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Consecuencias
 
Edición N° 15
 
Mayo 2015 | #15 | Índice
 
El trauma de lo imprevisto
Por Belén Zubillaga
 

"... no se trata de eliminar por completo la inclinación de los hombres a agredir; puede intentarse desviarla lo bastante para que no deba encontrar su expresión en la guerra."
Sigmund Freud
(1933) [1]

El significante Violencia, se ha convertido en la vedette de los medios de comunicación. Todo es explicado y justificado desde allí. Los femicidios, los casos de violencia de género, el bullying, viejos síntomas sociales que encuentran nuevos nombres, etiquetas masivas.

Sin embargo ¿qué es lo nuevo?

Bullying o violencia escolar

Belén ZubillagaSegún Wikipedia (amo del saber virtual) "el bullying es el acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, matoneo escolar) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia. Siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas. El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar."

Lo que para el psicoanálisis es el odio al goce del Otro, el desprecio al semejante porque goza distinto, o porque reconoce en el diferente el propio goce.

Lo éxtimo, tan extraño como íntimo, es lo que se juega en cualquier manifestación de violencia, agresividad u odio. Base del racismo como dice Lacan. Muchas de estas problemáticas incluso, pueden pensarse desde allí. Lo que algunos llaman "racismo sin argumento ideológico".

El bullying es una forma hipermoderna de ello, despreciar a alguien porque goza distinto, a veces a "simple vista" solo por su aspecto, sin ideología, ni sustento más que como luce.

Las campañas contra el bullying además de mostrar las estadísticas minuciosas, clasifican los subtipos de bullying: el homofóbico, el sexual, el cyberbullying –o ciberacoso–, el de exclusión, el racista, el de peso, entre otros. En algunos casos podría pensarse más en la incitación al mismo que en su planeada prevención.

El etiquetamiento y la patologización de las "conductas", convierte cualquier suceso entre pares como ataque, acoso violento. El viejo comentario "siempre existió" resuena polémicamente para la comunidad educativa y familiar que suelen, en algunos casos, hacer uso obsceno del mismo.

Los cambios de colegio, la asistencia psicológica especializada, están a la orden del día. Sin pregunta, sin distancia. Obediencia al discurso del amo, o demanda de la oferta.

En otros casos la "víctima" queda confundida con el agresor judicializado, como lo muestra la siguiente imagen de otra campaña contra el bullying.

No es sin consecuencias además, convertir en delictivas dichas modalidades de los niños o jóvenes. La agresividad constitutiva o inevitable de todo sujeto encuentra allí una nominación repudiable.

Una joven que atendí, cambió múltiples veces de establecimientos educativos por recibir agresiones de sus compañeras, el consentimiento de sus padres, la creencia ciega en la problemática social, hizo imposible cualquier acceso de su hija a una pregunta a cerca de su implicancia en el asunto. El hacerse rechazar y castigar de su modalidad de goce, quedaba coagulado por la certeza del odio del Otro.

Femicidios o violencia de género

De nuevo volvamos al saber calificado de Google. Así define Wikipedia el asunto:

"La violencia de género es un tipo de violencia física o psicológica ejercida contra cualquier persona sobre la base de su sexo o género que impacta de manera negativa su identidad y bienestar social, físico o psicológico […] La violencia de género es un problema que puede incluir asaltos o violaciones sexuales, prostitución forzada, explotación laboral, el aborto selectivo en función del sexo, violencia física y sexual contra prostitutas, infanticidio femenino, castración parcial o total, ablación del clítoris, tráfico de personas, violaciones sexuales durante período de guerra, patrones de acoso u hostigamiento en organizaciones masculinas, ataques homofóbicos hacia personas o grupos de homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgéneros, entre otros."

Así descripto, cuesta encontrar qué no sería violencia de género y a su vez ¿por qué entonces se usa casi exclusivamente para referirse a mujeres?

Estos casos –siempre considerados de víctimas mujeres– han convertido en "víctimas" a miles de mujeres y en "abusadores", "violentos" a otros tantos hombres. Los centros de ayuda a la víctima, la cantidad de instituciones abocadas a la asistencia de la problemática, vuelve casi imposible el abordaje desde el punto de vista del goce en juego. El "¡Denunciá!" "¡Andate!" pone a la mujer en cuestión, en un riesgo a veces mayor del que se cree. Algunas campañas, generan aún más violencia.

"No sos hombre" o "Tolerancia cero con el agresor", ¿qué significa? ¿No irrita en lugar de calmar? ¿No es invertir el lugar de la víctima? La lógica del rival o el enemigo, tan peligrosa por estos tiempos.

¿Por qué las campañas se centran únicamente en las mujeres? ¿Más allá de las cifras, cuál es el motivo por el cual conviene hacerlo? El machismo condenado por las campañas ¿de quién es?

¿Qué le ofrecen estos servicios especializados a las víctimas? Pasajes al acto, suicidios, homicidios suelen ser algunos de los resultados no previstos y peor aún "prevenidos".

