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Consecuencias
 
Edición N° 17
 
Julio 2016 | #17 | Índice
 
La anatomía ¿es el destino?
Por Diana Wolodarsky
 

Diana WolodarskyBajo el interrogante: ¿La anatomía es el destino? se me invitó a animar esta introducción a los trabajos que vamos a escuchar.

Formalizar acerca de los avatares del cuerpo y el alma, los cuales no siempre van de la mano. Y esto no es algo nuevo. Sabemos de los viriles griegos por su atracción por los delicados efebos, sabemos de las Doras embelesadas por la belleza femenina.

La anatomía ¿es el destino?

De hombres que prefieren ser mujeres o viceversa, que están convencidos no solo de desear parecerlo sino de serlo, transformaciones de semblantes que no siempre resultan suficientes llegando a extremos delirantes que exigen un cambio en su anatomía, a fin de conciliar lo insoportable que la imagen les impone.

Nada de esto es novedoso, entonces: ¿Qué es lo nuevo qué podemos aportar desde la experiencia de nuestra practica a una temática tan antigua?

Solamente un marco conceptual y el decir singular de cada uno.

La anatomía… no siempre obedece el destino supuesto por el Otro.

Tras las verdades palabreras de sentido, el real de Un cuerpo que habla.

Del ser al Uno, del hablante ser al cuerpo hablante. De un modo de decir a un modo de gozar. De gozar el cuerpo a un cuerpo que se goza.

Esperamos de estas jornadas clínicas la puesta en forma de un decir. De qué manera los analistas se las arreglan con aquello que Lacan plantea en La Tercera: con los pensamientos que echan raíces en el cuerpo, con el ron ron que se hace oír en la enunciación o con las marcas de goce que se encuentran en los pliegues de la frente. Algunas pistas a través de los cuales Lacan nos guía en el deseo por atrapar una punta de real.

A la suposición causal de la anatomía como destino, nuestra orientación por lo real responde conmoviendo el programa de goce de un sujeto.

¿Será nena o será varón? sigue siendo una pregunta que la ciencia no duda responder ante la evidencia tecnológica. En cuanto a sexo se refiere, no hay vacilación. Se tiene o no se tiene el órgano que define una pertenencia.

Pero también sabemos, hoy más que nunca, que la anatomía puede rebelarse y se autoriza de ello, fundando y defendiendo sus derechos.

En las últimas enseñanzas de Lacan, el psicoanálisis responde a la discordancia pulsión/objeto desde la perspectiva del acontecimiento de cuerpo. Acordando por ello, lo que resulta del choque del significante en el cuerpo, causando trauma. Marca de lo Uno. Y que es alrededor del tejido de esas marcas que se arma el destino de un sujeto, entendido en modos de vivir la pulsión.

Con lo cual la ecuación falo/castración presenta variadas alternativas a las propuestas de género.

Freud enuncia esta ilusión: "la fábula poética de la partición del ser humano en dos mitades –macho y hembra– que aspiran a reunirse de nuevo en el amor, se corresponde a maravilla con la teoría popular de la pulsión sexual". A cada cual su cada cuala.

La casuística le revela a Freud, que la vertiente edípica e identificatoria no es suficiente para explicar las discordancias e irregularidades del sexo que se presentan a su consulta.

Lacan toma el relevo y plantea las fórmulas de la sexuación, dando cuenta allí que hay un real sin ley que no se deja seducir por el significante. Que lo más propio del sujeto es ese goce innombrable.

A la anatomía responde con lo vivo del goce.

 
 
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