Última edición Staff Links Contacto Instituto Clínico de Buenos Aires Seguinos en FacebookSeguinos en Facebook
Consecuencias
 
Noviembre 2008 | #2 | Índice
 
De los amores con la verdad a la certeza de lo real [*]
Ana Simonetti
 

Para iniciar un análisis, se parte de los amores con la verdad en el tiempo de la alienación. Luego, hay un pasaje de un saber al saber en tanto verbo: eso se sabe, uno mismo lo sabe. Al final, el analista debe separase y ser separado, punto donde se juega el encuentro con la certeza de lo real. Extraño ser cortado que está solo, pasa del relato a la elaboración de saber para el Otro de la Escuela. La metodología del testimonio a la comunidad de dos AE, verifican estos postulados.

 
1- Transferencia y fin de análisis, algunas coordenadas
 

J-A Miller señaló en su Curso 2006/2007 sobre la (TDE) de Lacan, cómo ésta nos lleva a conmover los fundamentos del psicoanálisis con el que sostuvimos la orientación lacaniana por décadas.

Entonces ¿estamos en condiciones de situar una transferencia en otros términos que los fundamentales? No estoy tan segura. Una cosa es que valoremos el hacer aún sin transferencia en relación al psicoanálisis aplicado. Pero no es así para el psicoanálisis puro.

Lo actual para mí en los testimonios de AE es justamente verificar una y otra vez ese despliegue de alienación y separación que Lacan fundamentó en el seminario XI. ¿Con qué fin? ¿Para dar cuenta cómo surge un analista, cómo surge el deseo de analista? Ello, ¿para hacer avanzar la praxis psicoanalítica? ¿Para probar al Otro de la ciencia y lo social los efectos positivos del psicoanálisis? ¿Para preparar operadores del alivio del padecimiento subjetivo? Me ha preocupado en otra época cómo hacemos pasar a ese Otro nuestros efectos. Creo hoy, que es posible por la vía del psicoanálisis aplicado a la terapéutica.

Si bien hay el rasgo de la orientación lacaniana de aislar la singularidad de un caso en la clínica actual, no debemos perder de vista lo paradigmático de cada caso, que aporta cada testimonio de AE. He tomado de dos AE en funciones, Mauricio Tarrab y Luis Salamone, y si bien encuentro en el trayecto a otros, ambos me han permitido captar un recorrido que claramente designo con el título del trabajo: cómo cada uno debió partir de sus amores con la verdad para iniciar un análisis, para más tarde -abrupta o bien progresivamente en cada caso- darse con una certeza que indica lo real, donde ya no hay el engaño del amor que lo velaba. Pasaje del saber como un saber, como sustantivo, al saber verbo: uno lo sabe, uno mismo. Eso se sabe. Este desplazamiento es fundamental: donde ya no importa ningún saber producto del descifrado, sino eso se sabe, la certeza de eso capturado en un instante y que determina las maneras diferentes de salidas.

Inconsciente desligado de la transferencia que como lo plantea Lacan en el Seminario XI, no se liquida.

¿Entonces? ¿La transferencia cambia de estado, cambia de destinatario?

Sobre el párrafo del Prefacio a la edición inglesa del Seminario XI: "el espacio de un lapsus ya no tiene ningún alcance de sentido (o interpretación), tan solo entonces puede uno estar seguro de que está en el inconsciente. Uno lo sabe, uno mismo", Miller en la primera clase de su Curso, noviembre de 2006, lo dice: "se sabe, por sí mismo". Él refiere que esta pequeña frase indica que esto no ocurre en el registro de la intersubjetividad, ni en la intersignificancia S1-S2, sino que instala ese extraño ser cortado que está solo. Me interrogo a partir de aquí, quién habla, quién profiere el se en esa frase, así como lo que sigue: es suficiente que se preste atención, es decir, ¿es el analista?, ¿el analizante? Considerando que saber es una acción en tanto verbo, ahí localizo la certeza. En ambos testimonios es lo que toma a cada uno, al final la determinación de la salida.

