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Consecuencias
 
Noviembre 2008 | #2 | Índice
 
Epifanías adolescentes: La época, los jóvenes y la violencia
Silvia Bermúdez [1]
 

Explicar fenómenos de violencia sintomática como efecto de la extracción de la subjetividad de los contextos escolares constituye una lectura que sin duda aporta, en un mar ya bastante concurrido de ofertas usadas y fracasadas. El éxito de dicha propuesta al permitir diseñar buenas alternativas radica en un campo que no es el del mercado. Implica una política distinta a la formación de opiniones, regulación de la información, victimización y atención sobre la queja. En este sentido, la ambivalencia, el ello, el domeñamiento pulsional, la pulsión de muerte, el odio y la crueldad son términos para asir parte del problema en vía a una posible alternativa.

 
Época y violencia
 

Los síntomas sociales nos convocan a algo más que a una reflexión; son un signo de la época, a diferencia de los síntomas analíticos donde nos ocupamos de la singularidad del caso por caso.

Mi orientación es pensar estos controvertidos síntomas - en la época globalizada del Otro que no existe y su incidencia en los jóvenes - desde una posición que haga diferencia con la narrativa social, fuera de la lógica del mercado, lógica enmascarada en una legislación enraizadas en lo pulsional.

Los trastornos o déficit del comportamiento en los adolescentes, nombrados así muchas veces por parte de adultos que se ven asombrados, asustados y desbordados por lo que ocurre, son diagnosticados implementando "programas de prevención o psicoprofilaxis" que intentan disminuir los riesgos en los que se ven expuestos ellos mismos y otros.

Cuando de hechos de violencia se trata ya sea en el contexto familiar, en entidades educativas como también el caso de violencias extremas, los mismos son diagnosticados como "trastornos severos de la conducta o trastornos generalizados de personalidad" que ocasionan "disturbios" y "fracasos escolares" bajo la amenaza concreta de la exclusión.

Siguiendo estas "clasificaciones" para abordar la violencia se implementan dispositivos con programas de "contra violencia preventiva", enmascarando en sí mismos procesos segregativos, cuando lo que está en juego verdaderamente es la reducción misma del sujeto a su punto de eliminación. Abordajes que, lejos de resolver, obedecen a la lógica desarticuladora que caracteriza al discurso cínico de nuestra época.

En este sentido Mario Zerbino sostiene que tanto las teorías educativas como los abordajes aislados, propios de cada disciplina científica en competencia con las otras que "han adquirido un carácter prácticamente hegemónico en la vida institucional contemporánea"[2] han fracasado, tal como lo demuestra Christian Establet [3] "Los nuevos dispositivos que necesitamos construir tienen que operar precisamente sobre la cultura de la queja y sobre la posición de víctima, tanto como sobre la naturalización de la crueldad a la que los nuevos procesos segregativos parecen acostumbrarnos".

En este sentido, podríamos decir que el tratamiento mediático y el virtual van en esa misma dirección. Administra y regula la información, teniendo una función de formador de opiniones y es quien decide calculadamente qué decir, qué mostrar. Propiciando en los sujetos un logrado efecto de fascinación ante ese dar a ver, como fervientes creyentes capturados ante los cuerpos mutilados, decapitados, gozados.

En esta crisis de la vergüenza la verdad esta despojada de su estructura de ficción, tomando escenario el espectáculo del espanto y la crueldad.

Podemos decir que esta es verdaderamente la época del "Dios ha muerto", los acontecimientos que pasan y nos sobrepasan, no solamente en nuestro país sino en el mundo, pueden ser leídos desde la formulación nietzscheana.

 
La violencia y su fundamento pulsional en la obra freudiana
 

Me resultaron de una valiosa orientación clínica y política algunas formulaciones freudianas sobre el conflicto de ambivalencia y su aplicación para pensar la violencia en la época.

Freud, un año antes de su muerte escribe: "Mística, la oscura percepción de sí del reino que está fuera del yo, del ello"[4]. Enigmática frase a modo de jirón, impasse y luz.

Línea que me orientó hacia el postulado freudiano sobre el conflicto nuclear de ambivalencia en términos de intrincación - desintrincación pulsional [5] como un tratamiento del sujeto para dar una respuesta de ligadura a lo perturbador; y será de las vicisitudes de este conflicto nodal que advienen como solución diversos padecimientos subjetivos, o como lo dice la misma pluma de Freud […] " las alteraciones en la proporción de mezcla de las pulsiones tiene sus consecuencias patógenas", tramitación

que pone un ordenamiento a ese empuje que es estructural y que siempre tiene un punto irreductible.

Jorge Alemán en la misma línea sostiene que "la ambivalencia es un último intento de dar un orden de composición a la pulsión destructiva; el otro tratamiento es la guerra pues en la guerra la estructura del sujeto comparece por fuera de la ambivalencia".[6]

Podemos decir con Freud que la violencia obedece a ese orden de descomposición, de desmezcla.

Un segundo punto a destacar es la formalización que Freud hace sobre el estatuto del "ello" en los siguientes términos: "El núcleo de nuestro ser está constituido por el oscuro ello, que no comercia directamente con el mundo y además solo es asequible a nuestra noticia por la mediación de otra instancia"[7] […] "dentro del ello campean nuestras pulsiones originarias"[8]. A todas luces ubica la eficacia del oscuro ello, de las pulsiones originarias que siempre se satisfacen y toda época le sienta bien.

Me interesa poner de relieve lo que ubico como advertencia y enseñanza, cito: "Pero una satisfacción pulsional instantánea y sin miramiento alguno, tal como el ello lo exige, llevaría a conflictos peligrosos con el mundo exterior y al aniquilamiento. El ello no conoce prevención alguna por la seguridad de la pervivencia, ninguna angustia…"[9]

Deja así planteado, de un modo "conciso y en los términos más inequívocos"[10] la peligrosidad de estas impulsiones, que quedando por fuera de toda ligadura tienen su eficacia y satisfacción en la misma la aniquilación.

Hay un tercer punto que pongo en consonancia con los anteriores, es el estatuto que Freud le da al concepto de bändigung; en estos términos "la mezcla de la libido con la pulsión de muerte torna inocua a esta última, como domeñamiento – bändigung - de la pulsión "[11]. Concepto no comprendido ni investigado en todo su alcance por algunas orientaciones post freudianas y desde donde los actuales programas psicológicos se abrevan desviándolo de su verdadero sentido.

Lo sabemos no se trata de clasificar, ni domesticar, ni de superar déficits mediante operatorias sugestivas al servicio del discurso capitalista.

Este sesgo me permitió ubicar la violencia de la época como efecto de la desagregación, desintricación de la pulsión de muerte.

 

Algunas conclusiones

 

Desde ese místico topos donde descuellan las pulsiones originarias que golpean con despótico imperio, ese núcleo de nuestro ser infiltrado por el oscuro ello, la violencia cobra todo su poder por medio del odio y la crueldad.

En el fundamento está la pulsión de muerte, la crueldad y el odio al ser inherente a la condición humana. ¿Será por eso que tanto Freud como Lacan descreyeron del mandamiento "amar al prójimo como a ti mismo"?

Pulsión que se revela por el camino de la desmezcla mostrando su eficacia, en algunos casos, hasta culminar en matanzas como "sangrientas y mortíferas epifanías"[12].

En estos tiempos que corren del declive del padre o del Otro que no existe, proliferan los efectos arrasadores de un superyo que ordena gozar, que con sus riendas sueltas hace aún más de las suyas hipnotizando con sus simulacros que conminan a la apatía, al letargo y a la violencia. Aumentando así la morbililidad que desagregada de su función de prohibición empuja al goce, empuje que conlleva al fracaso de los ideales y del amor.

Para debatir los estragos subjetivos propios de la época siendo una de sus consecuencias la violencia, propongo la siguiente formulación: A mayor fracaso del amor mayor obscenidad del goce. Fórmula que subsume a los sujetos al servicio de las prácticas de goce que no hacen lazo social.

 
Notas
1- Psicoanalista, Miembro de la EOL. Miembro de AMP .Prof. de la U.B.A. Ex Prof. Tit. USAL. Bs. As Argentina
Este artículo es un extracto del resultado de una investigación en conjunto con Alejandra Glaze, sobre La época y la violencia. Fue presentado en forma más ampliada en las Noches Abiertas de la EOL "El psicoanálisis y los debates contemporáneos" el 9 de junio de 2008. El artículo completo será publicado en el libro Púberes y Adolescentes. Compiladora Marina Recalde. Grama. 2008. De próxima aparición.
2- Zerbino, Mario:Intervenciones en situaciones de alta complejidad. En El Portal Por la inclusión. Consulta el 18/6/2008. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. OEI. Mercosur.Foro.2008.Bs.As. Ver también Diversas formas de comerse a las personas. Notas sobre la violencia contemporánea. Flacso. y 19 Proposiciones para discutir sobre la violencia.
3- Conferencia y publicación de la última investigación monumental de este clásico de la teoría educativa que se realizará el 20 de septiembre de 2008 en Bs. As. Junto con la publicación de su investigación en castellano por Del Estante editorial. CEM.
4- Freud, S.: Conclusiones, ideas, problemas., T XXIII, A.E.Bs As 1992, p. 302.
5- Nota: Mezcla – desmezcla pulsional en la traducción de Amorrortu. Fusión – delusión , en la traducción de Ballesteros.
6- Alemán, J.: El porvenir del inconciente, Grama. Bs. As 2006, p. 157.
7- Freud, S.: Esquema de psicoanálisis. T. XXIII. A. E. Bs. As 1993. p 199.
8- Freud, S.: Moisés y el monoteísmo, T XXIII. A.E. Bs As. As 1993, p 94.
9- Las itálicas son mías. El valor que tiene a mí entender, como trasmisión de enseñanza, que no se presta a confusiones y con una orientación política.
10- Me interesa destacar lo que propone Freud como los Principios del Psicoanálisis, Esquema de psicoanálisis Prologo p.139.
11- Freud, S.: Análisis terminable e interminable, TXXIII. A.E.1993, p. 227 y El Problema Económico del Masoquismo, T XIXA.E.p 170.
12- Hago referencia a la novela de Lionel Shriver Tenemos que hablar de Kevin, que forma parte de del material utilizado en esta investigación.
 
 
 
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2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA