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Consecuencias
 
Edición N° 21
 
Noviembre 2018 | #21 | Índice
 
Pasión por lo nuevo [*]
Por Alicia Yacoi
 

Alicia YacoiMiller concluye este curso, ya en 2003, tratando de despertar a los psicoanalistas, indicando un camino propio de la época. La pasión por lo nuevo sería una elección forzada para afrontar los engorros estructurales del goce.

Si bien implica soportarlo, Lacan en su última enseñanza nos intima: o ser hijos del Padre o ser hijos de los acontecimientos singulares.

Entonces, lo nuevo

Lacan anima la estructura[1] a considerar en la práctica analítica, con la articulación del cuerpo.

En su texto Radiofonía y en un anticipo de su topología de los nudos, deja el cuerpo real como ex–sistente, inaccesible al lenguaje, salvo por sus efectos, a la manera estoica.

Sitúa el elemento irreductible, el conjunto vacío, valiéndose de la teoría de los conjuntos y del número, con el que conceptualiza el imaginario corporal y su consistencia, en anterioridad al estadio del espejo, o sea sin Otro.

No se puede presuponer el lenguaje en el cuerpo del niño, ni siquiera el dedo erógeno de la madre. La farfulla visual y auditiva se incorpora, y entre los efectos, se opera un efecto de cristal de lo que toma valor significante. En los bordes del cuerpo, tramados en su goce sentido, por haber sido dichos, se alojan los objetos a.

Que el cuerpo sea superficie de inscripción, que se inscriban, dice Lacan, no quiere decir que entren en el cuerpo como goce. En los bordes, dentro pero fuera, siempre en exceso respecto a las zonas erógenas.

Y esto nos lleva a algo nuevo en el Inconsciente.

Los poderes de la metonimia

Una novedad que trae Lacan al conceptualizar lalengua y el efecto de elucubración de saber que es el Inconsciente, es que en las antípodas de la búsqueda de la verdad, el lenguaje es goce y trabaja para el goce. La metonimia no es sólo el poder decir entrelíneas el mediodecir de la verdad, es el desplazamiento del goce pulsional que no encuentra límite, en la mirada que achicharra el cuerpo, la boca devoradora que no halla su imposible, la voz mortificante del superyo. Ese desplazamieno metonímico del goce hace del inconsciente el mayor consumista en un más, algo más, que no encuentra su límite. Con el efecto concomitante de angustia, o de aburrimiento como síntoma de la época.

El Inconsciente no es el Psicoanálisis[2] dirá Miller en este último capítulo del curso. Indicando que Lacan buscará lo real del lado del síntoma, como lo que pone freno a lo que abisma del funcionamiento del Inconsciente.

Lo que despierta, aunque está por verse

En el Ultimísimo Lacan, Miller nos dice que Lacan al final de su enseñanza no se inspiró en Freud sino en Joyce, quien lo despertó de su sueño dogmático, ya que Joyce tiene el privilegio de encarnar el síntoma[3]. Así como en Radiofonía se trataba en el fin del análisis de encarnar el plus de gozar, se trataría ahora no sólo de extraerse de los embrollos de la verdad, sino de la metonimia del goce pulsional. Encarnar el síntoma, disponer del cuerpo, manipularlo. Basta pensar en Lacan mismo encarnando el síntoma.

Es por la vía del síntoma que tenemos un cuerpo y el Seminario 23 sitúa, como dice E Laurent[4] la máxima distinción entre sujeto del inconsciente y cuerpo. “La relación del hombre con su cuerpo no tiene nada que ver con lo que me permito definir del sujeto” y su definición.

La transferencia

Entre los efectos que aporta Lacan con su noción de lalengua está la reconsideración del lazo analítico.

El SsS tiene su transformación cuando el analista queda situado como objeto a, lugar que ocupa en el programa de goce de su paciente.

Cuando Lacan afirma en el Seminario 24[5] que quiere ir más allá del inconsciente, hace del SsS una atribución, un supuesto. Una atribución no es una existencia, no da por existente ese saber, el que sabe es el analizante, el analiste, “il suive” él sigue, lo que tiene para decir el analizante.

Hay el Uno repetitivo y nada de Otro[6]. Es una noción de Otro al que la barra rompe. Del lado del analizante, el Uno dialoga solo, ¿cómo es tener de partenaire al Otro roto, a no hay Otro del Otro?

Es la presencia indispensable para que el analizante reciba su propio mensaje en forma invertida y produzca su saber.

“…Lacan desestima e incluso hace desaparecer el fundamento de la transferencia con su SsS, demostrando que sólo se trata deducción, semblante, hipótesis”[7]

…”se abre para el Psicoanálisis un campo, no para la esperanza pero sí para la pasión por lo nuevo”[8].

 
Bibliografía
  • Lacan, J., “Radiofonía y Televisión”, Otros Escritos, Ediciones Paidos, Buenos Aires.
  • Miller, J. A., Un esfuerzo de poesía, Ediciones Paidos, Buenos Aires.
  • Miller, J A., El Ultimísimo Lacan, Ediciones Paidos, Buenos Aires, Año 2013.
  • Lacan, J., El Seminario Libro 24, Inédito, clases del 16–11–76, 10 y 17–5–77.
  • Laurent, Eric, El reverso de la Biopolítica, Grama Ediciones, Año 2016.
  • Laurent, E., Disrupción del goce en la locuras bajo transferencia, En Hebdo blog.
 
Notas

* Presentación en Noches de Directorio, Cuarta Noche de la Orientación Lacaniana. Un esfuerzo de poesía: “Del Dios Padre freudiano a Ła mujer lacaniana”, 25 de noviembre 2018, Escuela de la Orientación Lacaniana. Publicado en AMP BLOG http://ampblog2006.blogspot.com/2018/11/

  1. Lacan, J., “Radiofonía y Televisión”, Otros Escritos, Ediciones Paidós, Buenos Aires, p. 432.
  2. Miller, J.–A., Un esfuerzo de poesía, Ediciones Paidós, Buenos Aires, p.281.
  3. Miller, J.–A., El Ultimísimo Lacan, Ediciones Paidós, Buenos Aires, Año 2013, p. 131.
  4. Lacan, J., “El Seminario Libro 24, Inédito, clases del 16–11–76, 10 y 17–5–77.
  5. Ibíd.
  6. Laurent, Eric, El reverso de la Biopolítica, Grama Ediciones, Año 2016, p. 120.
  7. Laurent, E., Disrupción del goce en la locuras bajo transferencia, En Hebdo blog.
  8. Miller, J. –A., El Ultimísimo… Op. Cit., p. 147.
 
 
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