No le corresponde al Estado resolver quizás estos enigmas, si a los psicoanalistas, muchos funcionarios del sistema, hacer uso calculado de esos espacios, para introducir otra cosa.

Como bien nos alerta Jacques–Alain Miller en Sutilezas Analíticas, a veces se puede ser el caballo de Troya que termina siendo más funcional al amo de lo que se cree. "La máscara del amo se termina incrustando".

Epidemia violenta

Para concluir, y partiendo del epígrafe freudiano, no es algo de la época la violencia. Si su modalidad pluralizada, a todos los niveles y su detección. Lo secreto se hace, como vemos y sabemos, público. Típico de la sociedad del espectáculo en que todo es filmable y como tal visible. Que se vea hace además pensar que se ha multiplicado el fenómeno. Ya Lacan auguraba el aumento de agresivas en la modernidad, ejemplo entre hombres y mujeres, producto de la caída de ciertos ideales. El ascenso de la mujer a los lugares "masculinos" entre otros. Sin embargo "la pantalla", la "cámara omnivoyeur" hace que lo que era terreno de la intimidad pase a ser un espectáculo contemplable por cualquiera.

Del mismo modo, en los jardines y colegios, donde un padre solo con poner una cámara en la mochila de su hijo, puede ver y monitorear lo mismo que ven los ojos de su hijo. Las niñeras, los profesores, todos bajo la mirada. ¿Esto no pasaba? ¿Qué hubiéramos visto si poníamos esos pequeños gadgets en las porta útiles de nuestros abuelos? El castigo era parte de la educación.

Esto solo a los fines de esclarecer, que no es actual sino visible o controlable desde el ojo.

Si son actuales los enfrentamientos de patotas, de barras bravas, de tribus urbanas, efectos de identificación, consecuencia de un imaginario no pacificado por lo simbólico.

La violencia actual podemos pensarla como producto de la ruptura de los lazos[2], por la declinación de la autoridad, consecuencia a su vez de la caída del Nombre–del–padre de su lugar de regulador simbólico del goce.

Lo imaginario desatado de la mediación simbólica permite comprender los fenómenos de violencia cotidiana, doméstica, epidémica, donde el Otro ya no pacifica. Hasta en las guerras mundiales había argumentos ideológicos que impulsaban esos enfrentamientos, eso es muchas veces lo que no se encuentra: motivos. Es "porque si". La imagen, la mirada, el look, o lo que dijo o el modo, es suficiente para atacar al otro.

En el apartado El odio al Otro del capítulo Racismo de Extimidad[3] dice Miller "en el odio al Otro que se conoce a través del racismo hay algo más que la agresividad, hay una consistencia de la agresividad que merece el nombre de odio y apunta a lo real en el Otro". Se odia especialmente la manera particular en que el Otro goza, que goce de otro modo. Y agregará que la raíz del racismo es el odio al propio goce. "Si el Otro está en mi interior en posición de extimidad, es también mi propio odio."

Sin el extremo de los conflictos bélicos, estar advertidos del goce en juego en la llamada "sociedad violenta", nos permitirá operar sin nostalgia por los supuestos tiempos de paz.

Como nos sugiere J.–A. Miller, son tiempos que conviene en lugar de cuestionar y comparar, acompañar para atemperar sus efectos, sin melancolía por el padre[4], sin suspirar por él.

En el Seminario 5 dice Lacan: "... la violencia es […] lo esencial en la agresión […] No es la palabra, incluso es […] lo contrario […] es o la violencia o la palabra".[5]

Ello es una clara orientación para nuestra práctica, que por y con la apuesta a la palabra, permite que algo del goce en juego encuentre vías menos mortíferas de satisfacción.

 
Bibliografía
  • Freud, S.,"¿Por qué la guerra?"en Obras Completas XXII, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1996.
  • Goldenberg, M., Lazo social y violencia. Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas Cátedra abierta en el Ciclo de Videoconferencias, Ministerio de Educación de la Nación Argentina, 2008.
  • Goldenberg, M., Violencia en las escuelas, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2011.
  • Lacan, J., "Televisión" en Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.
  • Lacan, J.,"La agresividad en psicoanálisis"en Escritos I, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1985.
  • Lacan, J., El Seminario Libro V, Paidós, Buenos Aires, 1999.
  • Miller, J–A., Extimidad, Paidós, Buenos Aires, 2012.
  • Miller, J–A., Conferencia de Jacques–Alain Miller en Buenos Aires –Presentación del tema del IX Congreso de la AMP, Abril 2012.
  • Miller, J–A., Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011.
 
Notas
  1. Freud, S. ¿Por qué la guerra? Obras Completas XXII. Amorrortu Editores. Bs. As. 1996, p. 195
  2. Goldenberg, M. Lazo social y violencia. http://www.me.gov.ar/construccion/pdf_observatorio/catedra.pdf
  3. Miller, J-A. Extimidad. Paidós. Bs As. 2012
  4. Miller, J-A. Miller en el teatro Sorano. El Caldero de la Escuela N° 22. Bs. As. 2014
  5. Lacan, J., El Seminario Libro V, Paidós, Buenos Aires, 1999, p. 468.
 
 
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2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA