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Consecuencias
 
Noviembre 2008 | #2 | Índice
 
Lo que resta de la transferencia al final del análisis [1]
Silvia Salman
 
La perspectiva del objeto a es la posición que se espera de un analista al final de un análisis. La decisiva es aquella que ubica al analista al nivel de lo que Miller llama el "efecto de agujero", que hace resonar un vacío de significación y posibilita la emergencia de "un significante nuevo". En tanto partenaire-hétero, inyecta la dimensión de lo extraño en lo que era más familiar, vía hacia la salida de la transferencia.
 
Tomo como perspectiva el pase, como un momento donde se transforma radicalmente la relación con el análisis y con el analista. Me interesa trabajar los avatares de la transferencia al final del análisis, tomando el aspecto libidinal de la transferencia en la perspectiva del objeto a y acentuando en ella la posición del analista que se espera al final.
 
La introducción del objeto a en la transferencia
 

Silvia SalmanEn el Seminario 10 La angustia, Lacan introduce el objeto a en la transferencia. Es alrededor de la pregunta: "¿Qué es un agujero?" (p.146) que aborda el tema.

A esta altura, la función del agujero no es unívoca y la pregunta le sirve para introducir la diferencia entre los agujeros que pueden colmarse y aquellos que no pueden reducirse por el significante de ninguna manera, los que dibujan un tipo irreductible de falta.

Lo que intenta demostrar es lo que allí llama el "punto falta de significante" (p.149).

Esa pequeña pieza faltante es el a, y es con ella que tenemos que vérnoslas en cierto nivel del manejo de la transferencia. "Es el objeto que cual laminilla se mete en el consultorio y salta sobre el analista", dice G.Brodsky en el texto que presentó en nuestro último congreso (El Caldero Nueva Serie 5).

Efectivamente, al final del Seminario 10 Lacan se refiere al objeto como nuestra existencia más radical y lo sitúa en tanto tal en el campo del Otro. Es nada más ni nada menos que la posibilidad de transferencia (p.365).

Este es un modo de pensar al psicoanálisis fundado sobre el Otro y al analista como partenaire objeto. La transferencia se convierte aquí en lo que hay de más familiar (M. Torres y G. Belaga, Seminario del pase 2007).

 

El analista como objeto causa

 

Un comentario de Miller sobre el Seminario 16 De un Otro al otro en "Iluminaciones profanas" (Lacaniana 5/6, p.24) despertó en mí el interés de este recorrido.

Destacando el lugar del objeto a a la altura de este Seminario como consistencia lógica, a diferencia del Seminario 10 que aparece como recorte del cuerpo, acentúa la idea de Lacan de considerar el objeto a como un agujero en el Otro.

El objeto a es designado en su función de agujero en la medida en que tiene bordes, y agrega Miller como comentario: "No es el agujero que encontramos en los nudos borromeos".

Me interesó explorar esta distinción con el fin de preguntarme acerca de la posición del analista correlativa a cada una de estas ideas de agujero y sus consecuencias en la práctica de los finales de análisis.

En el Seminario 16 el objeto a se hace presente en el campo del Otro agujereándolo e imponiéndole una estructura de borde. Su función allí es la de capturar el goce que se evacua del campo del Otro.

En esta perspectiva, el a le da forma al Otro, lo en-forma (p.283). El a es todo agujero con un borde que impone una forma al goce. Son las piezas desprendidas del cuerpo las que vienen a moldearse en esta ausencia dibujada por el agujero. De este modo se articulan las perspectivas del Seminario 10 y 16 respecto del objeto.

La posición del analista correlativa del objeto a en este sentido, encarna la presencia de dicho objeto ofreciéndose como semblante del mismo.

Ahora bien, es en la transferencia donde se despeja el funcionamiento singular de la pulsión. El analista inserta con su interpretación, el objeto soporte de la repetición. Y en el trayecto del análisis se va efectuando el esclarecimiento del fantasma y su atravesamiento. Esta trayectoria implica una separación de la satisfacción pulsional que se articulaba al Otro y que el analista soporta, desarticulando de este modo el ejercicio pulsional que sostenía la repetición.

Pienso que acá la interpretación apunta al objeto y al sentido gozado inherente a él.

Hay separación del objeto plus de gozar pero todavía la causa queda del lado del analista. El analista queda como causa de esta trayectoria, tal como lo escribe Lacan un año después con la escritura del discurso analítico.

¿Alcanza esta perspectiva para justificar la separación del analista, la separación de la transferencia?

 

La salida de la transferencia

 

Un cambio de perspectiva se introduce con el Seminario 23 El sinthome. Allí Lacan señala que la recta infinita es la mejor ilustración del agujero (p.143). Caracteriza la recta infinita por su equivalencia con el círculo. Para ello se apoya en la topología que indica que el círculo tiene un agujero en el medio. Uno puede imaginarse lo que constituye su centro, lo que se prolonga en todo tipo de efectos de vocabulario del que nadie sabe exactamente qué significa.

Para Lacan, la virtud de la recta infinita es tener todo el agujero alrededor. De este modo, la presenta como el soporte más simple del agujero.

Si mantenemos la idea de que el goce se aloja en el agujero y que el analista encarna dicho agujero, entonces a esta altura ya no se trata de un goce con forma, evoca más bien la idea del bolsillo que se abre en el triángulo del Seminario 20 Aun y que Lacan distingue del objeto a. Entonces el analista además de sostener el semblante participa de los cortes y empalmes necesarios para conectar el síntoma con lo real.

Si nos referimos a la práctica ¿qué nos ofrece esto?

En el curso 2006/7, Miller comenta que en lo últimos seminarios hay una ausencia de la transferencia, porque la transferencia es del registro del dos, y con la promoción del Uno y del sinthome como lo más singular, la transferencia pierde su partida. Sin embargo el analista juega su partida y habrá que pensar en tanto dos, cuál es el lugar que conviene en esta perspectiva.

Así nos indica que si habría algo de la transferencia en la última enseñanza, sería al nivel de lo que llama "efecto de agujero" (clase 28-3-07). El analista en este caso agrega un vacío. No se refiere solamente al equívoco del sentido al que apunta la interpretación, sino a hacer resonar un vacío de significación (a diferenciar del sentido gozado). Se trata de lo que queda del significante una vez que el sentido ha sido abolido. De este modo podemos pensar la emergencia de "un significante nuevo". No se trata de un significante particular sino de un nuevo modo de existencia del significante, cuando se ha separado del sentido.

Si se obtiene el efecto agujero, desaparece el lugar de la causa del lado del analista y a partir de allí se vuelve posible la separación en la transferencia.

Podemos escribir este tramo como un pasaje del analista como causa a la causa analítica, donde el partenaire ya no es el analista sino el psicoanálisis mismo.

Pienso que la interpretación en este momento del final ya no apunta al objeto sino al no hay relación sexual. Se trata del analista como partenaire-hétero.

 

La dimensión de lo extraño en la posición del analista

 

En "La angustia lacaniana" Miller comenta el "duelo del analista" que Lacan plantea como un "no hay objeto que valga más que otro": "Esto quiere decir duelo de su amor y de su magia, duelo del objeto único y por el contrario acuerdo con la ley inexorable de la pulsión. En esto la posición del analista supone el acceso al reverso del amor". Deduce que el analista en la dirección de la cura, sólo opera con la condición de responder él mismo a la estructura de lo extraño, sin lo cual se probaría que por no acostumbrarse él mismo a lo extraño, no sería capaz de alterar la defensa.

El duelo por el objeto único es el índice de la extracción fundamental. E. Laurent comentando este texto en su conferencia en Belo Horizonte señalaba que lo extraño es lo que queda cuando se ha extraído lo que condicionaba la regularidad de las repeticiones.

Recojo la idea de una "sensación de extrañeza en la transferencia", para pensar el analista como partenaire-hétero. De cómo la interpretación del analista consigue inyectar la dimensión de lo extraño, que se encontraba desde el inicio aunque encubierta por el amor, y que como reverso del amor introduce la diferencia con lo que era lo más familiar. Así posibilita la buena manera de desprenderse de la transferencia.

 
Una referencia clínica: sobre el testimonio de Rose-Paule Vinciguerra: "El rapto del serrallo" (En El Caldero Nueva Serie 1)

En su testimonio R.P.Vinciguerra resalta su posición en relación al Otro paterno, un padre muerto tempranamente del que recorta la pérdida de la voz como hecho traumático. Y la relación al Otro materno, de la que resalta el encierro (serrallo) en el mundo de las mujeres propio de la cultura musulmana.

Su síntoma consistía en un "querer vivir" y se articulaba al fantasma cuya matriz escribe como "la niña entregada al goce enigmático de la Reina madre", lo que transformaba su vivir en un brutal padecimiento. Su condición de goce en el amor se regía por esta fórmula.

Sólo retomo dos interpretaciones del analista para debatir sobre los modos que toma la posición del analista al final de la cura y la salida de la transferencia.

1° interpretación: "Ud. está en el serrallo y no quiere estar allí"

No es sino "tomando apoyo contra" el goce, que es posible a la vez oponerse y servirse de él. El analista inserta el objeto soporte de la repetición apuntando a la posición de goce en el fantasma. Pero a la vez abre el trabajo a la dimensión de la separación del objeto y el sentido gozado condensado en él.

Es una interpretación que a la vez que nombra el goce, opera como separadora.

El analista le arranca un significante amo: "serrallo" y Rose-Paule accede al esclarecimiento de su fantasma.

(Esclarecimiento del fantasma y analista como partenaire-objeto).

Sin embargo, como ella evocó después su trabajo en el Escuela, él le dijo:

2° interpretación: "Allí usted quiere formar parte del serrallo"

Ahora la interpretación no remite al lugar cerrado donde estaban las mujeres, sino a un lugar en el grupo analítico, al servicio no de un sultán sino de una "causa electiva".

Con esta interpretación el analista agrega un vacío (más allá del objeto y del sentido gozado) apuntando a un "no hay" que abre a la dimensión de la causa analítica, clave para la salida de la transferencia.

Sobre el final, dos sueños revelan el objeto voz, lo que permite junto con otra interpretación dicha al pasar "¡puedes vivir!", la extracción del objeto. Su deseo era formar parte del concierto de voz de los analistas, deseaba añadir su voz a la polifonía de las voces de la Escuela.

Le da forma y vida al "serrallo de la Escuela" practicando un uso distinto del objeto.

(Sinthome y analista como partenaire-hétero).

Esta última interpretación produce al significante "serrallo" como un Uno resto de la desconexión operada entre S1-S2, que como tal le sirve de recurso en el acceso a lo real.

 
Notas
1- Trabajo presentado en el Seminario del Pase organizado por el Consejo de la EOL, el 27-08-08.
 
 
 
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2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA