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Consecuencias
 
Edición N° 20
 
Marzo 2018 | #20 | Índice
 
El entusiasmo lacaniano: una pasión lúcida
Por Giselle Canteros
 

La caída del objeto fue acompañado por alegría,
entusiasmo y admiración por el psicoanálisis.
Bernardino Horne en Fragmentos de una vida psicoanalítica

Giselle CanterosPropongo pensar a partir de la lectura del libro Los objetos de la pasión de Eric Laurent al entusiasmo como una pasión lúcida y la más conveniente para el analista y su trabajo por la causa analítica. Entusiasmo lacaniano así lo llamó Miller en 1986 en su Curso Extimidad, pero más tarde en su curso Sutilezas Analíticas de 2008relaciona al entusiasmo con el consumo y dirá que no es un afecto que conviene al analista. Me interesa también situar un contrapunto entre el entusiasmo lacaniano y el entusiasmo del "empresario de sí mismo", figura que Foucault trabaja en El nacimiento de la biopolítica y que es propio del capitalismo neoliberal.

Lacan en la Nota italiana de 1973plantea que si en la salida de la experiencia de un análisis no hay entusiasmo, pudo haber análisis pero no analista. En Televisión también de 1973 figuran las pasiones del a que Miller en su texto A propósito de los afectos en la experiencia analítica lo simplificó así: la tristeza, la gaya ciencia, la felicidad, la beatitud, el tedio y el mal humor. Puede leerse en Laurent que tanto el mal humor como el entusiasmo son dos pasiones lúcidas, dado que tanto la una como la otra tienen que ver con la verdadera felicidad, con aquello que Lacan llamaba un toque de real[1].

Esto quiere decir poder sentir que "no es esto", que no es esto estructuralmente, pues el objeto pequeño a, el objeto de goce, es siempre un resto, nunca la Cosa como tal. Es decir, lo real es que el objeto está siempre perdido. Es un modo de encontrar un punto de estructura donde el sujeto, sometido a la felicidad de repetición, la rechaza. El mal humor es presentado en Televisión como un afecto analítico original y esencial.

Ahora bien el mal humor es exactamente lo contrario del entusiasmo, que es un uso estructural de la perturbación positiva del humor. El mal humor se encuentra del lado negativo, y el entusiasmo es lo que está del lado positivo y él también es un toque de real. Es la misma expresión "no es esto" pero, como de todas maneras, no va a haber nada mejor, acojamos esta constatación de una forma entusiasta.[2] Lo interesante es que el entusiasmo es una relación con el Otro, con la causa analítica podríamos también agregar, es la relación de la cadena significante conectada al objeto a. Asimismo el entusiasmo no es la beatitud, de la que Spinoza hizo un afecto epistemológico. En Extimidad Miller señala que el entusiasmo lacaniano es la alegría que acompaña la idea del objeto a como causa del deseo, del deseo del horror al saber. El Otro no es alegre, porque el Otro no existe, pero nosotros podemos serlo con la condición de construir el saber e inventarlo.[3] Para Lacan tal como lo encontramos en la Nota italiana el entusiasmo es el afecto adecuado para un buen acceso al saber al menos en psicoanálisis. Miller en 1986 lo acentúa y señala la importancia para Lacan de ese afecto hasta el punto de que lo considera el toque del psicoanalista indiscutible.[4] Sin embargo en Sutilezas analíticas apunta a que no conviene al psicoanalista porque es el olvido de la permanencia del inconsciente.[5] Allí Miller recuerda lo que decía Lacan, que en nuestros días el objeto a es llevado al cenit social. Y habla del entusiasmo de los consumidores. Pero el entusiasmo consumidor no es el entusiasmo lacaniano. El primero es parte de la lógica del "empresario de sí mismo" en donde las psicoterapias y la autoayuda operan, entre otras cosas, a partir del rechazo de la imposibilidad ponderando la negociación en donde hay intercambios sin pérdida. En este sentido el entusiasmo consumidor es afín al discurso capitalista que sí rechaza la permanencia del inconsciente.

Considero siguiendo a Laurent que vivir la pasión, experimentarla, es lo que funda una nueva actitud para con la cultura.[6] Y en el analista el entusiasmo lacaniano es una pasión lúcida conveniente para el trabajo de la causa analítica en la época del empuje al entusiasmo consumidor.

 
Notas
  1. Lacan, J., "Televisión", en Otros Escritos. Paidós, Bs. As., 2013, p. 553.
  2. Ibíd., p. 80.
  3. Miller, J–A., Los cursos psicoanalíticos de Jacques–Alain Miller: Extimidad. Paidós, Bs. As., 2011, p. 468.
  4. Miller, J–A., "A propósito de los afectos en la experiencia analítica" en Matemas II. Manantial, Bs.As., 1988, p. 468.
  5. Miller, J–A., Los cursos psicoanalíticos de Jacques–Alain Miller: Sutilezas analíticas. Paidós, Bs. As., 2011, p. 51.
  6. Laurent, E., Los objetos de la pasión. Tres Haches, Bs. As., p.75.
 
 
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