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Consecuencias
 
Edición N° 25
 
Julio 2021 | #25 | Índice
 
La pandemia del odio, en tiempos de COVID[1]
Por Paula Suárez López
 
Paula Suárez López

"Una hormiga,
por odio a la cucaracha,
votó a favor del insecticida.
Murieron todos,
hasta el grillo que se abstuvo de votar"[2]

Este artículo propone un breve recorrido del concepto de pasión en la filosofía antigua y el psicoanálisis. En particular me detendré en la pasión del odio, relacionándolo con los términos de linchamientos y escraches. Motivaron mi escritura ciertas publicaciones de estos últimos tiempos relacionadas al COVID19.

Apartado 1: Las pasiones y el afecto en la filosofía antigua

Ética a Nicómaco es uno de los pilares fundamentales del pensamiento ético griego. Aristóteles, su autor, distingue tres fenómenos de lo anímico; pasión, facultad o modo de ser. La primera contempla “apetencia, ira, miedo, coraje, envidia, alegría, amor, odio, deseo, celos, compasión[1] y puede ser controlada mediante la virtud. Las pasiones nos mueven y las pondrá en contrapunto con los vicios que nos disponen de cierta manera. Para un accionar ético es necesario el razonamiento, ya que éste dirige el deseo y las pasiones.

En el seminario 10, Lacan recomienda a su audiencia leer el libro II de La Retórica[3] escrito por Aristóteles, ya que allí se hallará la mejor explicación sobre las pasiones. En este escrito se toma a la persuasión como la capacidad de provocar determinadas pasiones en los receptores del discurso, asociando de este modo discurso, palabra y pasión. De este modo, se establece una incidencia del lenguaje sobre el cuerpo.

Para el retórico, es de extrema importancia el control de los afectos para lograr la persuasión. Se considera que es posible encontrar la manera adecuada de utilizar cada pasión para convencer al auditorio. En esta obra, la primera pasión estudiada es la ira, la cual es definida como un apetito de venganza que surge una vez que hemos sufrido algún tipo de insulto nosotros mismos o a alguien próximo. El orador podría inclinar con su discurso a sus oyentes de tal forma que estos sientan ira hacia los oradores adversarios. En contrapunto, la calma, cuyo fin es convencer al público de que las personas odiadas no son en realidad merecedoras de tal odio mediante diferentes argumentos. A Aristóteles le interesa saber en qué medida las argumentaciones persuasivas pueden provocar una u otra situación. En La Retórica la pasión es tratada como algo que puede verse afectado por el discurso.

Por su parte, la compasión nos persuade sobre el hecho de que nos podría afectar el mal que afecta a otro. La retórica podría incluso predisponer a juzgar a otros como dignos o no de compasión, ya que ocupa un lugar preeminente como posible factor para despertar afectos.

En el capítulo Sobre el amor, la enemistad y el odio, Aristóteles va a diferenciar a la enemistad y al odio. De la primera dirá que está relacionada con la Ira y puede darse por una causa no personal. Lo que se busca es que aquel contra quien se está enojado, pague. Pero el Odio “tiende a causar daño(...)al que odia nada le importa advertirlo(...)porque el que está enojado está triste, y el que odia no(...)no se compadecería ante ninguna cosa(...)no quiere que exista aquel a quien odia”[4].

Platón en su obra Filebo[5] establece que hay mezclas de placeres y dolores: del cuerpo, del alma o de ambas y plantea que las pasiones son absorbidas únicamente por el alma. Pero Aristóteles, en su obra Del alma[6], donde estudia las diferentes almas de los seres vivos, explica que los afectos impactan sobre el compuesto alma y cuerpo.

La pasión aristotélica hace referencia a lo anímico, a lo somático y al lenguaje, este es un punto de convergencia entre la filosofía y el psicoanálisis. El discurso y la palabra tienen la capacidad de modificar las pasiones del sujeto y el afecto se comprende como algo que afecta el cuerpo, pero cuyo origen está del lado del lenguaje. Las pasiones, los afectos son de interés para el psicoanálisis ya que él intenta con una práctica de la palabra incidir en lo real del cuerpo y la pulsión, la pasión es “una manera de nombrar lo que afecta al sujeto, y en este caso lo que afecta al sujeto es una carga bastante dura de transportar (…) es un sufrimiento que no está desprovisto de placer, de satisfacción (...) de goce”[7].

Apartado 2: Perspectiva psicoanalítica sobre las pasiones y el afecto.

“alguien que tenga preocupaciones por la pasión del ser humano,
alguien que se pregunte por el amor, el deseo, el odio, la angustia,
que quiera saber cómo eso se juega en las masas
o cómo se da el debate contemporáneo,
no puede no leer a Freud.
Es como prescindir de Darwin.
O como si un argentino dedicado a la literatura no leyera a Borges
porque no coincide ideológicamente con él”[8]

Siguiendo la recomendación de Osvaldo Delgado, comenzaré el recorrido psicoanalítico como se debe: por el principio. Freud va a tomar la noción de afecto de la psicología alemana, cuyo referente es Wilhelm Wundt. Se plantea que a través de una impresión exterior o un proceso psíquico interior, se produce un sentimiento inicial. Esto constituiría un afecto y, en un segundo tiempo, éste afecto se asociaría a una representación. Freud va a tomar de aquí su división entre monto de afecto y representación.

En su obra del 1893 Estudios sobre la histeria explica que la finalidad del psicoanálisis es liberar el monto de afecto de la representación de la escena traumática. Ya para el año 1894 Freud publica su trabajo titulado Las neuropsicosis de defensa en donde expone que la representación de una escena puede ser reprimida, pero el afecto que acompañaba a este contenido debería de ser abreaccionado mediante la palabra.

En 1915 con su trabajo La represión, explica que el afecto no se halla necesariamente ligado a la representación; su separación permite que cada uno de ellos siga un destino diferente. El afecto freudiano es algo a pensar como algún tipo de cantidad que puede desplazarse a través de las representaciones. La representación reprimida pasa a formar parte del sistema inconsciente, pero el afecto termina manifestándose.

En el mismo año nos encontramos con Pulsiones y destinos de pulsión. La palabra pulsión proviene del latín y es el derivado de un verbo que significa pujar, impeler, sería un estímulo constante para lo psíquico. No proviene desde afuera, sino desde dentro del mismo organismo, por ello es imposible la huida. Con este término, Freud va a diferenciar la sexualidad de los animales, que se manejan por instinto, de la de los humanos, que son seres hablantes. Definirá a la pulsión como:

“un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo corporal”[9].

Lo que cancela a la pulsión es la satisfacción de aquella fuente interior. Freud, en este momento, desarrolla el Principio de Placer que rige el aparato psíquico, éste regula el nivel de placer-displacer. La pulsión nace apoyada en las funciones de la conservación de la especie, de la necesidad, pero rápidamente se independiza de ellas. De aquí surge el llamado Dualismo Pulsional. En la obra freudiana hallamos tres modelos pulsionales dualistas diferentes, siempre en conflicto:

“El primero es entre pulsiones del yo o auto-conservación y pulsiones sexuales. En <Introducción del narcisismo>, será entre libido del yo y libido de objeto, y a partir de <Más allá del principio de placer>, entre pulsión de vida y pulsión de muerte”[10].

Las pulsiones yoicas o de auto-conservación se ubican del lado de la necesidad interior y el yo percibe como hostil lo que viene desde afuera, expulsa a lo extraño, eso es odiado. Para Freud antes que el amor, encontramos al odio relacionado con el objeto, ya que se origina en el rechazo primitivo del mundo exterior[11].

Por su parte, Lacan plantea al afecto como efecto del lenguaje sobre el cuerpo. A lo largo de su obra nos encontramos con diferentes modos de pensar a las pasiones, en este trabajo tomaré la de sus comienzos:

“en la dimensión del ser (...) pueden inscribirse las tres pasiones fundamentales: en la unión entre lo simbólico y lo imaginario, esa ruptura, esa, arista que se llama el amor; en la unión entre lo imaginario y lo real, el odio; en la unión entre lo real y lo simbólico, la ignorancia”[12].

