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Consecuencias
 
Edición N° 3
 
Septiembre 2009 | #3 | Índice
 
El dripping de Jackson Pollock [1]
Stella Maris Aguilera [2]
 
El inconfundible estilo que Pollock había inventado con su obra es comparable al saber hacer de Joyce con su escritura. Desde la vía de la clínica borromea privilegiamos la localización del inconsciente real y el goce a partir del anudamiento de cada sujeto y de la función que cumple el cuarto nudo. En Pollock lo más real lo ubicamos desde la contingencia del sinthome enlazada a la invención de esos trazos automáticos característicos de la técnica del dripping. El gesto cada vez más elaborado de su proceso creativo era esa autre escritura –con a minúscula- que le posibilitaba cernir cierto goce. Verdadero garante que suplía el sostén fálico más allá de toda medida, se apela a los aportes realizados por los investigadores de la geometría fractal para intentar la verificación de esta hipótesis..
 

Jackson Pollock no escribió literatura como Joyce, tampoco una autobiografía como Schreber, sin embargo sus cuadros hablan por él. La evolución estética que fue transformando y depurando su estilo evidencia la paulatina batalla que libraba al intentar ordenar un goce que lo excedía. No tenemos datos para validar que haya sido un psicótico al modo del desencadenamiento schreberiano, pero hay indicios que pueden orientarnos hacia el diagnóstico de psicosis ordinaria, aggiornada a partir de la teoría elaborada en la Conversación de Arcachon y en la Convención de Antibes. [3]

Esta vía de la clínica borromea[4] privilegia la localización con lo real y el goce desde la constitución de los tres registros y de la parte que le corresponde a cada sujeto en el anudamiento sintomático[5] considerando la especial función del cuarto nudo[6].

Jackson PollockEl uso singular que "sinthomatiza" a Pollock es la técnica del dripping. Inconfundible invención que marca el encuentro contingente con lo más real de su estilo, el salpicado de la pintura sobre telas de grandes dimensiones colocadas sobre el suelo con un método alejado de las convenciones academicistas. Esta relación con las obras le facilita introducir también todo su cuerpo en el proceso creativo.

Los goteos enmarañados, engañosamente simples, son similares a los patrones de la geometría fractal, formas constantes e índice estructural estadísticamente verificable de la repetición que se observa en los fenómenos de la naturaleza a todas las escalas.

La teoría del caos, contemporánea de Pollock, suponía que en la naturaleza dominaba el desorden, que su comportamiento era en esencia aleatorio. Sin embargo a partir de 1960, cuatro años después de que el artista se matara en un accidente automovilístico, se descubrió desde el campo de la meteorología que más allá del azar hay sistemas notablemente sutiles que encubren un orden dentro de su morfología. Estos avances científicos estaban apoyados en las nuevas tecnologías de los ordenadores desarrolladas por los matemáticos Turing y Von Neuman, aunque la sucesión de Fibonacci, los estudios de Sierpinski, y fundamentalmente, la curva de Peano de 1890 y la curva en copo de nieve[7] descubierta por Von Koch en 1904, fueron los antecedentes teóricos de una nueva forma de geometría que surge en 1978, formalizando las configuraciones que estos procesos caóticos dejaban tras de sí[8].

Benoit Mandelbrot les dio el nombre de fractales[9], contrastándolas con la tersura de las líneas artificiales de las figuras euclideanas.

Los fractales son configuraciones que repiten iterativamente un patrón. Verificado a partir de la autosemejanza, un mismo aspecto que al ser sometido a cualquier ampliación o disminución, conserva una porción siempre constante. Opuesta a la variable infinita de la complejidad de las formas, la invariancia del patrón fractal marca la convergencia en la estructura que sirve de referencia.

Los investigadores descubren este fenómeno en el dripping de Pollock.

El artista depositaba capas de pintura según una técnica meticulosa con la que creaba, sin saberlo, una densa red de configuraciones fractales. Esta complejidad iba aumentando a medida que refinaba su técnica, al modo de un tratamiento posible del goce anclado en la letra[10] a través de ese saber hacer[11]. Tras una febril actividad solía tomarse un descanso. Luego volvía al lienzo, depositando nuevas capas que dibujaban trayectorias de diversos colores sobre la capa de color negro que le servía de anclaje.

