Última edición Staff Links Contacto Instituto Clínico de Buenos Aires Seguinos en FacebookSeguinos en Facebook
Consecuencias
 
Edición N° 4
 
Abril 2010 | #4 | Índice
 
Notas y Comentarios
Francisco-Hugo Freda
 

El que cree que escribe sin implicación subjetiva… se engaña. En este sentido, es un "incauto errado".

El decir de un psicoanalista es distinto al acto en la interpretación; términos diferentes a su vez de las expresiones y manifestaciones actuales, ordinarias. Lo alarmante allí deviene en devaluación de la letra en su carácter de marca, signo, en tanto posición bajo la cual se escuda muchas veces un ser de goce que dice, se queja, insistiendo como víctima del Otro del lenguaje, intocado, inmaculado, perfectible y ausente.

¿Qué relación entonces entre la orientación lacaniana y los problemas subjetivos de nuestra época?

En variedad específica: puede leerse, sacar Consecuencias.

 

Hace ya varios meses que mi colega Mario Goldemberg me invita a participar con un artículo a su publicación « consecuencias ».

Respondí positivamente y agradecí la invitación, pero no había honorado mi compromiso. Me daba razones que dilataban el momento de tomar la pluma y escribir algo.

Mi estilo es hacer lo que prometo, puede haber excepciones, evidentemente, pero la regla general es que no eludo los compromisos tomados. Mario Goldemberg insistía y yo respondía que lo iba a hacer.

Francisco-Hugo FredaSu insistencia marca su deseo, me agradaban sus requerimientos, me satisfacían. Dicho estado merece una interpretación: gozaba del deseo que el otro me manifestaba.

Dicha interpretación encuentra sus límites y puede devenir un signo de mala educación o de falta de respeto. Dado que no me reconozco bajo esos significantes, intenté otra interpretación.

Encontré otra interpretación, un refrán me dio la pista: « ¿qué le hace una mancha más al tigre? » La verdad es que he escrito muchos artículos, indagué aspectos del psicoanálisis, relaté casos de toxicómanos, incursioné en la relación entre el discurso de la ciencia y los síntomas modernos, testimonié por escrito de mi formación como analista y recientemente esbocé mi relación con la pintura y el arte. Puedo también escribir en otra lengua que la mía, el francés, y una vez me aventuré en el italiano. Es decir, que si tengo que escribir algo puedo hacerlo dentro de mis posibilidades. Sin embargo, no respondía al pedido de mi colega, ¿y por qué?

Simplemente, porque me parecía que no era eso lo que deseaba hacer. Era otra cosa.

Fue así que propuse interesarme en ciertos acontecimientos que suceden cotidianamente y que llaman mi atención, y tratar de decir algo sobre ellos. Evidentemente, decir algo no quiere decir interpretar. El analista interpreta, es su instrumento, para eso se formó o se forma, pero dicho acto tiene sus límites, sus contornos y sus consecuencias.

Decir es otra cosa, y decir a partir del psicoanálisis, en tanto que psicoanalista, no es lo mismo que interpretar. Es un ejercicio nuevo, donde lo que desaparece es el secreto profesional y lo que irrumpe es la posición del psicoanalista y del psicoanálisis en el mundo.

Allí sí quiero aventurarme. Lo he hecho ya, pero ahora libre de algunas ambiciones. Y con el placer que me proporciona escribir en mi lengua materna, intentaré una nueva aventura intelectual.

Hay un hecho que es propio a nuestro momento histórico: la velocidad, la rapidez, el pasaje de una página a otra presionando simplemente sobre el botón con Internet, la desaparición de una obra por otra sin mediación, el cambio de un lugar por otro sin despedida, el estar hoy aquí y mañana allá, la producción artística efímera, los objetos que envejecen antes de ser usados, los progresos de la ciencia que rompen los lazos sociales subrepticiamente, las nuevas formas de los síntomas, el desplazamientos de los centros de producción y la emergencia de nuevas potencias. La lista sería casi infinita.

Pasamos de un siglo a otro, el XX está atrás nuestro y el XXI recién se inicia, pero nos impone ya un nuevo discurso y una « nueva subjetividad ».

El hecho de escribir implica tener en cuenta dicha subjetividad, y allí, para mí los problemas comienzan.

¿Cómo escribir hoy? ¿Qué implica ese gesto? ¿Cómo escribir en tanto que psicoanalista, más allá de la práctica del psicoanálisis que ejerzo desde hace más de 40 años? ¿Cómo escribir como artista plástico, cuando dicha producción puede evitar las letras y las explicaciones?

¿Cómo escribir en un soporte que ya no es la hoja de papel y su impresión?

¿Cómo escribir para un público que desconozco?

Intentando responder a estas interrogaciones, me surgió la idea que he propuesto a la redacción de « consecuencias », de abrir una rúbrica o un espacio que se llame « NOTAS Y COMENTARIOS ». La idea ha sido aceptada y hoy la presento.

¿De qué se trata? Simplemente, de un cierto análisis de acontecimientos que todos los días pululan en el mundo y que pueden ser leídos, interpretados, a partir de la doctrina psicoanalítica, sin hacer una psicología de los fenómenos.

Tomemos algunos ejemplos:
La violencia: Es un tema de actualidad, los hombres políticos hacen de ella una bandera, se sabe que muchos presidentes elegidos centraron sus campañas políticas sobre ésta, prometiendo al ciudadano su erradicación. Hasta hoy ninguna política ha sido totalmente eficaz. La violencia en las escuelas ha provocado huelgas y protestas de los maestros en Francia, indignación y cólera en Argentina, muertes en Canadá y en los EE.UU. Ante esto los psicoanalistas pueden dar su punto de vista. ¿Podemos hacer resonar la diferencia establecida por Lacan entre el acto criminal y el sujeto que comete el crimen, sin caer en la tontería de hacer una psicología del fenómeno, sin recurrir a los lemas tan amados por cierto tipo de periodismo?

¿Qué vamos a decir de la carta abierta que nos promete el Papa sobre la posición de la Iglesia frente al fenómeno de la pedofilia, tan expandido dentro del clero y que había sido ocultado por edictos internos, por sumas astronómicas de dinero? ¿Es que el carácter pulsional que habita en cada sujeto puede ser una pista para entender el fenómeno? ¿O lo que Freud había ya indicado, cuando señalaba los casos de prácticas homosexuales en situaciones extremas entre sujetos privados de todo contacto con personas de otro sexo? Pero además, no hay una ilusión que se alimente, la que indica que hacer vibrar la verdad va a impedirle a un real insistir bajo otra forma.

¿Qué diremos de esos cuerpos presentados por Lucien Freud en el centro « George Pompidou »?, ¿O el elogio a la muerte y a la vida, presentado por Boltanski en « el Grand Palais?

Bien, esta es mi proposición: Notas y comentarios de un psicoanalista frente a ciertos acontecimientos de hoy en día.

Paris- Buenos Aires
Marzo 2010

 
 
 
Kilak | Diseño & Web
2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA