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Consecuencias
 
Edición N° 19
 
Julio 2017 | #19 | Índice
 
Biopolítica, Psicopolítica y Política del parlêtre
Por Andrea Botas
 

Andrea Botas

Genealogía de la biopolítica

Foucault, se encarga de analizar el liberalismo no como una teoría o una ideología sino como una "manera de actuar"[1] orientada por objetivos y regulada por una reflexión continua. Pensada como un principio y método de racionalización del ejercicio del gobierno (racionalización que obedece a la regla de la economía). Seguido a un rastreo histórico exhaustivo, que parte del S.XVIII al XX, sobre la gubernamentalidad liberal, llegará al problema de lo biopolítico y el problema de la vida. Se interesará por: la Ley y el orden, Estado y sociedad civil y política de la vida.

Según él, una vez que se sepa qué es ese régimen gubernamental llamado liberalismo, se podrá captar qué es la biopolítica. Sostiene que todos los problemas que intenta identificar tienen como núcleo central, la población. Y es a partir de allí que puede formar algo semejante a una biopolítica. Una vez que se capte qué ese el liberalismo, se podrá captar qué es la biopolítica. Se podrá pensar su genealogía[2]. Finalizando su curso, explica: "Pese a todo, en un comienzo tuve en verdad la intención de hablarles de biopolítica, pero después (…) resulta que terminé por hablarles extensamente del neoliberalismo"[3]. Aclara que su demora en el problema del neoliberalismo fue por una cuestión de método; quería darle contenido al análisis de las relaciones de poder. El poder no es un principio en sí, ni un valor explicativo que funciona de entrada. Designa un ámbito de relaciones que resta analizar por completo y define la gubernamentalidad como la manera de conducir la conducta de los hombres. Luego se puede ver de qué manera la grilla de la gubernamentalidad, se añadirá al modo de encauzar la conducta de los locos, los enfermos, los delincuentes, los niños. Así, se advierte que las nociones patológicas no crecen aisladas sino que acompañan a la normativización social. No hay síntoma sin norma[4]. Le interesa pensar en qué medida se podía admitir que el análisis de los micropoderes o de los procedimientos de la gubernamentalidad podía ser válido no sólo a una escala de política económica sino a escala de un cuerpo social.

Respecto al modo de gobernar, nombra el "régimen de verdad" como principio de autolimitación del gobierno. Este problema Foucault lo plantea con referencia a la locura, la enfermedad, la delincuencia, la sexualidad. Cierto régimen de verdad, hizo que algo inexistente pudiera convertirse en algo. Allí radica su interés por los regímenes veridiccionales. El régimen de veridicción no es una ley determinada de la verdad, sino el conjunto de las reglas que permiten, con respecto a un discurso dado, establecer cuáles son los enunciados que podrán caracterizarse en él como verdaderos o falsos.

Entonces ¿cuál podrá ser la importancia política del régimen de veridicción que se instauró en un momento dado sobre la locura, la delincuencia, la sexualidad? Su importancia reside en las condiciones que debieron cumplirse para que la medicina, la justicia o la psicología pudieran pronunciarse; la determinación del régimen de veridicción que les permitió afirmar como verdaderas una serie de cosas. Lo que políticamente tiene su importancia no es la historia de lo verdadero–falso sino la historia de la veridicción. Conexión del mercado, de un régimen de verdad con la práctica gubernamental.

La apuesta sobre estos temas, es mostrar que la unión, el engranaje de "prácticas–régimen de verdad forma un dispositivo de saber–poder que marca en lo real lo inexistente y lo somete en forma legítima a la división de lo verdadero y lo falso"[5]. Así, la política y la economía no son cosas que existen sino que se inscriben en lo real, debido a un régimen de verdad que divide lo verdadero de lo falso.

Una pregunta fundamental del liberalismo: ¿cuál es el valor de utilidad del gobierno y de todas sus acciones en una sociedad donde lo que determina el verdadero valor de las cosas es el mercado? esta fue la característica del arte liberal de gobernar.

Otro tema fundamental del liberalismo es la idea de un progreso; que conlleva una mundialización del mercado y su alcance por un enriquecimiento colectivo e indefinido.

Foucault, destacará como rasgos del liberalismo: el mercado encarnando el régimen de veridicción y la limitación de la utilidad gubernamental por el cálculo. Arte liberal de gobernar, en tanto se trata de un fenómeno que va más allá de una doctrina económica.

Hablará de una práctica liberal gubernamental. Práctica –que surge en el S.XVIII– que no se conforma con respetar tal o cual libertad; más bien, es consumidora de libertad: está obligada a producirla y a organizarla. La libertad no es un dato previo, sino que se fabrica a cada instante. El liberalismo –y la libertad– plantea una relación entre gobernantes y gobernados, una relación en que la medida de la "demasiada poca" libertad existente es dada por la "aún más" libertad que se demanda. El liberalismo no formula "sé libre" sino "voy a producir para ti lo que se requiere para que seas libre". En el centro de esta relación surge la problemática, siempre móvil entre la producción de la libertad y aquello, que al producirla, amenaza con limitarla y destruirla. Implica esencialmente una relación de producción/destrucción (con) la libertad: es preciso producir la libertad pero ese mismo gesto implica que por otro lado, se establezcan limitaciones.

De modo tal, que el problema de la libertad está en relación con el problema de la seguridad: al mismo tiempo que hay que proteger el interés colectivo contra los intereses individuales, habrá que proteger los intereses individuales contra aquello que pueda aparecer como una intrusión procedente del interés colectivo. Libertad y seguridad, está en el centro de esta razón gubernamental.

El liberalismo participa de un mecanismo en el que tendrá que mediar a cada instante entre la libertad y la seguridad de los individuos, girando alrededor de la noción de peligro. Algunas de sus consecuencias, son: 1) la cultura del peligro en el S. XIX: aparición de literatura policial, el interés por el crimen, campañas relacionadas con la enfermedad y la higiene, todo lo que pasa con la sexualidad y el miedo a la degeneración (degeneración de la familia, de la raza, de la especie humana). Se ve la estimulación del temor al peligro que en cierta medida es la condición, el correlato psicológico y cultural interno del liberalismo. No hay liberalismo sin cultura del peligro. 2) El panoptismo: extensión de los procedimientos de control. Son contemporáneas las grandes técnicas disciplinarias que se encargan del comportamiento de los individuos diariamente en la era de las libertades. El panóptico se transforma en la fórmula de un gobierno liberal: procedimiento mediante el cual se iba a poder en el interior de las instituciones –escuelas, talleres, prisiones–, vigilar la conducta de los individuos y aumentar la rentabilidad y hasta la productividad de su actividad. El gobierno, en su función de vigilancia, sólo deberá intervenir cuando vea que algo no pasa como lo requiere la mecánica general de los comportamientos, de los intercambios, de la vida económica. 3) Aparición de mecanismos cuya función es introducir un plus de libertad mediante un plus de control e intervención. El control es su principio motor. 4) Dispositivos liberógenos: dispositivos destinados a producir libertad y que llegado el caso, corren el riesgo de producir exactamente lo contrario; los mismos procesos que se han invocado para asegurarla, fabricarla, llegan a generar efectos destructivos que se imponen a los que producen.

Describe más adelante, el neoliberalismo contemporáneo o neoliberalismo alemán (ordoliberales, 1948–62). Práctica que implica un punto de vista económico (reactivación de viejas teorías económicas), un punto de vista sociológico (elemento a través del cual pasa la instauración de relaciones estrictamente mercantiles en la sociedad) y un punto de vista político (intervención generalizada y administrativa del Estado). No va a situarse bajo el signo del laissez–faire sino bajo el signo de la vigilancia, una intervención permanente (diferencia con el liberalismo clásico del S. XIX y el anarcocapitalismo norteamericano contemporáneo). Implica la necesidad de una política de sociedad y un intervencionismo social activo, múltiple, vigilante y omnipresente. Hace valer la lógica de la competencia pura en el terreno económico y establece el mercado mediante un conjunto de intervenciones estatales (teoría de la "política de sociedad").

En este esquema del gobierno neoliberal, me detendré en el problema de la política social. Esta última, incluye acciones que intervienen sobre las condiciones estructurales del mercado; formarán parte del "marco". Este no es un elemento dado de la naturaleza e incluye: la población, las técnicas, el régimen jurídico, el clima. Ejemplo: la población agrícola. Si es demasiado numerosa, será necesario reducirla con intervenciones que permitan una migración. Poniendo a disposición de la gente herramientas, perfeccionando técnicamente distintos elementos relacionados con los abonos. Modificando el régimen jurídico de las explotaciones, leyes sobre herencia, arrendamiento. Transformando, en lo posible, el clima junto con la naturaleza y la explotación de las tierras disponibles. Todos elementos necesarios para hacer funcionar la agricultura como un mercado –población, técnicas, aprendizaje y educación–.

El gobierno neoliberal es un gobierno de sociedad, una política de sociedad. Política que se presenta como un proyecto de sociedad, que hace de la sociedad el objetivo de la práctica gubernamental. Sociedad sometida a la dinámica competitiva, una sociedad de empresa. Se trata del hombre de la empresa y la producción (homo economicus). Sus objetivos: permitir a cada uno, el acceso a la propiedad privada, sustitución de la política de los grandes suburbios por una política de ciudades medianas, descentralización de los lugares de vivienda, de producción, corrección de los efectos de especialización y división del trabajo, reconstrucción orgánica de la sociedad a partir de las comunidades naturales, las familias y vecindarios y organización de todos los efectos ambientales que puedan ser producto del desarrollo de las empresas y centros productivos. Una suerte de retorno a la naturaleza, la política de la vida. Se trata de construir una trama social en la que las unidades básicas tengan la forma de la empresa –multiplicidad y diferenciación de empresas–. La forma "empresa" dentro del cuerpo social es el objetivo de la política neoliberal –opuesto al liberalismo clásico–. Dese ahí en adelante, se reactivan temas sobre la vida familiar, la copropiedad y temas críticos contra la sociedad mercantil, contra la uniformación a través del consumo. Se trata de alcanzar no una sociedad ajustada a su uniformidad sino a la multiplicidad. Para evitar fricciones se propone una sociedad ajustada a la empresa y una sociedad enmarcada por una multiplicidad de instituciones judiciales.

Ser liberal es ser esencialmente progresista (no conservador), en el sentido de una perpetua adaptación del orden legal a los descubrimientos científicos, a los progresos de la organización y la técnica económica, a los cambios de estructura de la sociedad. El orden jurídico informa lo económico, se habla de un orden económico jurídico. Lo económico, debe tomarse como un conjunto de actividades reguladas; cuyas reglas tienen diferentes niveles. Esas reglas pueden ser una prescripción religiosa, una ética, un reglamento corporativo, una ley. Este conjunto económico jurídico es el "sistema". Se pasa del capitalismo clásico al nuevo capitalismo. La política neoliberal se opone al capitalismo derivado de la lógica del capital y su acumulación y promueve la invención de otro capitalismo constituido por un conjunto económico institucional. La aparición del "Estado de derecho" da un marco institucional, enmarca las reglas del juego en el orden económico.

En esta sociedad liberal el verdadero sujeto económico no es el consumidor ni el productor sino la empresa; en ese régimen económico y social en que la empresa es una forma de comportarse en el campo económico. Cuanto más quede en manos de los individuos la posibilidad de comportarse como quieran en la forma de la libre empresa, más grandes serán las superficies de fricción y más se multiplicarán las oportunidades de conflicto. A esto responde la intervención social, el intervencionismo jurídico.

El modelo alemán se difundió de dos maneras: el modelo neoliberal contemporáneo que se produjo en Francia que se instala en 1972 y el modelo norteamericano. Me detendré en este último.

El Neoliberalismo Norteamericano (de la Escuela de Chicago), se desarrolla como reacción a un "gobernar demasiado". Extiende la racionalización del mercado a ámbitos no económicos ("teoría del capital humano"). Movimiento opuesto a la economía social de mercado de Alemania: mientras que esta consideraba que la regulación de los precios por el mercado era necesario "ordenarla" a través de una política interna y vigilante de intervenciones sociales, el modelo americano, intenta extender la racionalidad del mercado a ámbitos no exclusivamente económicos (la familia, natalidad, delincuencia, política penal). Dos elementos contextuales: 1) un escrito del padre de la Escuela de Chicago, Simons del 1934, "Un programa positivo para el laissez–faire", 2) los programas sobre la pobreza, la educación, la segregación que se desarrollaron desde la administración de Truman –presidente demócrata del 45 al 53–. Marca del liberalismo norteamericano: no es el Estado el que se autolimita mediante el liberalismo, es la exigencia de un liberalismo la que se convierte en fundadora del Estado. Es toda una manera de ser y pensar. Es un tipo de relación entre gobernantes y gobernados; mucho más que una técnica de los primeros destinados a los segundos[6].

Foucault, toma dos elementos que le resultan interesantes de este modelo: la teoría del capital humano y el problema del análisis de la criminalidad y la delincuencia.

Marx convierte al trabajo en el elemento principal de la lógica económica del capitalismo. En su análisis, muestra que el obrero no vende su trabajo sino su fuerza de trabajo. El trabajo hecho por el obrero crea un valor, una parte del cual le es arrebatada. En ese proceso, Marx, ubica la mecánica del capitalismo. El trabajo es "abstracto", en tanto el trabajo concreto transformado en fuerza de trabajo, medido por el tiempo, colocado en el mercado y retribuido como salario, no es el trabajo concreto. Es un trabajo que está separado de toda su realidad humana y de todas sus variables cualitativas. Esta es, según Marx, la mecánica del capitalismo: sólo retiene del trabajo la fuerza y el tiempo. Hace de él un producto de mercado y sólo rescata los efectos del valor producido.

De este modo, se coincide con la definición del objeto económico, propuesta en 1930, 32 por Robbins –uno de los fundadores de la doctrina económica neoliberal–: "la economía es la ciencia del comportamiento humano (…) una relación entre fines y medios escasos que tienen usos que se excluyen mutuamente"[7]. Definición que asigna la tarea de analizar el comportamiento humano y su racionalidad interna. La economía ya no es el análisis de procesos, es el análisis de una actividad. Para introducir el trabajo en el campo del análisis económico, habrá que estudiar el trabajo como conducta económica, racionalizada, calculada por la persona misma que trabaja. Posicionarse en el punto de vista del trabajador y hacer que éste sea en el análisis económico, un sujeto económico activo. Desde esta perspectiva, el trabajo comporta un capital, una aptitud, una idoneidad; es una máquina. Esta máquina va a producir flujos de ingresos y tiene su vida útil, su período de utilidad, su obsolescencia, su envejecimiento. Máquina que sería remunerada durante un período mediante un salario.

En el neoliberalismo, se encuentra la teoría del homo economicus, pero no como un socio del intercambio sino que es un empresario de sí mismo, que es su propio capital, su propio productor. Individuo considerado como una empresa, esto es, como una inversión y un inversor. Hay una teoría del consumo, donde el hombre del consumo, no es uno de los términos del intercambio sino que en la medida que consume, el hombre del consumo es un productor: produce su propia satisfacción[8]. Respecto al homo economicus, se ubica una diferencia entre el liberalismo clásico del S.XVIII y el neoliberalismo americano. En el primero, funcionaba como un elemento intangible con respecto al ejercicio del poder; a quien no hay que tocar, se lo deja hacer, es el sujeto o el objeto del laissez–faire (principio según el cual, cada uno debe seguir su propio interés). En el segundo, se transformará en un elemento manipulable, que responderá de modo sistemático a las modificaciones sistémicas que se introduzcan artificialmente en el medio. Será un hombre enteramente gobernable; el correlato de una gubernamentalidad que va a actuar sobre el medio y modificar sistemáticamente sus variables.

Se encargará de estudiar el modo de constitución y acumulación del capital humano. De qué elementos innatos y adquiridos está compuesto. Sobre los elementos innatos, Foucault recomienda hacer estudios en la medida que, para ese tiempo, están surgiendo preocupaciones comprometidas a la biopolítica o a la ciencia ficción. Dice: "es muy evidente que no debemos pagar por tener el cuerpo que tenemos ni por nuestra constitución genética. No cuestan nada. Sí, no cuestan nada; en fin, habría que ver… y es fácil que algo así pueda suceder (lo que hago aquí es ciencia ficción: se trata de una especie de problemática que en nuestros días empieza a ser corriente)"[9]. Uno de los intereses actuales de la aplicación de la genética a la población humana consiste en permitir conocer a los individuos en riesgo y el tipo de riesgo que corren a lo largo de toda su existencia. Esto da lugar a una nueva forma de pensamiento, donde el mecanismo de producción de los individuos, la producción de niños, puede encontrar toda una problemática económica y social a partir de la cuestión de la escasez de buenas constituciones genéticas. Ejemplo: dada mi constitución genética, si deseo tener un descendiente cuya constitución sea por lo menos tan buena como la mía o mejor, deberé además procurar casarme con alguien cuya constitución genética también sea buena. Surge la idea de cantidad y calidad de hijos en función del capital humano que sus padres quieren transmitir. Se presenta el problema político de la utilización de la genética en términos de la mejora del capital humano. Efectos racistas de la genética que son de temer y que hacen a la gran apuesta de la política de la actualidad –según sostiene Foucault–.

Los neoliberales presentan análisis desde el lado de lo adquirido del capital humano y en este sentido se preocuparán por formar capital humano. Inversiones educativas más amplias que el mero aprendizaje escolar o el mero aprendizaje profesional. Inversiones que incluyen el tiempo de cuidados que brindan los padres, también su nivel cultural; el conjunto de estímulos culturales recibidos por un niño, todo eso va a constituir elementos capaces de formar un capital humano. Se llegará a un completo análisis ambiental, como dicen los norteamericanos, de la vida del niño, que podrácalcularse y hasta ponerse en cifras; podrá medirse en términos de posibilidades de inversión encapital humano[10]. Cálculos en el vivir que incluyen repensar problemas de protección de la salud, de la higiene pública, la capacidad de desplazarse del individuo (ya que la migración es un costo). Principios de una política de crecimiento centrada en el capital humano a través de políticas económicas, políticas sociales, políticas culturales, políticas educacionales. Tal análisis permite revisar una serie de fenómenos identificados a fines del S. XIX con el problema del progreso técnico.

Para los ordoliberales, con la sociedad de empresa se trata de multiplicar el modelo económico para hacer de él un modelo de las relaciones sociales, un modelo de la existencia misma, una forma de relación del individuo consigo mismo, con el tiempo, con su entorno, el futuro, la familia. Convertir a la empresa como modelo social universalmente generalizado que sirva de soporte a la reconstrucción de toda una serie de valores morales y culturales. Una sociedad de empresa es para el mercado[11].

El neoliberalimo norteamericano presenta un carácter mucho más radical al generalizar la forma económica del mercado. Al generalizarla en la totalidad del cuerpo social. Generalización ilimitada de la forma del mercado que implica un principio de desciframiento de las relaciones sociales y los comportamientos individuales. Una especie de análisis economicista de lo no económico por una grilla de inteligibilidad economicista, una lectura neoliberal. Por ejemplo al explicar la relación madre–hijo: caracterizada por el tiempo que la primera pasa con el segundo, la calidad de los cuidados y el afecto que le brinda, la vigilancia con la que sigue su desarrollo, su educación, su alimentación; todo esto, representa una inversión mensurable en el tiempo[12]. Así se analizarán en términos económicos, los fenómenos del matrimonio y lo que pasa dentro de la pareja; se trata de hacer de la pareja una unidad de producción del mismo modo que la empresa. El contrato de matrimonio, resuelve las numerosas transacciones entre cada uno al resolver un costo en tiempo y por tanto, un costo económico.

Así mismo el sistema penal según la versión neoliberal, se ocupará de una serie de conductas que producen acciones, y estas acciones, de las que los actores esperan una ganancia, son afectadas por el riesgo de una pérdida económica infligida por el propio sistema penal (principio organizador del cálculo penal del S. XVIII: se calculará costo de la delincuencia, cuánto cuesta a un país que los delincuentes puedan circular a su antojo, el costo de la propia práctica judicial y de la institución judicial). La buena política penal no apunta a la extinción del crimen sino a un equilibrio entre curvas de oferta del crimen y demanda. Así, el problema de la droga, se toma como un fenómeno de mercado; supone un análisis económico, una economía de la criminalidad.

De este modo, se llega a la identificación del objeto del análisis económico con todaconducta racional ¿Qué es una conducta racional? "Toda conducta que sea sensible a modificaciones en las variables del medio y que responda a ella de manera no aleatoria y por lo tanto, sistemática, y la economía podrá definirse, entonces como la ciencia de la sistematicidad de las respuestas a las variables del medio"[13]. Así se incorpora a la economía las técnicas comportamentales.

El método de Skinner (1904–1990) no consistirá en analizar la significación de las conductas sino en mostrar cómo un juego dado de estímulos, a través de los llamados mecanismos de refuerzo, provocan respuestas cuya sistematicidad será posible notar. Psicología que implica un análisis económico del comportamiento.

El liberalismo moderno se inicia cuando el mundo económico se vuelve opaco por naturaleza. Formula esa incompatibilidad esencial entre la multiplicidad no totalizable característica de los sujetos económicos y, la unidad totalizadora del soberano político. En todo sujeto económico que sigue su propio interés, se advierte que hay un elemento irreductible que no remite a ningún juicio, a ningún razonamiento o cálculo. El interés aparece como una forma de voluntad inmediata y absolutamente subjetiva (Hume, filosofía empírica inglesa). El pensamiento liberal y neoliberal en Europa del S. XIX y XX plantea el problema de esa imposibilidad de la existencia de un soberano económico.

Homo economicus y sociedad civil, forman parte del mismo conjunto que va a permitir a una práctica gubernamental, una autolimitación que no transgreda ni las leyes de economía ni los principios del Derecho.

Siguiendo a Foucault, se podría señalar el nacimiento de la biopolítica en el mundo moderno a partir del S. XIX. El arte de gobernar en la verdad, en el cálculo, en la racionalidad del Estado soberano y en la racionalidad de los gobernados, deriva al tiempo de inscripción del nacimiento de la biopolítica como objeto de debate político desde este siglo.

En este aspecto, el liberalismo romperá con la "razón de Estado" –una tecnología gubernamental dominada por el principio de la razón de Estado– y tomará en cuenta los problemas de la población –salud, natalidad e higiene– ya ocupando un lugar importante, en beneficio del vigor del Estado. La cuestión del liberalismo muestra de qué modo constituye la condición de inteligibilidad, para que pueda ser entendida la biopolítica. Es marco general de la biopolítica. Estudiando el liberalismo en su formulación original y sus versiones contemporáneas –alemana y norteamericana– se aborda el problema de la política de la vida.

Por último, Foucault anhela para un futuro, una sociedad ligada a la tecnología ambiental, a la psicología ambiental en disyunción con una sociedad disciplinada. Sostiene: "No es una sociedad en la que se exija el mecanismo de la normalización general y exclusión de lo no normalizable. En el horizonte (…) tenemos el programa de una sociedad en la que haya una optimización de los sistemas de diferencia, en la que se deje el campo libre a los procesos oscilatorios, en la que se conceda tolerancia a los individuos y las prácticas minoritarias (…) y en la que haya una intervención que no sea del tipo de la sujeción de los individuos, sino de tipo ambiental"[14].

Psicopolítica

El filósofo Byung–Chul Han, plantea que el problema en Foucault reside en que se aferra tanto al concepto de población como al de biopolítica, si bien considera que en ese momento, no tenía del todo en claro, que biopolítica y población, en cuanto categorías genuinas de la sociedad disciplinaria, fueran ambas apropiadas para describir el régimen neoliberal. Así, Foucault no realiza el giro a la psicopolítica, lo que hubiera sido necesario[15]. Esta última será pensada por Han como forma de gobierno biopolítica del régimen neoliberal.

Foucault, vincula la biopolítica con la forma disciplinaria del capitalismo, que en su forma de producción, socializa el cuerpo; para la sociedad capitalista, la biopolítica es lo que realmente cuenta, lo biológico, lo somático, lo corporal[16]. Se trata, de una política corporal en sentido amplio[17].

El giro nombrado más arriba, producirá una serie de deslizamientos. El neoliberalismo en su nueva forma, no se ocupa primeramente de lo biológico, lo corporal sino que descubre la psique como fuerza productiva, sostiene Han. Este viraje será causado por la forma de producción del capitalismo actual; formas de producción inmateriales e incorpóreas: objetos no–físicos como informaciones y programas[18].

El capitalismo por su condición intrínseca de carácter permanente, produce mutaciones. El capitalismo industrial muta en neoliberalismo o capitalismo financiero. Este último convierte al trabajador en empresario.

Explica que hoy se cree que el sujeto es un proyecto libre que constantemente se reinventa. Se muestra al Yo como proyecto: "como una figura de coacción, incluso como una forma eficiente de subjetivación y de sometimiento (…) el yo cree haberse liberado de las coacciones externas y de las coacciones ajenas, se somete a coacciones internas y propias en forma de una coacción al rendimiento y la optimización"[19]. Hoy se optimizan procesos psíquicos y mentales. La libertad del poder hacer genera más coacciones que el disciplinario deber; el deber tiene un límite.

La libertad presenta una situación paradójica, en tanto genera coacción y se convierte en coacción. La depresión, síndrome de burnout, expresiones de tal incongruencia. En este sentido, la explotación de la libertad genera el mayor rendimiento. El ingenio del sistema neoliberal, reside en que quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento se hace a sí mismo responsable y se avergüenza, en lugar de poner en duda el sistema.

El sujeto del rendimiento es un esclavo absoluto que absolutiza la mera vida y trabaja (esclavo neoliberal). Cada uno es amo y esclavo; es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa. La libertad individual en la que se sostiene la libre competencia, resulta una trampa, en tanto, se trata de la relación del capital consigo mismo como otro capital[20]. Se genera una nueva forma de subjetividad: el capital genera sus propias necesidades que nosotros las percibimos como propias.

Se pasa del panóptico disciplinario al panóptico digital. La comunicación ilimitada se convierte en control y vigilancia total. Eficiencia del panóptico digital ya que al entregar datos, los sujetos se desnudan por una necesidad interna y no por una intimidación externa. Se presenta la transparencia como un dispositivo neoliberal y el ciudadano se convierte en un espectador pasivo. La transparencia y la información sustituyen a la verdad.

Según Han, nos dirigimos a la época de la psicopolítica digital siendo el Big data, su instrumento[21]. Instrumento que permite acceder a un conocimiento integral de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación. Conocimiento de dominación que permite intervenir en la psique llegando a realizar pronósticos sobre el comportamiento humano. El Big data posibilita una forma de control más eficiente que el panóptico de Bentham: el eslogan de Acxiom, la empresa americana de big data, dice "le ofrecemos una visión de 360 grados sobre sus clientes"[22]. Mientras el panóptico de Bentham está sujeto a una óptica perspectivista que incluye ángulos muertos, el panóptico digital accede a los deseos y pensamientos, a la psique.

El poder neoliberal sucede y tiene una forma permisiva, sutil, flexible y escapa a toda visibilidad. Su eficacia responde a que no actúa a través de la prohibición sino complaciendo y haciendo a los hombres dependientes. El poder domina intentando agradar y generando dependencias: el botón de me gusta es su signo[23].

Establece la psicopolítica como forma de gobierno del régimen neoliberal que se opone al régimen disciplinario que se organiza como un "cuerpo" (régimen biopolítico)[24].

Desde el S. XVII, siguiendo a Foucault, el poder se manifiesta como poder de disciplinar. Poder disciplinario cuya función es la imposición completa de la vida, la administración de los cuerpos y la gestión calculadora de la vida. La progresiva industrialización requiere disciplinar el cuerpo. Las disciplinas surgen como métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo. (Este último pensado como máquina de producción). Pero, al decir de Han, la psique no está en el centro de atención del poder disciplinario.

La biopolítica –sostiene Han– es la forma de gobierno de la sociedad disciplinaria con marco liberal pero resulta inadecuada para el régimen neoliberal que explota la psique. "La biopolítica que se sirve de la estadística de la población no tiene ningún acceso a lo psíquico –al pensamiento o a las necesidades internas–. No provee ningún psicograma de la población. En esto reside la diferencia entre la estadística y el Big data."[25]

Hoy el cuerpo deja de ser un objeto a disciplinar para ser objeto de la cirugía plástica y el fitness. La praxis estética, el sexness y el fitness se convierten en recursos económicos que se pueden aumentar y explotar. Hoy el cuerpo se convierte en objeto de optimización estética y técnico–sanitaria[26].

El régimen neoliberal opera con el shock, comointervención inmunológica, dirigida al otro, al extranjero o al enemigo; tiene que desarmarlo para volver a imprimir su alma con otra ideología (operación relacionada con el lavado de cerebro y la lucha ideológica de la Guerra Fría).

La psicopolítica neoliberal está dominada por la positividad, opera con estímulos positivos, busca agradar en lugar de someter. A través de talleres de management personal e inteligencia personal, jornadas de coaching empresarial se promete la eficiencia sin límite. Con tal fin, los bloqueos, debilidades y errores tienen que ser eliminados terapéuticamente. Se tienen que eliminar los pensamientos negativos.

Sin embargo, la negatividad mantiene la vida; el dolor es constitutivo de la experiencia. Sin negatividad –se puede ver en la película Lucy[27], la vida se atrofia hasta el "ser muerto"[28].

Política del parlêtre

Freud situaba la colisión entre el ser varios y el ser hablante en el cruce de los tres imposibles: educar, gobernar, psicoanalizar ¿Qué rodea lo imposible? Sostiene Jean–Claude Milner: "son los tratamientos de la intrínseca presencia de la pluralidad en el ser hablante (…) presencia materialmente soportada por los cuerpos –y por ello– tratamientos del cuerpo". Intentos de imponerle algún tipo de límite a la pluralidad en el ser hablante, en lo más íntimo de cada uno y cuyo portavoz es la lengua[29]. La política concierne al cuerpo y esto mismo, se puede visibilizar, cuando se plantean oposiciones corporales, tales como "activo–pasivo, fuerte–débil". En este sentido, la política se la puede tomar con los cuerpos y funcionar como técnicas del cuerpo. Ella evita que la pluralidad de los seres hablantes se convierta en una permanente amenaza y atente contra la supervivencia del grupo.

Laurent resalta una paradoja de la época: "El cuerpo no responde, escindido como está entre los goces privados autorizados y frente a los imperativos cada vez más de convertirse uno en su auto–emprendedor"[30]. El cuerpo hoy, no produce. No produce alegría de vivir. El "cuerpo hablante, el parlêtre", considero que, permitiría explicar tal absurdo. Desde el psicoanálisis se podría pensar que hay un revés de la biopolítica y la psicopolítica.

Ahora bien ¿qué dice Lacan sobre las verdades primeras que afectan al cuerpo? Realizará distintas formulaciones sobre la relación con la forma del cuerpo, la imagen del yo. Pasará de la pasión narcisista a la relación del cuerpo con el goce.

Primero, separará carne del cuerpo. Sostiene en Radiofonía: "El primer cuerpo hace que el segundo ahí se incorpore. De ahí lo incorporal (…) pero es incorporada que la estructura produce el afecto (….) afecto solamente a considerar de lo que del ser se articula, no teniendo más que ser de hecho, o sea de ser dicho desde alguna parte. Por lo que se comprueba que para el cuerpo, es secundario (…) él es constituye todo lo que puede llevar la marca apropiada para ordenarlo en una serie de significantes (…) soporte de la relación necesaria"[31]. Antes de cualquier indicación temporal, el significante opera, introduciéndose en la carne y separándola del cuerpo. Se negativiza el cuerpo. Este último –para el mismo tiempo– separado de su goce, se servirá de instrumentos para hacerlo entrar en el cuerpo[32].

Segundo, establecerá el cuerpo hablante. Dos años más tarde, encontramos en Aún: "es el cuerpo que habla en tanto que no logra reproducirse sino gracias a un malentendido de su goce (…) no se reproduce sino errando lo que quiere decir (…) lo que quiere decir es su goce efectivo (….)por ahí retorna el sujeto a la revelación del correlato de la lengua"[33]. El cuerpo habla y repite por un malentendido de su goce y es ahí donde se restituye el sujeto como un término que corresponde a la lengua de goce. Entonces, el sujeto sería el correlato de la lengua de goce, de la lalengua. Lengua de goce que se puede traducir como lo más particular de la lengua. Es la lengua del cuerpo, la que no asiente a la alegría de vivir, la que no accede a una psicología de la felicidad, a una vida que consistiera únicamente en emociones positivas o vivencias óptimas. Cuerpo más goce, he ahí el parlêtre.

Parlêtre, una forma de expresar el inconsciente[34], dirá Lacan, un año adelante.

Miller, se detendrá en el punto de real, de la unión de la palabra y el cuerpo[35]. En ese misterio. Ahora bien, Laurent, nos recuerda no sólo la operación de separación entre lacarney el cuerpo sino que el cuerpo funciona como "superficie de inscripción en defecto respecto al trauma del goce"[36]. En defecto, ya que el cuerpo no alcanza a metabolizar todo el goce, permanece en exceso, provocando su quebranto. Trauma del goce, que alude a la contingencia de un encuentro; lo traumático de tal acontecimiento está ligado a la sorpresa de que eso ocurra[37].

Tercero, la mentalidad y adoración del cuerpo. En el seminario El sinthome, dice: "el parlêtre adora su cuerpo porque cree que lo tiene. En realidad, no lo tiene, pero su cuerpo es su única consistencia –consistencia mental, por supuesto–, porque su cuerpo a cada rato levanta campamento (….) el cuerpo no se evapora, y, en este sentido, es consistente (…) porque la mentalidad, cree tener un cuerpo para adorar"[38]. No sólo allí, Lacan establecerá la raíz de lo imaginario sino que agrega que la adoración es la única relación que el parlêtre tiene con su cuerpo[39]. La consistencia mental, mentalidad del parlêtre se traduce en el amor propio: en creer tener un cuerpo para amarlo en extremo manteniendo cierto estado de obediencia basado en la fe. Al respecto, nos dice Andrea Perazzo: "como no podemos tener una relación de conocimiento con nuestro cuerpo, ignoramos lo que sucede a nuestro cuerpo, se lo califica de misterio, la única relación que tenemos es por medio de la adoración. Adoración al Un–cuerpo (….) Este Un–cuerpo es la única consistencia del parlêtre, consistencia mental, y no física, porque el cuerpo se está yendo a cada rato"[40].

En estos tiempos, encontramos imágenes del cuerpo, direccionando nuestra mirada. Imágenes que –parafraseando a Freud– se ofrecen como poderosas distracciones, que nos hacen valuar en poco nuestra miseria, frente a la vida que nos impone hartos dolores, desengaños, tareas insolubles[41]. Imágenes que son multiplicadas por el avance de la técnica y que son efecto de desplazamiento del discurso tecnocientífico. Imágenes efecto del discurso predominante. Imágenes que –dispositivo biopolítico mediante– se harán cargo de la actividad de los grupos, de los diferentes tipos de individuos con su estatus particular y de la actividad de las personas hasta en el más tenue de sus detalles[42]. En este sentido, para Foucault, se tratará de regular el comportamiento de los individuos. Para el psicoanálisis de orientación lacaniana, se tratará de apuntar a un reglaje de los goces mediante la escopia de los cuerpos[43].

El efecto de "instantaneidad" y la exigencia de transformación inmediata de toda situación en imagen –la exigencia de las selfie, vidas editadas[44] demuestra el campo que se abre para satisfacer la pasión por inscribir el reflejo[45]. Cuando las selfies parecen estar convirtiéndose en algo del pasado, el facebook live surge como nueva app disponible en todo el planeta. Evidencia de las imágenes del cuerpo que tienden a hacer olvidar el goce.

"Somos nuestro cuerpo", "la cara es el espejo del alma". Frases que ignoran la división entre el sujeto y su imagen.

"Somos nuestro cerebro"[46], sentencia que incluye que lo pensado o lo que se pretende decir, proviene de un espejismo. Espejismo donde las funciones quieren hacerse pasar por órganos, con el efecto de enmarañar los órganos por encontrar la función[47]. Finalizando, sobre el progreso, dirá Lacan: "no hay ningún progreso a esperar de verdad ni bienestar, sino el viraje de la impotencia imaginaria a lo imposible que resulta ser lo real"[48].

Y agrega que "el psicoanalista, no tiene que tomar partido, sino establecer una comprobación"[49]. Es en esa verificación, considero, que podría encontrarse la incidencia política donde el psicoanalista tendría un lugar. O sumándonos –siguiendo a Milner– a una apuesta por la política del parlêtre, manteniendo la legitimidad de lo singular, no en oposición al plural, sino como condición de posibilidad del plural.

 
Bibliografía
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  • Milner, J.–C., Por una política de los seres hablantes, Grama, Bs. As., 2011.
  • Perazzo, A., "La experiencia analítica, en–cuerpo" en Revista Consecuencias Nro. 9.
  • Revista Ñ, "Llegar al mundo frente a todo el mundo", 25–2–17.
 
Notas
  1. Foucault, M., Nacimiento de la biopolítica. Curso del College de France, dictado en 1979.
  2. En Foucault, M., Nacimiento de la biopolítica: Genealogía, pensada en oposición a una génesis que se orienta hacia la unidad de una causa principal colmada de una descendencia múltiple; sino más bien como algo que procura restituir las condiciones de aparición de una singularidad a partir de numerosos elementos determinantes, de los que ella no se muestra como el producto sino como el efecto.
  3. Ibíd., Foucault, M., Nacimiento de la Biopolítica, Fondo de Cultura Económica, Bs. As., 2007, p. 217.
  4. García, G., Actualidad del trauma, Grama, Bs. As., 2005, p. 84.
  5. Ibíd. p.37.
  6. Foucault, Op. Cit., p. 254.
  7. Ibíd. p.260.
  8. Ibíd. p.265.
  9. Ibíd. p.267.
  10. bíd. p.270.
  11. Ibíd. p.278.
  12. Ibíd. p.280.
  13. Ibíd. p.308.
  14. Ibíd. p.303.
  15. Byung–Chul, H., Psicopolítica, Herder, Argentina, 2014, p.39.
  16. Foucault, M., en Byung–Chul, H., Psicopolítica, p.41.
  17. Byung–Chul, H., Op. Cit., p.41.
  18. Ibíd. p.42.
  19. Ibíd. p.12.
  20. Ibíd. p.14.
  21. Ibíd. p.25.
  22. Ibíd. p. 86.
  23. Ibíd. p.30.
  24. Ibíd. p.33.
  25. Ibíd. p.38.
  26. Ibíd. p.42
  27. Besson, L., Película francesa, 2014.
  28. Hegel en Byung–Chul, H., Psicopolítica, p.49.
  29. Milner, J.–C., Por una política de los seres hablantes, Grama, Buenos Aires, 2011, p. 15.
  30. Laurent, E., Reverso de la Biopolítica, Grama, Buenos Aires, 2016, p.11.
  31. Lacan, J., Radiofonía, Otros Escritos, Buenos Aires, 2012, p.19.
  32. Ibíd. p.20.
  33. Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aún, Paidós, Buenos Aires, 1992, p.146.
  34. Lacan, J., Conférence de presse du docteur J. Lacan au Centre culturel français, Roma, octubre de 1974
  35. Miller, J–A., El inconsciente y el cuerpo hablante, Conferenciapronunciada por en la clausura del IX Congreso de la Asociación mundial de psicoanálisis (AMP) el 17–04–2014, en París, presentando el tema de su X Congreso.
  36. Laurent, E., Op. Cit., p.18.
  37. Ibíd.
  38. Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2012.p.64.
  39. Ibíd. p. 64.
  40. Perazzo, A., "La experiencia analítica, en–cuerpo" en Revista Consecuencias Nro. 9.
  41. Freud, S., El malestar en la cultura (1930), Amorrortu, Buenos Aires, 1990, p.75, T.XXI.
  42. Foucault, M., Op. Cit., p.22.
  43. Laurent, E., Op. Cit., p.13.
  44. Revista Ñ, "Llegar al mundo frente a todo el mundo", 25–2–17.
  45. Laurent, E., Op. Cit., p.14.
  46. Título de un libro, escrito por el neurólogo holandés Dick Swabb, director por treinta años del Instituto holandés de Investigaciones cerebrales –2014–, donde se aborda temas tocantes al desarrollo del cerebro, tales como, la sexualidad, la anorexia, la criminalidad, la fe, problemas psíquicos.
  47. Lacan, J., Radiofonía, Op. Cit., p.41.
  48. Ibíd. p.65.
  49. Ibíd. p.65.
 
 
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