Esta etapa creativa marca una curva decadente[12]. Coincide con el fatal accidente, indicio que forma parte de una serie de efectos fenoménicos orientadores del diagnóstico.

"La gente siempre me ha asustado y me ha aburrido, por eso me he encerrado así (...) Esta parte de la vida de uno que se considera la parte feliz, la juventud, es para mí un infierno condenado (...) Mi mente arde con cierta ilusión (…) luego se apaga y todo queda en nada. Cuanto más pienso, más seguro estoy de que las cosas se pondrán peor"[13], escribe a los dieciocho años.

En la Escuela Elemental era incapaz de disciplinar la mano siguiendo las líneas que había debajo del papel de calcar. Ponía siempre otro papel junto al dibujo y lo copiaba a mano alzada porque el calcado era un obstáculo. Le sucedía cada vez que intentaba el control malogrado sobre su propio cuerpo. Un amigo relata que "cuando hablaba espaciaba las palabras como postes a lo largo de una carretera con torpes y largos silencios ensartados en medio"[14].

El encuentro con el Otro sexo era para él verdaderamente problemático. La contingencia con mujeres eran siempre intercambios beodos, agresivos y breves en fiestas o en bares[15]. Sus borracheras comienzan a los 15 años, imitando a su padre y a sus amigos en un precario intento de identificación viril[16]. El alcoholismo adquiere paulatinamente un carácter suicida, y puede orientarnos hacia una posible falla de la significación fálica[17].

No obstante desde su arte hay compensación de la carencia paterna. El uso que él hace elípticamente desde la pintura fractal le da marco a su nombre propio, es la letra del síntoma, el padre del nombre ligado a la escritura[18]. La invención[19] de esos trazos automáticos característicos del estilo del dripping, ese gesto[20] cada vez más elaborado, es esa autre escritura –con a minúscula- que le posibilita cernir cierto goce. Sostiene el marco que liga la materia prima de lo que contiene su obra en un fuera de cuerpo que limita el exceso.

Verdadero garante que suple el sostén fálico más allá de toda medida, puede burlar lo que se le impone en el síntoma. En su hiancia[21] el sinthome reúne la movilidad incesante de las diversas trayectorias que se anclan al primer trazo[22] inicial, marcando el ritmo de ese saber hacer[23]. Localizado lo Uno a partir del vacío es posible el lazo entre aquello que tiene nombre y eso que no lo tiene[24]. Jackson Pollock cumple su promesa juvenil de "abandonar los sueños y convertirlos en acción concreta"[25].

Esta etapa creativa fue definida por él como algo que "parece muy grande, ¡pero tan emocionante como todo el infierno!"[26]

 
Notas
1- Ponencia seleccionada para el IV Encuentro Americano 2009.
2- Miembro de la EOL y de la AMP. Profesora Titular de la cátedra "Psicología del Arte", IUNA (Instituto Universitario Nacional del Arte).
Grupo de Trabajo: Seminario XXIII "El sinthome" - Stella Maris Aguilera, Rosa Apartín, Luisa Bergman, Graciela de la Llera, Gerardo Maeso, José Matusevich, Silvia Weitzman.
3- "Los inclasificables de la clínica psicoanalítica", A.A.V.V., Paidós, Bs. As., 1988; "Las psicosis ordinarias", A.A.V.V., Paidós, Bs. As., 2003.
4- En "La tercera", J. Lacan define el nudo borromeo como "lo que queda" que "está completamente libre", en tanto "el lenguaje es verdaderamente aquello que sólo puede avanzar torciéndose y enrollándose, contorsionándose." (Intervenciones y textos 2, Manantial, Bs. As., 1988, p. 98).
5- En "El atolondradicho", Escansión nº 1, Paidós, Bs. As., 1984, p. 149, J. Lacan dice que el nudo borromeo tiene que ver con la escritura, "como huella que deja el lenguaje." Esta axiomática es matemática: sabe contar las tres dimensiones en el espacio.
6- Se trata de un tratamiento del inconsciente real. El lazo se presenta por oposición de real a imaginario. "Síntoma y símbolo se presentan de tal manera que uno de los extremos las toma <a las cuerdas> conjuntamente, mientras que el otro extremo pasa sobre ese que está encima y bajo ese que está debajo". (El seminario XXIII El sinthome, clase del 18/11/75, p.22, Paidós, Buenos Aires, 2008).
7- La curva de copo de nieve es una curva infinita que limita un área finita.
8- Gardner, Martin, "Juegos matemáticos", Investigación y ciencia nº 21, edición española, junio de 1978, p.104/113; Taylor, Richard B., "Orden en el caos de Pollock", Investigación y ciencia nº 317, edición española, febrero de 2003, p. 70/5.
9- Deriva del latín fractus, que significa roto.
10- En "Lituraterre", Lacan centra dos aspectos de la función de la letra: la letra en tanto que hace agujero y la letra que hace objeto a. La primera es la que causa, pura huella que opera, la otra es función de lo que no cesa de escribirse en la repetición.
11- El saber hacer está ligado siempre a la función de lo escrito, esencial a su ego "como corrector de la relación faltante." (Lacan, Sem. XXIII, p. 149).
12- Acontece luego que decide abandonar a Lee Krasner, una mujer de rasgos similares a Nora, la partenaire de Joyce.
13- Naifeh, Steven /White Smith, Gregory, "Jackson Pollock: Una saga Americana", Circe, Barcelona, 1991.
14- Ibídem.
15- Aunque el encuentro con su mujer le sirve como correlato del no-todo, límite de la estructura que inicia una distribución de goce. No en la relación amorosa, sino en lo imposible de la relación sexual. Marca del interrogante que no cesa de escribirse, condición del acto del dripping, se trata de una serie de tres obras anteriores que enmarcan esta técnica. La segunda de ellas, "Moon woman", nos da la clave de la pintura que responde al enigma de la sexualidad femenina, tal como él imagina a Lee. Es el correlato pictórico de la función de la escritura en el síntoma de Joyce. El escritor imagina el vínculo amoroso de Nora en numerosos personajes que la representan incesantemente en varias obras y desde diferentes ángulos. Pero es "Giácomo", un texto oculto, la marca del acto inicial que toma la forma de lo femenino en la escritura joyceana. Ella, en impersonal, alma propia del amor donde el sexo queda excluido.
16- El alcoholismo estaba enganchado a la virilidad, como en el caso del joven paciente de Katan, que "en ausencia del orden de un acceso a algo que pudiese realizarlo en el tipo viril" intenta compensarlo mediante "un enganche, siguiendo los pasos de sus camaradas." (Lacan, J., El seminario III, Las psicosis, Paidós, Bs. As., 1986, p. 274).
17- Pero la bebida no era suficiente para explicar aquellas repetidas conversaciones con los amigos en las que concluía que el suicidio era para él la única salida. El alcohol era sólo una tentativa fallida de taponar lo insoportable.
18- Una escritura es "un hacer que da sostén al pensamiento." (Lacan, El seminario XXIII, clase del 11/5/76, p.142).
19- Trabajo sobre lalengua, modo inédito y singular de tratamiento del impasse del goce a partir de un significante que no significa nada.
20- El gesto es portador de la inscripción de la huella.
21- "Es el sinthome como aparato opaco de goce, el ser de sinthome del sujeto que no se reconoce en un objeto sino en un proceso, en un montaje, en una repetición" (Miller, J. A., Cosas de finura en psicoanálisis, curso del 4 de marzo de 2009).
22- "No hay existencia sino en el fondo de la inexistencia (…) lo uniano no existe sino no siendo." (El seminario XIX, clase del 15/3/72) J. Lacan en la clase del 29/4/67 de El seminario XIV, La lógica del fantasma, hace referencia al hallazgo de Shitao, que escribió en el siglo XVII la teoría según la cual el calígrafo procede por el "trazo del pincel único" en la pintura japonesa, haciendo uso del rasgo unario. Shitao dice: "La fusión indistinta de Yin-Yun –esto es el caos, no es el Yin y el Yang- constituye el Caos original. Y si no es por medio del trazo de pincel unario, ¿de qué manera podríamos descifrar el Caos original?" (Cheng, François, «Le vide e le plein: Le langage pictural chinois », Seuil, París, 1977, p. 84).
23- Es en el sinthome donde encuentra esa invención que suple el inconsciente.
24- Enlace del inconsciente real, lo Unerkannt.
25- Naifeh /White Smith, Ibídem.
26- Ibídem.
 
 
 
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