Última edición Staff Links Contacto Instituto Clínico de Buenos Aires Seguinos en FacebookSeguinos en Facebook
Consecuencias
 
Edición N° 23
 
Diciembre 2019 | #23 | Índice
 
Victimización generalizada! [*] [1]
Por María Paula Castro
 
María Paula Castro

Lo interior excluido

En el corazón de la identidad consigo mismo está la imagen del Otro dirá Lacan haciendo referencia a la heteronimia radical cuya hiancia en el hombre ya mostró el descubrimiento de Freud. La presencia de ese Otro no puede ser comprendida si no es como otredad situando al sujeto en una posición de mediación con relación a su propio desdoblamiento[2].

En ese desdoblamiento hay una falta de ser uno mismo en el origen y es el Yo el que va a ocupar ese hiato éxtimo[3]. Dice Lacan que el Yo viene a servir en el lugar que ha quedado vacío para el sujeto[4]. Aquí aparece lo que dio en llamarse la función de servidumbre del Yo que será el eje de este trabajo. Miller habla de una "una afinidad estructural entre el yo y la vocación de víctima, que se deduce de la estructura general del desconocimiento"[5].

No hay complementariedad posible entre interior y exterior porque hay un exterior en el interior mismo y eso es la extimidad, un hiato en el seno de la identidad consigo mismo.

Lo interior es excluido, es atribuido al Otro. Como resto de la operación de la muerte de la Cosa por el lenguaje, la Cosa es eso real que carece de significante, representado por un vacío[6]. Hay diferentes formas de hacer con el vacío, la religión lo tapa, el arte sin embargo es una forma de saber hacer con el vacío sin taparlo.

Los envoltorios de la extimidad son cubrimientos de ese hiato, de ese vacío. El envoltorio político de la extimidad es un cubrimiento por parte del amo de ese hiato en la medida en que le hace sentir al sujeto que la opresión interna es exterior, siendo desde esta perspectiva una liberación[7]. Atribuye al Otro la opresión. Hace existir afuera la opresión interna.

Es en el hiato de la identidad consigo mismo donde aparece la identificación. Es una sustitución que se instala en el ser para designar allí el agujero. Dice Miller que no hay identificación significante que pueda colmar el agujero, en todo caso, en tanto significante amo lo que hace es indicar el hiato.

La victimización generalizada es un significante amo que nombra al ser del sujeto dirá José Ramón Ubieto en su texto Lo singular de la víctima, presentado en la Pipol 7, 3er Congreso Europeo de Psicoanálisis, que se llamó, VICTIMA?!

Violencia hipermoderna

Dice Ubieto que antes era el amo–maestro el que regulaba el ejercicio de esa violencia represora y que ahora ante la degradación de la figura de autoridad, ante la caída de los semblantes de autoridad, esa violencia puede estallar entre los iguales más fácilmente.[8]

Se buscará entonces indagar las consecuencias sobre la clínica de aquello que como respuesta a la declinación del Nombre del Padre aparece como una victimización horizontal, una identificación horizontal, sobre la base de una pendiente imaginaria vinculada al significante víctima.

La violencia siempre ha estado presente bajo diferentes modalidades. La ética de comienzos del siglo XX era una ética del sacrificio y de la renuncia. Época en la que la renuncia pulsional era impuesta por la cultura exigiendo al individuo renunciar a la agresión, a la satisfacción pulsional dirá Freud, (1920)[9] estableciendo de esa forma un contrato social que establecía un marco de regulación[10].

El amo del mundo contemporáneo no es el mismo que el de la época freudiana. La moral civilizada en el sentido de Freud era una brújula, un punto de apoyo, nuestra civilización lejos está de contar con el Padre en su función de ordenador; la ley, el orden simbólico ha perdido el poder organizador que tenía tiempo atrás.

Lacan hablaba ya en 1970 del "ascenso al cenit social del objeto llamado por mí a minúscula"[11] en tanto plus de goce, reflexión que retoma Miller en su conferencia de Comandatuba para delinear el discurso de la hipermodernidad comandado por el objeto a[12].

Los objetos plus de goce comandan el discurso y se imponen al sujeto, y este al no contar con los ideales, ni con el Otro del orden simbólico regulando, tiene liberado el camino para ir tras su plus de goce atravesando cualquier inhibición, y esto con el signo del imperativo. Si en la época freudiana el superyó era una instancia de censura y represión, para el superyó de la civilización hipermoderna se trata de un imperativo que empuja al goce[13].

La violencia se inscribe en la época actual como un síntoma social de la civilización hipermoderna, aparece como respuesta frente al goce otro no homogeneizable, no universalizable. Elegir en el otro sus signos extraños (gordo, autista, torpe, desinhibida...) y rechazar lo enigmático, esa diferencia que supone algo intolerable para cada uno, es una crueldad contra lo más íntimo del sujeto que resuena en cada uno y cuestiona nuestra propia manera de hacer.

En la actualidad la declinación de los ideales y el ascenso al cenit del objeto a, ha traído aparejado la descomposición del lazo social, la violencia toma el lugar de la palabra, el síntoma desfallece y aparece la violencia como una respuesta que se generaliza.

Goce de la víctima

La victimización horizontal, o generalizada como antes fue mencionada, y las situaciones de violencia naturalizadas, traen como consecuencia que cualquiera pueda ser víctima de acoso.

El sujeto que ha sido elegido como víctima del acoso, es un sujeto que ha sido escogido por aquello que aparece como extraño al resto, hay un goce en juego dice Hector Gallo, evidente en el acosador pero muy oculto en el acosado, el abuso del que es objeto se liga con un rasgo de indefensión[14]. Lejos de la camaradería y del lazo social, la normatividad vigente en las relaciones sociales parece estar elidida.

Miller en su libro Extimidad[15] establece que ya Freud en El Malestar en la Cultura retrocede en el mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo, porque no cree que uno pueda amar lo que tiene como más próximo.

El término extimidad se construye sobre el de intimidad, “lo éxtimo es precisamente lo íntimo”, es “como un cuerpo extraño... La extimidad es un hiato en el seno de la identidad conmigo mismo[16].

Lacan va a hablar en el Seminario “De un Otro al otro” de la vacuola de goce como aquello que se constituye como una interdicción en el centro, donde está la más cercano sin dejar de sernos exterior. Una centralidad que es el campo del goce donde se observa la dialéctica misma del placer, un nivel de estimulación a la vez buscado y evitado, de un justo límite, donde el placer sería allí demasiado intenso[17].

Como dice Le Boetie en su libro sobre la Servidumbre Voluntaria, es una tesis a considerar, la tiranía sería una consecuencia de la servidumbre y no lo contrario.

El sujeto se desresponsabiliza en el fantasma de lo que le ocurre, y cuanto más lo hace, más siervo de su goce es; y en tanto el goce es en detrimento del deseo, el sujeto pierde cada vez más su capacidad de elección, de acto del deseo, y se vuelve más esclavo de su goce.

La servidumbre voluntaria como envoltorio político de la extimidad nos muestra que la tiranía se engendra en la voluntad de servir, no hay tirano sin voluntad de servir.

Tomando a Matet, podemos pensar que víctimas y verdugos, pueden funcionar como pantallas fantasmáticas. ¿Víctima? ¿Nombre del síntoma o de su causa?

Héctor Gallo, hace referencia a la repetición del acoso en el ámbito escolar, dice que esta situación se ve favorecida por la posición adoptada por el “niño victima”, que excluido del coraje y con dificultad para vincularse con sus pares por diferentes razones en cada caso, se produce una perpetuación de una violencia ejercida sobre un individuo que ya no sabe cómo salir de ese circuito.

El sujeto puede hacer uso del significante de víctima, como una manera de nombrar su goce y hacerlo pasar por el Otro[18]. Puede ser una solución pragmática que separa al sujeto de ser un desecho. Víctima del Otro en lugar de ser un desecho.

Se puede recubrir el hiato en la intimidad consigo mismo, eso propio que se desconoce, que se siente como extraño, con un envoltorio político dirá Miller, haciendo existir esa opresión interior en el exterior y en la figura del amo, sintiéndolo como una liberación.

Si no se apunta al goce de la víctima en la dirección de la cura psicoanalítica de un sujeto que padece, no habrá cambios en su posición subjetiva.

Lo singular de la víctima

La premisa que ha dejado el Pipol 7 es la siguiente: “no hay la víctima, sino lo singular de ella”[19], lo singular de cada una de ellas. Y esto es de fundamental importancia para la clínica psicoanalítica. Porque ese rasgo singular está en el origen del ser de víctima y también en aquello que hará posible un tratamiento psicoanalítico.

De lo que se tratará en todo caso lejos del furor sanandi que proponen otras terapias, será despejar justamente lo singular de aquel sujeto que sufre en su condición de víctima, apuntar a aquello que lo singulariza y no a lo que lo colectiviza y universaliza.

Es en su particularidad que el psicoanálisis encuentra su lugar, ubicándose de forma que el sujeto pueda encontrar su diferencia. La exclusiva particularidad de su goce con el trabajo de la transferencia.[20]

Bassols establece la diferencia entre la victimización primaria, la del objeto víctima del acontecimiento traumático o delictivo, y la victimización secundaria, cuyo origen está en la relación del sujeto con esta misma experiencia, con el discurso familiar, social y jurídico y con los distintos modos de intervención del aparato del Estado en su tratamiento[21].

Es la segunda dimensión de la experiencia de la víctima, la dimensión en la que el sujeto debe responder ante su posición de objeto la que más dificultades representa. “La llamada "doble victimización" es el peor y más notable efecto de este retorno sobre el propio sujeto de su posición de objeto víctima ante el Otro social y jurídico”[22].

Dirá Ubieto que es en Donc donde Miller establece como ley la victimización inevitable del yo. Y es en este punto, cuando de victimización generalizada hablamos, que hay una identificación al ser víctima de, que obstaculiza el acceso a aquello que fantasmáticamente sostiene una repetición y que aleja en ese punto al sujeto a responsabilizarse de su propio goce.

La cuestión entonces sería poder escuchar lo propio de cada sujeto, haciéndonos por otro lado la pregunta que convoca a la Pipol, Víctima?!, es una pregunta efectivamente, no porque no existan víctimas es que nos preguntamos por la víctima, sino porque en este mundo globalizado donde el intento permanente es a la uniformidad, el para todos igual, el significante víctima se ha transformado en un semblante posible del que se puede hacer uso. Y si hay el para todos igual, lo singular de cada quien queda por fuera.

Tanto en el discurso jurídico como en el político la promesa de reparación ocupa un lugar cada vez más grande y eso aleja muchas veces a que el sujeto en cuestión pueda responsabilizarse.

Khalil Sbeit, un refugiado palestino, dice que como palestino siempre ha tenido un estatuto inferior, pero que en tanto víctima, fue idealizado. Comenta que por años estuvo identificado a esa historia y hacía grandes esfuerzos por rectificar lo que había sucedido, teniendo una visión social de la reparación. Dice que esos ideales no son falsos pero ocultan la responsabilidad subjetiva, él aclara que no es una responsabilidad respecto de los acontecimientos históricos acontecidos, sino que en lo que lo concierne, la posición de víctima ha obstaculizado la construcción de una realidad nueva.

Entonces será nuestro trabajo en la clínica, apuntar a lo singular de la víctima, más allá de lo que la colectiviza, que en todo caso será terreno de la política.

 
* Articulo ampliado basado en el publicado en el libro “Bullying, acoso y tiempos violentos. Lecturas críticas desde el psicoanálisis de la orientación lacaniana”, Mario Goldenberg compilador, Ed. Grama, Bs.As., 2016
 
Bibliografía
 
Notas
  1. Título tomado de la propuesta de José Ramón Ubieto en su titulo “Lo singular de la víctima” donde dice que la tentación a la inocencia ha devenido una victimización generalizada.
  2. Lacan, J., “La instancia de la letra” en Escritos 1. Siglo veintiuno editores. Argentina 1987. p 504.
  3. Miller, J- A., “Los envoltorios de la extimidad”, en “Extimidad”, Paidos, Buenos Aires, Año 2010, p 30.
  4. Lacan, J. “Observación sobre el informe de Daniel Lagache: psicoanálisis y estructura de la personalidad” en Escritos 2. Siglo veintiuno editores. Argentina 1987. p 648.
  5. Miller, J-A., "Curso del 26 de Enero de 1994", en Donc, la lógica de la cura. Editorial Paidós, Bs. As., Año 2011, p. 120–121.
  6. Lacan, J. “El amor cortés en Anamorfosis” en El Seminario Libro7. Editorial Paidos. Buenos Aires. 1988.
  7. Miller, J-A, “Los envoltorios de la extimidad”, en “Extimidad”, Paidos, Buenos Aires, Año 2010, p 27.
  8. Ubieto, J.R., “Lo singular de la víctima”, disponible en http://www.pipolnews.eu/es/essentiels/lo-singular-de-la-victima-jose-r-ubieto/
  9. Freud, S; “Más allá del principio del placer”. En Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu Editores, tomo XVIII, 1982.
  10. Castro, M.P., “Adolescencia y época” en Violencia en la Escuelas. Editorial Grama. Buenos Aires. 2011.
  11. Lacan, J. "Radiofonía", Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 436.
  12. Miller, J-A., "Conferencia de Jacques-Alain Miller en Comandatuba", IV Congreso de la AMP, 2004, Comandatuba, Bahía, Brasil. Disponible en http://www.congresoamp.com/es/template.php?file=Textos/Conferencia-de-Jacques-Alain-Miller-en-Comandatuba.html
  13. Di Rienzo, S., “Las violencias y el discurso de la hipermodernidad” disponible en http://www.nel-mexico.org/index.php?sec=GLIFOS&file=GLIFOS/003/Productos-del-cartel/Las-violencias-y-el-discurso-de-la-hipermodernidad.html
  14. Gallo, H., “Entre la confrontación y el goce de acosar”, disponible en http://nel-medellin.org/entre-la-confrontacion-el-goce-de-acosar/
  15. Miller, J. A., “El objeto en el Otro”, en “Extimidad”, Paidos, Buenos Aires, Año 2010.
  16. Ibíd., Miller, J.A., “Los envoltorios de la extimidad”.
  17. Lacan, J. “Las dos vertientes de la sublimación” en El Seminario Libro 16. Editorial Paidos. Buenos Aires. 2013.
  18. Cuchiarelli, R., y Ganim, B., Reseñas sobre PIPOL 7 ¡VÍCTIMA! Disponible en http://ampblog2006.blogspot.com.ar/2015/07/resenas-sobre-pipol-7-victima-por.html.
  19. Reseñas de la PIPOL. Disponible en http://ampblog2006.blogspot.com.ar/2015/07/resenas-sobre-pipol-7-victima-por.html.
  20. Ibíd., Cuchiarelli, R., y Ganim, B.
  21. Bassols, M., “Victimología” en Revista Consecuencias N° 15. Disponible en http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/015/template.php?file=arts/Derivaciones/Victimologia.html#notas
  22. Ibíd.
 
 
Kilak | Diseño & Web
2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA