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Consecuencias
 
Edición N° 8
 
Abril 2012 | #8 | Índice
 
Femenino, goce de lalengua
Por Bernardino Horne
 

Bernardino HorneEn Inhibición Síntoma y Angustia, Freud afirma taxativamente que por debajo de todo Síntoma hay un momento histérico del Sujeto. Es en ese momento en el que el goce se agrupa por su relación a otros goces. Sucede en los bordes del puro cuerpo. Es el momento de goce como objeto, femenino, del hablante-ser. Cuando el Significante en su existencia de goce desencarna, como cuando el bebé escupe el pecho que es una parte suya, se constituye el objeto como ajeno, del lado del (A/) Otro tachado. El corte deja una zona erógena también allí constituida.

Se trata del goce del Uno, el goce de lalengua, anterior al lenguaje y sus leyes. Anterior a la metáfora y por tanto al Nombre del Padre y al Falo. Después, el significante del goce será el nombre del goce. En el campo de goce de lalengua. Un goce sin ley, bordeando siempre la locura y una economía que se mueve por extremos. Agujero sin fin, como dice Lacan cuando define el troumatisme (Conf. Usa). El campo de lo femenino.

El espacio inaugural que estructura el Significante Uno en su choque contingente con el cuerpo es un espacio en movimiento y toma consistencia como sustancia gozante, como la llama Lacan en su Seminario 21, Les non dupes errent (Los no incuatos yerran). Ese goce es en movimiento pero hay fuerzas para producir su fijación, así como para producir cortes y anudamientos en su curso implacable a la satisfación..

La experiencia de satisfacción que Freud trabaja en el cap.VII de La interpretación de los sueños, apoyado en la elaboración realizada en el Proyecto de una psicología para neurólogos, se ocupa de la apertura de un tronco principal de esta sustancia gozante, la del espacio escópico articulado a la satisfacción del goce oral digestivo. Goces del Uno.

Se organizan, de esta forma, los ejes de lo Real, de lo Simbólico y de lo Imaginario y se va tejiendo la trama íntima de cada uno como cuerdas estiradas. En algún momento las leyes del lenguaje, que funcionan como Nombre del padre, se imponen al capricho gozoso de lalengua, poniendo la metáfora en acto. Hay, según Jaques-Alain Miller, una metáfora del goce que considero separa ese goce ilimitado como UR, lo primero, lo primitivo del goce de lalangue y es así que comienza su existencia el hablante-ser. Lo Real Ex-siste Los registros comienzan a trenzarse creando caminos fijos, produciendo efectos de sentido, el imaginario detiene la trenza simbólica por medio del sentido, comenzando así el lenguaje. La metáfora hace entrar el amor y el saber, el dolor, la fantasía y el deseo. El Sinthoma, que anuda borromeanamente los tres registros en las neurosis, tiene raíces en estos primeros cortes, nudos, fijaciones e interdicciones al curso irremediable de la satisfacción. Es decir, hay raíces en ese goce femenino. Encarna la ley y la satisfacción en el cuerpo así como núcleo íntimo, algo que es del orden de la identificación primordial, pero que es otra cosa que una identificación y que dará fundamento a la posición simbólica que ocupará ese hablante-ser en el mundo con su discurso. Su soy así. El Sinthoma es lo más singular del hablaser y eso, lo íntimo, es del hablaser, no es del Otro tachado (A/).

El animal se estructura con dos registros, Real e Imaginario. El humano se constituye desde siempre por los tres registros Real, Simbólico e Imaginario separados entre sí, formando el espacio de lalangue que -por lo que estamos intercambiando a través del facebook con muchos colegas, cito en particular aCarolina Rovere, de Rosario, y Leda Guimarães, de Bahía, es el campo ilimitado de lo Femenino. La Sustancia gozante dispuesta en hilos paralelos. Es decir, lo Real es la estructura. El goce reina absoluto.

La metáfora inaugura el espacio masculino de las fórmulas de sexuación como un dialecto del campo de goce de lo femenino. Es por ello que los sujetos masculinos, al final de sus análisis, desanudan sus formaciones reactivas obsesivas y llegan a su lengua madre, o sea, a la experiencia aunque parcial del goce sin límites. Si bien se dice Histeria Masculina o Histeria en el varón. Me parece mejor decir, ya que la Histeria está del lado masculino, lo femenino en el varón o,el hombre en el lado femenino (LA/).

El analista en posición femenina. El significante de la transferencia.

En el Seminario 23, El Sinthoma, Lacan (2007) afirma que el analista es el Sinthoma. Para ello, debe llegar a ese punto en que se cruzan, contingentemente, Goce y Significante, de modo tal que se establece un punto fijo en el flujo de goce. ¿Qué significa ser el Sinthoma y cómo serlo?

El analista encarna el Uno del analizante. Encarnar implica el acto. Es por el acto que él, el analista, es el Sinthoma. Así se inicia la transferencia y, por lo tanto, el análisis. El acto ocurre en el momento en que el analista se coloca en el lugar donde, en ese discurso, el síntoma clama y por ello, lo deja, le permite encarnarse en él. El analista, se hace él. Une con su acto, en el Significante de la transferencia, al analista con el Síntoma, que tiene su origen en las resonancias de la sustancia gozante del Uno. Estableciendo el primer paso de la transferencia, abriendo la posibilidad de histerizar el discurso. Es un paso de S2  S1 que da como resultado (a) o analista; así lo define Lacan (1975) en su Conferencia Impromptu sur le Discours Analytique, que debe deslizar su posición como (a) para el lugar da verdad, configurando así el síntoma en el discurso de la Histeria $/a.

Lo dice también en el Seminario sobre El revés del Psicoanálisis: “lo que el analista instituye como experiencia analítica [...] es la histerización del discurso”. Es con este discurso que se inicia el análisis y el analista toma para sí lo que se aproxima, apunta o bordea lo real, el semblante de objeto (a), un elemento que representa en el discurso lo que no es simbólico o imaginario. Desde esa posición oscila para el lugar de agente, donde actúa no siendo Sujeto sino objeto, femenino.

Un analizante histerificado y un analista como femenino es el modo de empezar una experiencia analítica.

Bernardino Horne. EBP. AMP.
[email protected]
Bahía, Brasil.

 
 
 
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