Es falso decir: "Yo pienso". Deberíamos decir: "Me piensan". Perdón por el juego de palabras. Yo y un otro. Tan peor para la leña que descubre el violín y provoca a los inconscientes, que engaña y hace trampas contra aquello que ignoran por entero!

Arthur Rimbaud[2]

El tema que nos convoca al VII ENAPOL "El imperio de las imágenes" actualiza pensar en los testimonios de la clínica actual. Muchas son las respuestas del mal–estar contemporáneo: sentimiento de vacío y ausencia de deseos en el tiempos de la multiplicidad de conexiones vía Facebook, twitter, tinder[3] y demás redes sociales a lo que podemos asociar las patologías del lazo social y del acto, entre otras manifestaciones.

Con Agamben, ser contemporáneo implica percibir las sombras singulares de nuestro tiempo. Donde encontramos luces y oscuridad. O sea, en aquello que nos interesa, son nuevas vestimentas de síntomas y "rebeldes envoltorios", que se colocan en relación a los significados del Otro, y por otro lado una sustancia gozante que remite a la letra y no se dirige al Otro.

Goldemberg dice así: "a través de la pantalla, se sueña se juega, se lee, se escribe, se vigila, se envían y se reciben mensajes, se puede hacer check–in, se compra, se hacen lazos, se goza".

Retomando Miller: "para tener síntomas es necesario tener un cuerpo". Esto implica entender que el cuerpo para lapsicoanálisis no coincide con la descripción ofrecida por la medicina. Para la medicina, cuerpo y organismo son la misma cosa. Para el psicoanálisis el cuerpo de entrada no existe, es una construcción.

Según Lacan (2005, p.66), en la sesión de 13 de enero de 1976 del Seminario El Sinthome, el cuerpo es solamente una creencia. "El hablante adora su cuerpo. Él lo adora por creer que tiene. En la realidad él no lo tiene [...] Su cuerpo desaparece a todo instante".

En ese Seminario, Lacan subraya que el síntoma es un "acontecimiento del cuerpo" y que, por su intermedio, un sujeto puede encontrar otros cuerpos. O sea: "los individuos, pueden ser síntomas de otros cuerpos, por ejemplo, el cuerpo de una mujer puede ser síntoma para un otro cuerpo (p 101) Una mujer puede ser sinthoma de un hombre, su partenaire.

De esa forma para Lacan, la única manera en que un sujeto tenga un cuerpo se muestra por vía de lo imaginario y en condición de perderlo. Pasaremos las ilustraciones clínicas:

Viñeta 1:

Abro la puerta, Octavio entra cabizbajo y con semblante preocupado. Habla sobre su malestar: sus crisis de angustia y ansiedad. Después de una desilusión amorosa, consecuente de un supuesto relacionamiento virtual, asociado a algunos héroes del rock y de la poesía, se impuso tareas y metas siempre más allá. A esta estación, se veía príncipe de la oscuridad. El mal entendido lo llevó a pocos pasos del suicidio. El dispositivo analítico es una oferta para otras construcciones, tal como el mismo dice "aprendí a ser más humilde, más cuidadoso, a pesar de no ser realista"

Viñeta 2:

Marcela es indicada para análisis por presentar heridas por el cuerpo. Ella se corta, arranca su pelo y no va a la escuela. Tímida, de mirada perdida y de pocas palabras. Duerme durante el día y pasa la noche en el ordenador. En Laurent, se observa, en la clínica con autistas es posible saber que el habla no es un acto cognitivo, pero algo de una mutilación, una extracción. En el cuerpo pasa lo imprevisto de donde surge la angustia. Paso a paso, la analista con su presencia sobre las marcas desatadas de imágenes, que al principio, excluidas la posibilidad de expresión, obtiene un dispositivo analítico o expresión y nuevos enlaces, en una tentativa de crear cifras del inconsciente. El inconsciente real no se descifra. Y, Marcela nos dice: "Yo me callé, pues yo era muy pegajosa, era lo que me decían". La Analista resalta "ahora tu eres diferente, esta solución no resuelve tu cuestión"

Es en la clínica donde los acontecimientos del cuerpo colocan en evidencia su revés, ruptura de relación del ser hablante, con la imagen narcisista de sí mismo.