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Consecuencias
 
Edición N° 4
 
Abril 2010 | #4 | Índice
 
Psicoanálisis y biopolítica
Gerardo Maeso
 

"Lo que aparece en el titulo como "bios" indica que trataré sobre el exceso de vida como reza el título del libro "Ensayos sobre biopolitica" de Deleuze, Foucault, Negri, Zizek y Agamben. El último trabajo de esta publicación llamado la "gubernamentalidad" es un neologismo que pasaré a explicar". "La razón de estado surge como lo indica la palabra alrededor de lo razonable. Sabemos que ésta en la actualidad es el argumento más irracional que detentan los estados modernos porque se violenta la ficción más consistente, la del derecho, que regulan las acciones para con el amigo y el enemigo". (...) "Este neologismo "gubernamentalizacion" está indicando que el artificio del estado al haberse sostenido en el Uno, sufrió el impacto de la globalización demostrando que su carácter de semblante es una apariencia tan antigua como la humanidad y que hoy devela su inconsistencia".

 

Psicoanálisis y biopolítica

Lo que aparece en el titulo como "bios" indica que trataré sobre el exceso de vida como reza el título del libro "Ensayos sobre biopolitica" de Deleuze, Foucault, Negri, Zizek y Agamben.

El último trabajo de esta publicación llamado la "gubernamentalidad" es un neologismo que pasaré a explicar.

Foucault toma de La Pèrriere, del siglo XVI, la idea que el gobernante dirige las cosas: riquezas, recursos, provisiones, el territorio en su aridez o fertilidad, los hábitos, las maneras de hacer y pensar de los hombres, bajo una forma de gobierno equivalente a la de la familia. Allí se toman en cuenta la prosperidad de los individuos y los acontecimientos: muertes, nacimientos y alianzas con otras familias. La propiedad territorial o la adquisición de la soberanía sobre el territorio son elementos secundarios para el gobernante.

Gobernar es equivalente al gobierno de un navío permitiendo inferir que se trata de conjuntos cerrados donde es fácil mantener la coherencia.

Esto lo sabemos de la táctica de conducción militar, ya que el jefe de un ejército tiene que evitar la dispersión de una fuerza en combate, generándose una diferencia con el comandante de una aeronave o navío donde el espacio cerrado delimita el compromiso de cada uno con la dirección imprimida al objetivo que se convierte en destino común .

Cito a Foucault: "el gobierno es la recta disposición de las cosas de las que se hace uno cargo para conducirlas a un fin conveniente". El soberano debe mantener la autoridad pública que se sostiene al obtener ventajas para el conjunto social en desmedro de las utilidades personales que siempre se ofrece en la administración del bien común.

Sin embargo en los siglos XVI y XVII el arte de gobernar se ordena a través de la "razón de estado", en el sentido positivo del término que consiste en velar bajo principios racionales a aquello que constituye la realidad especifica del estado, alejándose de reglas o modelos lógicos, filosóficos o morales. La razón de estado surge como lo indica la palabra alrededor de lo razonable. Sabemos que ésta en la actualidad es el argumento mas irracional que detentan los estados modernos porque se violenta la ficción más consistente, la del derecho, que regulan las acciones para con el amigo y el enemigo. Lo vemos en Guantánamo, como los EE.UU. permiten la tortura y muerte de prisioneros, en nombre de la soberana razón de estado. Pugliese me decía cuando está en peligro el estado no importan los derechos humanos y esta razón es pura negatividad. En el siglo XVI y XVII Foucault sostiene que el arte de gobernar estaba bloqueado entre la casa y el padre de familia, y el estado con su soberano, constituyendo conjuntos que no podían dar cuenta precisamente que gobernar una familia o un estado exigen concepciones diferentes que denotan la desemejanza entre ambas instituciones. En el siglo XVIII se produce el desbloqueo del padre que tutela una morada y el estadista que gobierna una nación. En dicho siglo la abundancia monetaria, el aumento de la producción agrícola y la explosión demográfica, aparece el problema de "la población". La familia de modelo para el buen gobierno se constituye en instrumento de aquel, privilegiado la multitud. Ahí sostiene Foucault ocurre un fenómeno que se apoya en la estadística. La estadística, que se habría usado en ese entonces para entrever el futuro inmediato de pequeños conglomerados, se pone al servicio de la población y su desarrollo en momentos concretos. Entonces se toman los índices de mortalidad en sus diversas formas. Ya en la época moderna se legaliza el matrimonio y la inscripción de los nacimientos y en la actualidad sabemos que la estadística da una idea de los índice de precios, de pobreza, de distribución de la riqueza, todo aquello que permite una visión de la población en general, destacándose variables y constantes que no se observan empíricamente.

La tecnología y los avances en la medicina desataron en el mundo un avalancha de bios, que hace que los políticos necesiten saber cuál va a ser el índice de desarrollo demográfico de una estructura social, porque, si ahora nosotros somos 35millones de habitantes y prevemos que en el 2040 seremos 50millones debemos calcular desde hoy como va ser nuestro desarrollo económico, educativo, asistencial, habitacional y productivo para dar cabida a las necesidades básicas entre ellas las futuras posibilidades de trabajo. Entonces se hace indispensable cierto control sobre bios y tomo los ejemplos más llamativos. China observa que debe controlar la natalidad y la limitación a un solo hijo por familia violenta el derecho a procrear. El otro problema que vuelve de los países desarrollados en Europea o EE.UU., es la inmigración que resulta reabsorbida por las comunidades, pero que en primera instancia desequilibra el sistema económico político y al poner un límite a aquella quebranta el derecho a circular y vivir en los lugares del planeta que mejores posibilidades ofrecen. En principio los inmigrantes demandan trabajo y asistencia médica dando lugar a un exceso de vida que no siempre encuentra respuestas razonables en innumerable cantidad de países. Foucault plantea que el gobernante debe estar medianamente instruido, tener equipos que trabajen en economía política, porque a pesar de ser una débil ciencia, un gobernante tiene que calcular el futuro desarrollo demográfico y económico en el amplio sentido del término. En general cuando hablo con economistas, pretendo que me den variables que son indiscutibles para todos, más allá de la línea o doctrina en que se apoyan, ya que pretendo saber lo que se cumple de una manera casi inexorable en una crisis de desarrollo o implosión económica. Por ejemplo nosotros ahora constatamos una leve inflación creciente y nos preguntamos cual es el tope que impide el desarrollo sostenido que alcanzamos. Al haber padecido un proceso hiperinflacionario las gentes de mi generación fuimos sensibilizada en exceso ante el desorden económico que conllevan los procesos hiperinflacionarios.

Lo más importante de Foucault es lo que el llama "gubernamentalidad" que define así "es un conjunto constituido por instituciones procedimientos, análisis y reflexión con cálculos y tácticas que permiten ejercer esa forma tan especifica tan compleja de poder, que tiene como meta principal la población y posee un instrumento de saber, la economía política, y como instrumento técnico los dispositivos de seguridad". Estos últimos aseguran la libertad de los individuos entendida esta última como la libertad de movimientos y su seguridad. Foucault hace dos observaciones sobre el estado, la primera cuando hay fascinación por aquél, despertando amor u horror en tanto su historia esta ligada a sus adelantos, a su poder y sus abusos. Así se considera al estado como un monstruo frió, frente a nosotros, y otro de orientación marxista que señala las funciones conducentes al desarrollo de la fuerzas productivas y la regulación de las relaciones de producción. Lo interesante y esto me remite al psicoanálisis lacaniano cuando se plantea a la transferencia como dispositivo artificial que cae al final del análisis con la destitución del llamado sujeto supuesto saber, encontramos que para Foucault "el estado es una realidad artificial, una abstracción mistificada cuya importancia es mucho más reducida de lo que se cree". Concluye: no estatizar la sociedad sino gubernamentalizar al estado. Se despega entonces del estado como una realidad necesaria y a través de los mecanismos de seguridad que van más allá de la policía porque esta tendía a partir de Hegel al universal o sea "al todos" a partir del Uno. Cito a Foucault: "la pastoral, la nueva técnica diplomático militar y, finalmente, la policía creo que han sido los tres elementos a partir de los cuales se ha podido producir ese fenómeno fundamental en la historia de Occidente que ha sido la gubernamentalizacion del estado".

Este neologismo "gubernamentalizacion" está indicando que el artificio del estado al haberse sostenido en el Uno, sufrió el impacto de la globalización demostrando que su carácter de semblante es una apariencia tan antigua como la humanidad y que hoy devela su inconsistencia.

Aquí traigo la sorpresa de Espòsito que amablemente nos envió Mario Goldenberg. Se encuentra la "sorpresa", en una conferencia Biopolitica y Filosofía desarrollada el 25 de septiembre de 2006 en la Biblioteca Nacional.

"Mucho más que el miedo o la esperanza, la sensación que suscitan los acontecimientos políticos mundiales de los últimos años es quizás la sorpresa. Antes que positivos, negativos o hasta trágicos, ellos resultan ante todo inesperados. Más aún, se oponen a todo cálculo razonable de probabilidad. Del derrumbamiento repentino e incruento del sistema soviético en 1989 al ataque del 11 septiembre de 2001, con todo lo que se ha seguido de ello, lo menos que se puede decir es que no solamente nada nos lo hacia imaginar, sino incluso que todo inducía a considerarlos inverosímiles.

"Naturalmente, cierto grado de imprevisibilidad acompaña todo acontecimiento colectivo, como la historia lo demuestra desde siempre.

Sin embargo aún en los casos de mayor discontinuidad, como las revoluciones o las guerras, siempre se puede decir que fueron preparados o, al menos, consentidos por una serie de condiciones que los hicieron, si no probables, ciertamente posibles. La misma consideración se puede hacer, en forma aún más clara, para las cuatro décadas que siguieron al final de la segunda guerra mundial, cuando el orden bipolar del planeta no dejo márgenes a lo imprevisto; al punto que lo que ocurrió, en cada uno de los dos bloques, apareció como el resultado casi automático de un juego conocido y previsible en todo sus movimientos.

"Todo esto, este orden político que parecía que tenía que gobernar todavía por mucho tiempo las relaciones internacionales, salta en pedazos de repente. Primero, en forma de implosión, el sistema soviético, y luego, de explosión, el terrorismo. ¿Por qué? ¿Cómo se explica este inesperado cambio de fase? ¿Y dónde, exactamente, se origina? La respuesta que más a menudo afronta estos interrogantes lo hace refiriéndose a la finalización de la guerra fría y a la consiguiente llegada de la globalización. Pero, de este modo, se corre el riesgo de intercambiar la causa con el efecto, ofreciendo como explicación lo que debería ser explicado.

"También la tesis, más reciente, que hace referencia al llamado choque de civilizaciones, si bien menciona, en términos más dramatizados, una emergencia o al menos un riesgo efectivamente presente, no ayuda pese a ello a una adecuada interpretación. ¿Por qué las civilizaciones, si queremos usar esta palabra compleja, después de haber convivido pacíficamente por más de medio milenio, amenazan hoy con enfrentarse con resultados catastróficos? ¿Por qué se extiende el terrorismo internacional en su forma más virulenta? Y, de manera simétrica, ¿Por qué las democracias occidentales no parecen capaces de enfrentarlo, a menos que utilicen instrumentos y estrategias que a la larga minan los valores sobre los que se fundan estas democracias?

"También la respuesta que generalmente se da a esta última pregunta, acerca de la crisis creciente de las instituciones democráticas, acerca de la dificultad de conjugar derechos individuales y derechos colectivos, libertad y seguridad, queda encerrada en el círculo interpretativo que debería abrir. La impresión es que continuamos moviéndonos dentro de una semántica que ya no se capaz de devolver trozos significativos de realidad contemporánea; se queda, en todo caso, en la superficie o en los márgenes de un movimiento que es mucho más profundo.

"La verdad que mientras nos movamos dentro de este lenguaje marcadamente clásico (de los derechos, de la democracia, de la libertad) no se avanza realmente. No sólo respecto de una situación completamente inédita, sino también respecto de una situación cuya radical novedad ilumina de otro modo incluso la interpretación de la fase anterior. Lo que no funciona en estas respuestas, más que los conceptos tomados separadamente, es el marco general en que los conceptos están insertos".

Qué sorprende a Espósito, sino la caída del Uno observada en la implosión de la Unión Soviética y en el atentado a las Torres Gemelas, realizado a través de una ingeniería militar que prescindió de las armas de fuego. Lo que está fuera de lo previsible e impide realizar cualquier ficción sobre acontecimientos imaginables es la endebles del Uno. Es muy interesante leer de Derrida un trabajo sobre la deconstrucción de la noción de terrorismo aparecido en el texto "La filosofía en la época de terror". No hay dudas que las viejas nociones conllevan verdaderos impasses jurídicos y de acción en la toma de decisiones.

El Uno del poder es un semblante. Esto había sido anticipado por Kant donde la razón especulativa se diferenciaba de "la experiencia" que se generaba a partir de la intuición sensible interpretada con las categorías de la razón.

Ustedes saben que Kant en su obra filosófica, a través de la "Critica de la razón pura" alentó el nacimiento de la ciencia, pero consideró que había una razón especulativa no científica que permitía deducir y fundar las razones morales de los pueblos. Esa razón especulativa era débil, endeble desde el punto de vista científico, y estaba basada en tres presupuestos: la libertad de la voluntad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Sostenía que el desarrollo de aquellas tres premisas era indemostrable porque no partían de datos sensibles, a partir de los cuales podría constituirse un conocimiento cierto. Planteaba para utilizar nuestros términos, que el mundo se mueve en su régimen jurídico y religioso en torno a semblantes. Pero el semblante que se estremece a partir de Foucault es el del estado. En otro sentido Lenin planteaba que pasada la etapa socialista, en el comunismo, el estado desaparecería en sus aspectos represivos, para quedar reducido a fines administrativos, no políticos, ya que la lucha de clases habría desaparecido.

Para finalizar dos observaciones de Lacan. Pensó él, que existía el Uno y en las fórmulas que dio a la estructura del discurso capitalista no se priva de ubicar al significante Uno. El discurso capitalista fórmula tardía, resulta de una inversión del S1 con el sujeto barrado que se vuelve agente del saber produciendo el inmenso arsenal de mercancías. Este discurso sostiene el lugar de la verdad con el significante uno.

El agente El otro
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La verdad La producción

Lugares del discurso

Cuando sostuvo otra versión del capitalismo basada en "el todo saber" el S2 ocupa el lugar del agente que actúa sobre los cuerpos para producir sujetos barrados. Un alumno me comentaba que "el todo saber" aplasta a los cuerpos y eso demuestra que como producto encontramos al sujeto barrado en el discurso universitario paradigma del capitalismo. Hoy vemos sus consecuencias a través de la proliferación de los hombres suicidas que se han convertido en combatientes esenciales para la guerra en los países árabes.

Discurso Amo Discurso Capitalista Discurso Universitario

El hombre bomba independientemente de los orígenes, opera en la guerra de Irak principalmente entre los sunitas, de tal forma, que para esta organización militar son indispensables estos combatientes que producen verdaderas masacres. La globalización convirtió a los cuerpos en productos, equivalentes a las armas químicas que buscaba Bush para fundamentar la guerra. Me recuerda al Facundo donde se presenta el degüello del adversario como natural en tanto los ganaderos lo practicaban como trabajo en la faena de sus haciendas.

Volviendo a los semblantes Miller sostuvo en Comandatuba que el objeto "a" agente en el discurso analítico, estaba ubicado en el cenit, como plus orientado a los seres hablantes sumidos en el capitalismo.

Asimismo Lacan refiriéndose a Freud, en la "Conferencia de Milán", en 1972, observa que un discurso verdaderamente pestoso, "pesteux", es aquél que está al servicio del capitalismo. "Eso basta para que eso marche sobre ruedas, pero justamente eso marcha demasiado rápido, eso se consume ‘consomme’ (como un alimento), eso se consume consomme (como el fuego consume un caserío)".

Ubicando al S1 como denominador lo transforma por homofonía en enjambre, "essaim", enjambre zumbante que ocupa el lugar de la verdad en el discurso capitalista.

En esa verdad se sostiene el S barrado verdadero agente del discurso, sujeto sin propiedad, que subvierte todos los valores, derribando con el saber científico-técnico todas las barreras ecológicas, en función de una producción desenfrenada que lleva a la más grande oferta de bienes que la humanidad haya conocido.

Como sostuve en un trabajo la inmensa profusión de objetos para causar deseo, no se puede suprimir por decreto en tanto la ciencia los gobierna. Esta produce, tomando sólo a la genética un exceso de vida que se vuelve difícil de orientar.

El superyó como imperativo de goce, sostiene el "para todos" al tomar de la pulsión la indeterminación del objeto, desquiciando a la causa del deseo. Como contrapartida la psiquiatría quedó reducida a resolver los estados de ánimo dando lugar a "la depresión generalizada" nombre que indica el malestar de nuestra civilización hipermoderna.

Se vuelve imprescindible entonces como lo propone J. A. Miller para el VII Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis revisar la última enseñanza de Lacan donde este abandona a la lógica como ciencia de lo Real, transformando el saber de los discursos en otro saber, "el saber hacer ahí" intentando fundar la experiencia psicoanalítica más allá de los semblantes.

 
 
 
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2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA