creo que ese detalle es clave en relación a la película y a la violencia actual. La violencia actual es parte del espectáculo, nadie quiere quedar en el anonimato y en secreto. Todo lo que hemos visto recientemente sobre los videos de decapitaciones, lo que se muestra de las masacres en las escuelas, todo eso me parece que forma parte de cómo la violencia se inscribe en lo mediático.

Para estos sujetos violentos tener una existencia en lo mediático, más allá de la ley, evidentemente les permite –como decía Andy Warhol– quince minutos de fama. Este detalle de la película, más allá de lo que dije anteriormente en relación a lo femenino y al goce fálico en juego, las armas y la adicción, me parece que es interesante porque la violencia en esta época es parte del espectáculo y del entretenimiento.

 
 
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