La angustia es el único afecto que no engaña, ya que las palabas pueden engañar y producir equivoco, “siempre pueden querer decir otra cosa (...) buscar el afecto, que expresa lo que la palabra no alcanza”[2]. El afecto es un lugar privilegiado de manifestación de la verdad del sujeto. Lacan plantea:

“Por el contrario, lo que he dicho del afecto es que no está reprimido. Esto Freud lo dice igual que yo. Está desarrumado, va a la deriva. Lo encontramos desplazado, loco, invertido, metabolizado, pero no está reprimido. Lo que está reprimido son los significantes que lo amarran”[13].

Lacan, plantea tres modos de estudiar los afectos: a) realizar un catálogo del significado del término, pero esto llevaría a callejones sin salida, de listas interminables; b) estudiar a los afectos desde la biología, sociología y la cultura, pero con esto se perdería la perspectiva singular, o c) estudiar los afectos a través de la función de la llave[14] la cual consiste en insistir en la relación entre la palabra y el afecto, o sea, entre el lenguaje y la angustia. La última opción sería la indicada para el autor.

En Televisión, Lacan descarta que los afectos sirvan para adaptarse al mundo exterior, no se trata de distinguir si un afecto es adecuado o no, si se tiene el afecto que corresponde. A los afectos hay que verificarlos, no son evidentes, se indaga qué hay detrás del afecto, con qué representación se relaciona[15].

Los afectos para Lacan no son emociones, sino que hacen referencia al terreno de las pasiones. Los afectos no son una simple respuesta mecánica–instintiva–animal a algo exterior, sino que el afecto que vaya a aparecer en cada situación llevará la marca del sujeto, pondrá en juego algo de lo más íntimo de ese sujeto. Lacan piensa el afecto en relación con la noción clásica de pasión, pensándola como el efecto del lenguaje sobre el cuerpo. Uno de los puntos centrales de correlación entre Lacan y Aristóteles es que, este último en La Retórica plantea que hay una capacidad del discurso para modificar las pasiones del sujeto, esto nos permite pensar a los afectos como el resultado de los efectos sobre el cuerpo del lenguaje. El afecto se comprende como algo que afecta el cuerpo, pero cuyo origen está del lado del lenguaje: “lalengua impacta en el cuerpo del viviente (...) lo desnaturaliza (...) cava un agujero en lo simbólico”[16]

Para el psicoanálisis el cuerpo es el organismo una vez que éste último ha sido afectado por el lenguaje, tenemos al cuerpo hablante que habla en el síntoma. La ciencia aspira a convertir la pasión en algo puramente cere­bral, borrando al sujeto, alentando a que la gente piense con el cerebro, que no crean que el síntoma significa algo, que tenga algo para decir ya que no hay tiempo para descifrarlo. Mientras el psicoanálisis se orienta por pensar el modo en que una práctica del lenguaje puede incidir en el cuerpo y la pulsión, cabe preguntarse “¿Qué impacto tendrá la palabra del analista, o incluso su silencio, en un sujeto que ha oído demasiadas cosas?”[17]

Graciela Brodsky sostiene que “los cuerpos no paran de hablar”[18] y también realiza una diferencia clara entre sentimiento[19], afecto[20] y emoción[21]. La autora enfatiza en que del afecto hay que hablar.

Apartado 3: Escraches en cuarentena.

“Cada época, cada cultura, cada costumbre y tradición
tienen su estilo, tienen sus ternuras y durezas peculiares,
sus crueldades y bellezas;
consideran ciertos sufrimientos como naturales;
aceptan ciertos males con paciencia”[22].

Quisiera dar comienzo a este apartado, con una anécdota que me vino a la cabeza mientras escribía este trabajo, no sé si es cierta o no, realmente no importa, pero me hizo pensar en la dificultad de escribir mientras se está transitando el mismo fenómeno del cual se pretende decir algo: dicen que cuando a Mao Tse-Tung le preguntaron sobre las consecuencias de la Revolución Francesa, respondió que, para poder saberlo, debería de esperar[23]

Como anticipé, llamaron mi atención los fenómenos del escrache anónimo al llamado personal de trinchera y a las personas que “no cumplen” o que se cree que no cumplen la cuarentena como “La Ley” lo indica.

Rita Segato explica:

“Hay una cantidad de ejemplos de expresión de animadversión y agresividad extrema contra vecinos que trabajan en hospitales, sean médicos o enfermeros, contra personas que han llegado del exterior y contra personas que se encuentran enfermas. El furor y odio hacia toda y cualquier persona asociada a la plaga cunde entre sectores reaccionarios de la sociedad, que pretenderán, a futuro, imponer ese orden social frente a lo que puedan definir como amenaza pública: enfermos, migrantes, no-blancos, delincuentes, inmorales”[24].

Uno de los casos más impactantes con los que me topé, fue el del Sr. Porro Daniel[25], enfermero de la provincia de Neuquén, quien tras haberse contagiado de COVID y ser hospitalizado, al llegar a su casa luego de la correspondiente alta médica, los vecinos lo golpearon brutalmente, por lo cual debió de ser internado nuevamente e incendiaron su hogar. Este caso en particular me hizo pensar en el Linchamiento. La raíz de la palabra linchar proviene de un vocablo inglés "lynching" que estaría relacionado con al menos dos orígenes. Uno de ellos se asocia con James Lynch Fitzstephen, alcalde de un pueblo de Irlanda, quien en el año 1493 hizo ahorcar a su propio hijo tras acusarlo de asesinato. La otra referencia es Charles Lynch, juez del estado de Virginia, Estados Unidos que en 1780 ordenó la ejecución de un grupo de lealistas, partidarios de la corona británica. Ambos hechos sin juicio alguno.

Mario Goldenberg advierte la facilidad de acceso a videos/fotografías sobre este tipo de hechos en actualidad[26], en donde se puede ver los ataques una y otra vez, a la sola distancia de un botón. Ahora bien, cuando hablamos de linchamiento, estamos hablando de un conjunto de personas anónimas que convierten a otro en un objeto; se descarga toda la furia sobre él y el anonimato se convierte prácticamente en una condición.

Esto se halla en consonancia con el trabajo de Freud Moisés y la religión monoteísta, el autor explica que Moisés, guiado por su Dios de Akenatón, intenta educar a su aldea, intenta instalar una especie de perfeccionamiento moral, lo cual resulta extremadamente opresivo para el pueblo. Moisés es asesinado y olvidado. Se pueden hallar ciertas coincidencias entre el crimen del padre de la horda de Tótem y Tabú y el crimen de Moisés. Ambos asesinatos tienen como actor a una masa, que de algún modo, asegura el anonimato y que no haya castigo.

“esas son sutilezas - sonrió a medias el doctor Brodsky–
No nos interesan los motivos,
la ética superior.
Solo queremos eliminar el delito”[27].

Propongo realizar un breve recorrido sobre los diferentes usos sobre la palabra escrache. Ésta parece provenir del occitano (zona del norte de Francia y parte de España que se hablaba oxitano) «escrachar», que en el siglo XVI pasa al francés como «cracher», que significa «escupir». En el siglo XVIII su significado se amplía y pasa a designar algo muy parecido a lo que hoy en día entendemos por escrache: el acto de «reprochar con malos modos».

Un siglo después encontramos otros significados como el de «hacer burla» o «injuriar». Con esta palabra se hace referencia a las manifestaciones que se convocan frente al domicilio, lugar de trabajo o un ligar concurrido de personas u organismos para reprobar su comportamiento en determinados asuntos políticos o sociales.

En el año 1995 la fundación HIJOS en Argentina, escracha por primera vez a un obstetra de la dictadura que estaba libre, algunos carteles decían “si no hay justicia, hay escrache”, “si no hay justicia, hagamos que el país sea su cárcel”. En el año 2001, se comienza a escrachar por el corralito a dirigentes políticos argentinos y en el año 2013 en España se realizan escraches por la crisis hipotecaria, también en este año fue declarada la palabra del año por la FUNDEU.

Si bien el escrache no mata o golpea de manera directa a nadie, las consecuencias simbólicas pueden ser devastadoras. Hallé entre él y el linchamiento cierta relación: el mecanismo de ubicar a otro como objeto odiado, el anonimato y el efecto de veredicto sin juicio. Se arma un “nosotros” y “ellos”:

“El valor de la vida siempre es subjetivo, pero parece haber un principio de acuerdo en ciertos sectores de la sociedad: la de cualquiera de nosotros vale mucho más que la de ellos. Lo que es insuficiente para que me cueste la vida a mí es más que suficiente para quitarle la vida a él”[28].

Aníbal Leserre plantea que se suele ver al otro como “...un otro que te quita lo que es tuyo, pero no solo eso, sino que además no lo merece...”. Volviendo a Freud, en el año 1930 en "El malestar en la cultura" plantea que el hombre nace con cierto quantum de agresividad, si esto no se controla puede desintegrar a la sociedad. Por lo tanto, aparece la cultura que regula esta agresividad internalizándola bajo el nombre de Superyó con sus ideales de conciencia moral y de culpa, cuyo génesis son las tendencias agresivas. Cabe aclarar que no es lo mismo la agresividad que la violencia y que el odio. Ahora bien “...la cultura no resuelve las pasiones oscuras...”, no todo se logra elaborar. Esto se encuentra en consonancia con la manera en que Freud pensaba la relación con el semejante:

“...el ser humano no es un ser manso, amable, a lo sumo capaz de defenderse si lo atacan, sino que es lícito atribuir a su dotación pulsional una buena cuota de agresividad. En consecuencia, el prójimo no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la agresión, explotar su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente sin su consentimiento, desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo y asesinarlo...”[29]

Sabemos que la segregación es inherente a todo sistema simbólico, pero cabe detenerse en lo peligroso de su utilización como herramienta política. Lacan en el Seminario XVII planteaba que hay una segregación estructural, ya que cada uno tiene su propio modo específico de satisfacción. Pensar en que todo trabajador de la salud está infectado con el virus es una respuesta hostil y fantasmática y, al ser segregado, pierde la posibilidad de tomar la palabra como sujeto y se lo deshumaniza. Cuando el otro deviene en cosa, nos hallamos frente al maltrato y el agente del maltrato suele no registrarlo como tal.

Osvaldo Delgado explica:

“Una sociedad donde no se garanticen los derechos ciudadanos, donde se promueva como ideales las figuras del cínico y el canalla, capturada en la ley de hierro que impone la relación de la ley del mercado con el desarrollo científico-tecnológico (...) que promueve las prácticas directas de goce, sin la operatividad de los recursos simbólicos e imaginarios, para vérselas con lo real pulsional (...) Una sociedad burocrática y totalitaria, que tome a lo diferente como hostil, como enemigo, imponiendo una uniformidad que aplaste lo singular y realice un empuje a la masa, se transforma en una cruel pesadilla”[30].

Por último, si bien no hay educación alguna que logre eliminar por completo la pulsión de muerte, es posible crear condiciones sociales que no favorezcan determinadas pasiones oscuras y crueles.

 
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Notas
  1. Parte del presente trabajo ha sido presentado en el congreso de Salud Mental de la AASM 2020
  2. Aristóteles, Ética a Nicómaco, Edit. Gradifco, Bs. As., 2008, p. 48.
  3. Se estima ha sido escrito entre los años 367-322 a. C. El significado de Retórica según la RAE es el siguiente: "Conjunto de reglas o principios que se refieren al arte de hablar o escribir de forma elegante y con corrección con el fin de deleitar, conmover o persuadir"; "Disciplina que estudia la forma y las propiedades de un discurso"
  4. Aristóteles, La Retórica, Edit. Gredos,Madrid, 2000, p. 155, 156
  5. Diálogo platónico sobre el rol del placer y la inteligencia en vida conducida por el bien.
  6. Escrito por Aristóteles alrededor del año 350 a.C. También llamada en griego De Ánima.
  7. Brodsky, G., Pasiones lacanianas, Edit. Grama, Bs. As., 2019, p. 29
  8. Pizarro, E., ¿Por qué leer a Freud?, 2013.Extraído de https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/por-que-leer-a-freud-nid1563977
  9. Freud, S.,Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras, Tomo XIV,Amorrortu Editores, Bs. As., 2008, p. 117
  10. Delgado, O.,Lecturas freudianas I, Edit. UNSAM EDITA, Bs. As., 2012 p. 89
  11. Esto se encuentra íntimamente relacionado con Lo ominoso desarrollado por Freud o lo éxtimo trabajado por Lacan y Miller
  12. Lacan, J., El seminario, libro 1- Los Escritos Técnicos de Freud, Edit. Paidós, Bs. As., 2013, p. 394
  13. Brodsky, G., Op. Cit., p.14
  14. Lacan, J., El seminario, libro 10 - La Angustia, Edit. Paidós, Bs. As., 2012, p. 30
  15. Lacan, J., Otros Escritos, Edit. Paidós, Bs. As., 2016 (Cabe aclarar que esto es opuesto a lo planteado por Jean–Paul Sartre, quien refiere que los afectos son una especie de regulación entre el yo y el mundo exterior y con ellos se intenta alcanzar un equilibrio homeostático.)
  16. Brodsky, G., Op. Cit., p. 16, 17
  17. A.A.V.V. (2012) Pág. 131.
  18. Brodsky, G., Op. Cit., p. 8.
  19. Brodsky, G., Íbid, p. 28: "el sentimiento (...) es subjetivo, depende del lenguaje (...) solo existe a condición de que exista la palabra que lo nombra (...) miente (...) viene del lado del sentido y lo mental".
  20. Brodsky, G., Íbid, p.13: "aquello afectado por otra cosa (...) vinculado con el impacto que produce sobre algo".
  21. Brodsky, G., Íbid, p. 25, 26: "la emoción, plantea lacan, es del orden del comportamiento, del movimiento, de la agitación. Tiene siempre la función de adopción del organismo vivo al entorno, al mundo (...) no es propiamente humano, sino que la comparten todos los seres vivos (...) expresa una necesidad".
  22. Hesse, H., El lobo estepario, Edit. Inbook, Bs. As., 2005, p. 22
  23. La Revolución Francesa tuvo lugar entre los años 1789–1799 y Mao Tse-Tung nació el 26 de diciembre de 1893 y falleció el 9 de septiembre de 1976, fue político y el máximo dirigente del Partido Comunista de China y fundador de la República Popular China.
  24. Segato, R.,El Futuro después del Covid-19, extraído de https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/el_futuro_despues_del_covid-19_0.pdf, 2020, p. 82.
  25. Extraído de https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2020/07/20/un-enfermero-recuperado-de-coronavirus-fue-golpeado-por-vecinos-y-le-incendiaron-la-casa-en-neuquen/
  26. Extraído de un encuentro del año 2019 del equipo de investigación sobre violencia en la actualidad a cargo de Mario Goldenberg.
  27. Burgess, A.,La naranja mecânica, Edit. Minotauro, Barcelona, 2003, p. 129.
  28. Núñez, J., No cuenten conmigo extraído de https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-43310-2014-03-28.html, 2014
  29. Freud, S.,Tomo XXI. El porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura y otras obras, Edit. Amorrortu, Bs. As., p.108.
  30. Delgado, O.,Actualidad del malestar en la cultura, extraído de https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-301359-2016-06-09.html, 2016
 
 
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