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Consecuencias
 
Edición N° 20
 
Marzo 2018 | #20 | Índice
 
Una epistemología poética
Por Natalia Paladino
 

Natalia Paladino¿Cómo habitan pasión y saber al final de un análisis? la pregunta extiende el planteo de Lacan sobre cómo se vive la pulsión después de haber atravesado el fantasma. Entre las respuestas, Eric Laurent situará tristeza y gay savoir, dos modalidades ya no en la lógica de las pasiones del ser (o de la falta–en– ser del sujeto causado por el significante), sino en la dimensión del sujeto en relación a su cuerpo: pasiones del parlêtre, pasiones de la articulación del inconsciente con lo real, del a en la soldadura entre el saber y el goce.

Pasiones cautas e incautas.

La tristeza habita como pasión de la separación imposible del sujeto con la sombra de un a que no cesa de recaer sobre el yo, y concierne al cuerpo afectado por lo que Lacan localiza en el pensamiento: falta moral, cobardía que no se orienta por el inconsciente y no se aviene al bien decir. Laurent dice que la tristeza es un saber; hay lucidez en la tristeza, pero es un saber desvitalizado, cortado de la vida, separado de lo real del goce. Al igual que la salida cínica, la tristeza supone una elección desengañada y cauta en relación al saber: éste se articula solo, es un saber que ha perdido el vacío que lo articularía al propio goce. Por el contrario, el gay savoir será una elección incauta del saber relacionado con lo real del viviente, con el deseo y el goce[1]. Lacan dirá que el gay savoir "no consiste en comprender, en morder en el sentido, sino en pasar rozándolo lo más cerca posible sin que haga de liga, para gozar del desciframiento."[2] Situándose en el bien–decir, sostiene el vacío mediante una torsión que vuelve a colocar al a en el lugar de causa de deseo, vivificando el goce que habita el cuerpo: lo que implica rozar al significante, gozar incluso de sus efectos de significación, sin por ello ligarse fijamente al significante y al saber que éste produce.

El Pase como epistemología poética

Miller se pregunta cuáles son las consecuencias de poner al desnudo el SsS al separarlo y aislarlo como un efecto de significación[3] cuando se produce el pase de analizante a analista, desengañado del SsS, y dirá que esa caída restituye la pasión por la ignorancia, pero rectificada: no se trata de una ignorancia en el saber, sino de esa ignorancia que contornea un espacio vacío que queda para que pueda haber la invención de un saber.

Hace unos años Florencia Dassen definió al Pase como poema experimental. La poesía experimental es una tradición poética dedicada a operar la letra hacia los límites con las demás artes, forzándolos y produciendo nuevos límites que permiten extender las posibilidades materiales de la creación artística, transformando la noción misma de poesía. Las obras no representan sino que presentan la materia: sonido, textura, letra, no significan otra cosa sino a sí mismas, eligiendo una abstracción que llaman concretud para inventar un campo expresivo en la vía de la "recuperación del objeto"[4].

Recuperar el objeto y un saber que lo roza sin morderlo, es una operación con lógica de relámpago.

Laurent [5] señala que la experiencia del análisis culmina en un relámpago produciendo no sólo un significante nuevo, sino una relación nueva al significante en tanto él introduce un nuevo afecto. El pase es una ganancia de saber con el afecto de entusiasmo que produce. El saber alegre es el afecto de lo que se percibe en el relámpago: darse cuenta de la materia de la que está hecho le permite al sujeto inventar una nueva aplicación de la regla de goce de la que procede. Esta relación entre la multiplicidad significante y el Uno no desemboca en un universo de reglas o un lenguaje al que uno quedaría fijado, porque no hay lenguaje último ni última palabra para describir la experiencia; la verdadera lengua es lalengua. El realismo del goce con el nominalismo del bien–decir, entonces: la pasión como entusiasmo desengañado e incauto. La escritora María Negroni lo dice–bien: "No saber es dificilísimo. Es como perderse. Todo más bien nos lleva a la repetición, a volver a lo consabido, a lo pensado o sentido con anterioridad. Por eso, digo que la poesía es una forma de conocimiento, una epistemología que parte del no saber y se dirige al no saber, esa zona donde hay que convivir con lo innombrable e incluso lo impensable. Reducir la visión a cero es otra formulación de lo mismo. Como si dijéramos, habitar –y tolerar– el silencio. Beckett lo expresó con una claridad impresionante cuando dijo que todo lo que puede pretender un artista, es fracasar mejor."

 
Notas
  1. Laurent, E., Los objetos de la pasión, Tres Haches, Bs.As., 2002, p. 74–76.
  2. Lacan, J. Televisión, Otros escritos, Paidós, Bs.As., 2012,p.552.
  3. Miller, J.–A., Los signos del goce, Paidós, Bs.As., 1998, p. 220.
  4. Florencia Dassen toma la referencia de Carmelo Arden Quin, exponente del arte Madí.
  5. Laurent, E., Hacia un afecto nuevo.
 
 
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