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Consecuencias
 
Edición N° 3
 
Septiembre 2009 | #3 | Índice
 
Algunas formas de hacer con el residuo familiar: los des-velos de la escuela hoy [*]
Relatora: Patricia Tassara
Por el Grupo de Investigación de Psicoanálisis y Pedagogía del ICF de Valencia
 

En un intento de estar atentos a la subjetividad de nuestra época, partimos preguntándonos: ¿Cuáles son los des-velos de las escuelas hoy? ¿Qué les quita el sueño, qué les preocupa, cuáles son esos problemas que las dejan insomne, pero también qué velos han caído dejando al descubierto lo que antes se ocultaba, se cubría, se velaba?

Algunas formas de hacer con el residuo familiar: los des-velos de la escuela hoySigmund Freud plantea tres profesiones imposibles, una de ellas es educar, por lo tanto los docentes se enfrentan en su práctica a un punto de imposible que llamamos real. Ese real, que con la caída de los antiguos velos - valores e ideales que aseguraban una transmisión - ha quedado al desnudo, es lo que se resiste a ser evaluado, dominado, etiquetado, medido, adaptado, educado, controlado o vigilado. Lo real resiste el empuje hacia la homogeneización. El mundo actual se caracteriza por su permisividad y su dificultad de prohibir. El pudor cae dando paso a los pasajes al acto.

Los objetos quedan entonces al descubierto. Son objetos sin mediación simbólica, ante los cuales, el sujeto queda atrapado en un consumo que lo termina consumiendo. Una maestra nos comentaba que los niños toman al pie de la letra lo que oyen en la televisión, sin espíritu crítico, con dificultades para relativizar o metaforizar, "como si tuvieran el pensamiento tele-dirigido". Hay un imaginario invasor en esa multiplicación de ficciones televisadas que dejan a los niños y adolescentes extraviados [1].

Si los niños están pegados a la TV, los iPods y los móviles soñando su vida con múltiples ficciones ante las pantallas, los docentes también lo están, por ejemplo a los libros de texto que de alguna manera, los desresponsabiliza devaluando su función. El libro de texto se convierte en un objeto que controla, globaliza, descalifica el saber y la capacidad creativa del docente. No permite que tanto el agente como el sujeto de la educación se dirijan hacia la cultura en busca de respuestas, obturando la necesaria hiancia entre ambos.

Niños y docentes librados a la soledad con los objetos. Aparece así el temido cansancio generalizado, un "cansancio de pensar en sí mismo" [2].

Cuanto más desconectado está el objeto respecto al Otro simbólico, más tiránico se hace. Las familias también se dispersan por la dictadura de este objeto [3]. Desde las escuelas se ve que son familias en las que se borra la diferencia de sus funciones. Si antes la diferencia padre-madre estaba clara, ahora se confunden, se intercambian o pretenden hacerse equivalentes [4].

Una psicopedagoga nos relata que un niño de 3 años de una pareja de lesbianas preguntó a la pareja de su madre: "Tú eres un papá?" Esto angustia a la madre pidiendo cita en el colegio. Podemos pensar entonces que hay un fracaso de la transmisión edípica Esto hace obstáculo a las identificaciones de los niños. Los sujetos cada vez están menos identificados con sus historias familiares, éstas son discontinuas o tienen demasiados agujeros. Los niños vienen a la escuela con un Otro familiar pobre en su inscripción.

F era una niña de 13 años, demasiado callada en el colegio. El profesor de literatura la descubre llorando angustiada por la lectura de una novela en la que se hablaba del aborto. F consulta a la psicopedagoga y le cuenta "un secreto", ella es una niña adoptada. Los padres, justificaban el mantenimiento del secreto supuestamente para evitar que otros niños la dañaran utilizando ese dato pero la psicopedagoga les explica que F había decidido des-velar ese secreto. La niña, dejó de ser tan callada y comenzó a participar más en clase. A partir de una escucha atenta sobre su malestar F encuentra en la escuela un Otro diferente a su Otro familiar. Ese agujero que hacía síntoma con el silencio, empezó a decirse para convertirse en otra cosa.

En las escuelas no dejamos de toparnos con la violencia tecnificada, la prepotencia, el irrespeto por la ley, la desatención, el desinterés, el descontrol de los cuerpos, la desautorización de la autoridad [5], la ausencia de modelos a ofrecer o de ritos a atravesar, en definitiva, todos residuos ahora expuestos ante la vista. Hay pocos significantes amo para orientarse. Los ideales se fragmentan y aumenta la segregación. De ahí las preguntas: ¿Cómo, sin imitar viejos modelos, inventar nuevas formas de autoridad que nos posibiliten limitar sin culpa y permitir con confianza? ¿Con qué nuevos modelos o ritos atajar la fragmentación para permitir a los adolescentes inscribirse simbólicamente, dejando de estar a la deriva y sin futuro?

J tiene ataques de rabia en el patio del colegio. Dice que esto le sucede cuando sus compañeros le gritan y no le escuchan, también cuando su maestra le castiga sin dejarlo hablar. La psicopedagoga abre un espacio para que J hable. Se entera que el padre le pega repetidamente con el cinturón; cita al padre y en la charla ella le dice: "J pide que le escuchen. Él es diferente a sus otros hermanos". Esta intervención permitió que el padre dejara de pegarle, tranquilizando a J en la escuela.

Tenemos que abrir espacios para la reflexión, para pensar en lo que hacemos, para conversar con otros. Si abrir un espacio de palabra tiene efectos en los niños, también lo tendrá en el cuerpo (del) docente. Es conocido el alto número de bajas por enfermedad o depresión de los maestros. La formación permanente es otra manera de cuidar el deseo del educador, siempre que se la entienda como un espacio de estudio y conversación y no de sometimiento obligatorio con pretensión de completar déficits profesionales. No domestiquemos la sorpresa, dejémonos sorprender. Sostengamos el enigma para no creer saberlo todo sobre ese niño en una falsa ilusión de dominio. No hagamos del niño un objeto, respetemos su dignidad de ser un sujeto de palabra. Démosle confianza para que elija ocupar la plaza vacía de sujeto de la educación pero estemos advertidos que no todo es educable en un niño. Admitamos que no hay anulación del resto, lo real siempre insistirá, pero sí hay diferentes formas de aproximarse a él. Lo hacemos rodeándolo con el semblante, con esas palabras que animadas en un deseo encarnado, resonarán en la multiplicidad de los cuerpos de la clase [6].

 
Relatora: Patricia Tassara (psicoanalista ELP)
 
Notas
* Trabajo realizado por el Grupo de Investigación de Psicoanálisis y Pedagogía del ICF de Valencia:
Elvira Tabernero (maestra y psicoanalista ELP), Graciela Reolón (psicoanalista), María Dolores Camps (psicóloga), Verónica Cinosi (pedagoga) Felicitas Berazay (psicopedagoga), Mara Socolovski (psicóloga), Elvira Dianno (psicoanalista EOL), Amparo Porta (profesora U.J.I.), Francisco Beltrán (catedrático U.V.)
1-

Eric Laurent. Los objetos de la pasión. Editorial Tres Haches.

2- AAVV. Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales. EOL. Grama editores.
3- J. A. Miller. Una fantasía. Revista El psicoanálisis Nº 9.
4- AAVV. Patologías de la identificación en los lazos familiares y sociales. EOL. Grama editores.
5- Eric Laurent. Hemos transformado el cuerpo humano en un nuevo dios. Entrevista publicada en el periódico La Nación. 9 de Julio 2008.
6- François Bégaudeau. Lo que he aprendido en la escuela. Terre du Cien Nº 21.
 
 
 
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