 
2- La clínica del practicante y la clínica del AE
 

Pero vayamos al inicio: parto de un ejemplo reciente: una mujer potencialmente analizante que reside en otra provincia, al volver me relata que gracias a un sueño pudo tomar el teléfono y pedir un turno. Su sueño: "Yo le pedía que venga a atenderme en mi ciudad, y usted me decía que no, que tenía que venir aquí". Ya me había comentado que le sirvió mucho para acomodarse en sus lugares, una frase pronunciada por mí en su anterior visita: "Qué pegada está a lo que le dicen". Su sueño lo evidencia: el espejismo del SsS está en pleno ejercicio, ella había descubierto en esa ocasión esa verdad. No estamos en el inconsciente que es exterior al SsS, es el inconsciente que funciona por gracia de la transferencia.

Encuentro en el testimonio de Luis Salamone, su comienzo de análisis con un sueño que incluía al analista padeciendo su síntoma: empacho, quien por tal motivo no podía atenderlo. El síntoma médico-mágico se hizo analítico; el analista había recortado anteriormente ese significante.

Para el AE el progreso del análisis con escansiones y cortes precisaron el circuito pulsional oral-empacho- y escópico-mal de ojo-, que se anuda a la herencia del padre, vivir en-ojado- , permitiendo de modo progresivo (sin rayos ni centellas), instalado en el discurso analítico, producir los S1 a los que estaba identificado. Destaco en este trayecto dos escenas primitivas que son las que fijan la marca en el cuerpo como acontecimiento, las escenas del circo. En la primera surge cortar, la carne, el cuerpo, a la par de tirar, como significantes privilegiados que permiten avanzar en el despliegue de la verdad, con un amor regulado por la angustia.

La segunda escena, fija otro acontecimiento que toca el cuerpo ante una mujer que se ahoga, casi muerta. La sed por la vida surge como respuesta al goce primitivo, inaugural del mito del nacimiento. El ahogo, nombre de goce: podría haber muerto por estar a-pegado a la madre, permite la construcción del fantasma morir ahogado ante la mirada del Otro, y el síntoma de ahogarse en un vaso de agua.

Ambos sintagmas me evocan con claridad la ubicación en el grafo del deseo de Lacan, el fantasma hundiendo sus raíces en el síntoma, como significado que viene del Otro. Terreno de la verdad. Pero hay una salida singular: el goce escópico, mirar la vida. Entiendo el ahogo como nombre en el cuerpo de la angustia. Su certeza es arrancada con la mirada y la inhibición.

La travesía del fantasma lleva a la caída del significado del Otro y a la liberación de la inhibición: es inservible el síntoma en el museo, y el fantasma, ridículo. Me permite una lectura de que aún no se produce el encuentro con lo real, lo que Guillermo Belaga en su texto "La estetización del síntoma" (Revista Lacaniana 1) señala: que signo de la resolución de una inhibición no alcanza para ello. "(…) la diferencia estará en el aislamiento del resto (…)"

Esta captación por los signos de lo inservible y lo ridículo que da risa, es el punto en que sí localizo cómo fue el analizante desprendiéndose de sus amores con la verdad. Luis señala: directamente proporcional a la caída del SsS. La inconsistencia va dejando libre el vacío. Un operador fundamental: el silencio del analista. El nombre que para él toma el estado de la transferencia en ese momento: aflojamiento. (Mauricio: algo desprendido).

En la salida el Otro se disipa progresivamente. En Mauricio Tarrab encuentro más bien un sujeto que lucha denodadamente para que el Otro no se disipe. Variaciones.

En Luis Salamone. la angustia dio paso a una felicidad sin esperanza. La pregunta del analista ante su salida, si le debía algo, tiene la respuesta de No, nada. La pregunta, ¿es un forzamiento a la separación de la deuda comoobjeto? ¿Deberle al Otro la comida, el destino, la vida? No, nada, ubica el rasgo ligado al saldo cínico, propone Luis Salamone. A la vez, nombre del agujero, ante el que no parece haber horror. Un cinismo incauto porque destituye al Otro en el mismo acto que extrae el objeto, despejándose con claridad el deseo y la certeza de la salida. Entiendo allí la certeza de lo real sin el Otro que se responde con el saldo cínico, (algo de negatividad en relación a la transferencia, a mi gusto, empuja la separación), que lo coloca como espectador, entonces ante ese resto vislumbra al pase como el horizonte de resolución. Nada, un significante que se transforma en la cura, de imperativo a nominación del no hay relación sexual. Para Mauricio, lo mudo.

Mauricio Tarrab en la entrada anuda cuerpo y significante a la transferencia con la angustia y la orfandad. El trayecto de la verdad "cuidar al Otro", el bien del amor eterno, lleva a franquear algo del padre, no sin la interpretación del analista. Una caída que a la vez trae un recrudecimiento de los síntomas, la angustia y la revelación de la escena primitiva del acontecimiento de cuerpo que fijó su marca. Interpretación del analista que localiza la lengua materna y su goce, lo que produce un giro: caída de la identificación ligado a la orfandad y también la captación del goce en juego: S1-a. Recién aquí el analizante tiene la evidencia del agujero en el Otro, mas no se advierte la salida, dando vueltas sin encontrarla. ¿Por qué?

Hipótesis: Aún se espera del analista en tanto SsS, la captación del agujero no lo destituye. Él espera una clave del síntoma en términos de saber. Es más, pregunta al analista, quien responde que hay que esperar el acontecimiento imprevisto. Mauricio: decepción y comprensión benevolente (un atisbo de caída del Otro pero el benévolo domina y sella la brecha). Sin embargo, hay la decisión de ir hasta el final: ya no es del Otro que vendrá el saber sino de la contingencia. La anticipación de lo que vendrá, no impide la ilusión pese a los esfuerzos del analista para retirarse. Hay una estasis allí, no se puede separar: "Tardé en estar en condiciones de dar el salto".

Se opera la construcción del fantasma. Pero persiste la angustia y el analizante des-espera por sostener una identificación, la interpretación del analista es entonces en relación a separar su deseo del deseo del Otro, lo que desangustia y lo enfrenta a la versión verdadera del fantasma: se retenía al Otro como agujero donde soplar. Hay el horror de la constatación de ese goce activo, no del Otro sino del sujeto. Deviene ubicarse un poco desprendido (un signo de separado) en la transferencia.

Varios años después un nuevo episodio de angustia se presenta como no poder respirar. En la espera por el encuentro nuevamente con el analista, se le hace evidente (en la dimensión del "se sabe") que el aire puede faltarle a él, ya no al Otro a quién soplar. Desprendido pero ligado, es su salida transferencial, ligado a la causa, el pasar por el dispositivo del Pase lo prueba. La certeza de la angustia considero que es radicalmente diferente a la de la salida cuando el analista le pregunta: ¿Y qué más? La risa testimonia de esa certeza producida en la espera, sin el Otro.

 

3- Utilidad, usos para la formación del analista practicante

 

He tomado los testimonios en ambos AE, a modo de lo que es la primera entrevista con un paciente: está la clínica en su brutal belleza, ahí de modo claro o con signos tenues, de lo que se desplegará después. Este primer testimonio en su dimensión de relato, epopeya heroica como lo nombra Miller en "El lugar y el lazo", tiene un carácter de artificio que produce efectos de desconfianza, de sospecha y hasta de hostilidad, así como de fascinación con los AE.

El AE por suerte cuenta con un tiempo para avanzar en la elaboración de saber sobre lo que no hay y su transmisión, lo que implica reducir cada vez más el relato, un esfuerzo que cada AE hace, es una constatación, que considero atraviesa el espejismo, el narcisismo, el cinismo. Una metodología del testimonio a la comunidad constituye eso, un pasaje del relato a la elaboración de saber para el Otro de la Escuela. Eso nos permite situar los interrogantes, encontrar algunas respuestas, dar cuenta de los avances en la clínica y la práctica.

Sobre la interpretación del analista: en ambos testimonios, se da cuenta por sus efectos del tiempo de alienación en el análisis, necesario para la caída de las identificaciones, pero luego el analista debe separase, ser separado. Ese es el punto donde se juega el encuentro con lo real, con su certeza, él se sabe.

 
Notas
1- Seminario del Pase del 27/8/2008 organizado por el Consejo de la EOL. Interlocución: Mauricio Tarrab y Luis Salamone.
 
 
 
Kilak | Diseño & Web
2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA