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Consecuencias
 
Edición N° 9
 
Noviembre 2012 | #9 | Índice
 
Imágenes sobre la vergüenza. Una reseña sobre el film "Shame"
Por Débora Sznaider
 

"Comiencen a esparcir la noticia
Quiero ser parte de ella
New York New York
Estos zapatos de vagabundo
Extrañan caminar
Justo por el corazón de ella
Quiero despertarme en una ciudad
Que nunca duerme
Y encontrar que soy el rey
Las tristezas de este pueblito
Están desapareciendo
Haré un flamante comienzo
Y si puedo hacerlo allí
Voy a hacerlo en cualquier parte
New York New York…"
John Kandler y Fred Elb 1977

Desde su título la película nos invita a pensar en torno a algunos conceptos que articulan de diversas formas nuestro malestar en la cultura ya que la palabra inglesa shame tiene como significaciones tanto el pesar o el malestar, como la vergüenza.

Estrenada en EEUU en 2011, creada por el director y artista visual Steve Mac Queen, traducida al español como Sin reservas la película sorprende en el último festival de Venecia, generando sin medias tintas entusiastas y detractores. Promocionada como el relato del drama de un adicto al sexo y como alguien imposibilitado de establecer lazos con las personas.

Desde el inicio, el concepto de drama y del relato serán puestos entre paréntesis porque para que esto pueda desplegarse lógicamente debemos suponer a otro que nos mira, una vergüenza donde la mirada de otro presente o imaginado pueda funcionar como amarre subjetivo. La película sorprende porque, según el crítico Hugo Salas[1], va más allá del horrible pornosoft que semejante sinopsis haría temer, se convierte entonces en una de esas raras pelis que consiguen ser más inteligentes que el mismo director. Ciertamente, no fracasa en presentarnos una pintura de la época mostrando la falta de mediación simbólica, la relación al velo y al semblante posible o más bien a las consecuencias de sus fracasos en la época de nuestra civilización.

Brandon, en la piel de Michael Fasbender (el espía británico en Bastardos sin gloria de Tarantino), es un treintañero ejecutivo de publicidad exitoso en lo que hace. Encarna a un típico yuppie Neoyorquino, trabaja en una empresa donde abundan las reuniones con gente importante, donde se cierran negocios millonarios y donde sobran las computadoras las cuales a su vez se ven amenazadas de virus. Vive solo en un impecable departamento, viaja en subte, practica running, tiene múltiples relaciones casuales, contrata prostitutas, consume pornografía y cuando no, se masturba. Contra lo que podría creerse esta vida sexualmente agitada por el movimiento de repetición del S1 solo, contrasta con la quietud y la soledad de las imágenes cotidianas, ciertas superposiciones cronológicas y la morosidad de las escenas. El contraste entre lo rápido y lo quieto ya estaba presente en la obra del director.

La trama

En la apertura de la película, lo vemos despertar como si estuviera muerto, lo enfocan desde arriba, semidesnudo, suena el despertador y una música de cadencia monótona. Va a ducharse pasa por el contestador telefónico donde todas las mañana escucha el mismo mensaje: Wake up Brandon, Brandon despierta, ¿dónde está Brandon? Es la voz de una mujer intentando sacarlo de su monotonía….Veremos luego repetirse, las escenas de sexo con las prostituta que eventualmente llama y a las que les pide que se desnuden despacio, desde Noviembre slowly. Desoladoras las escenas en el subte al que se sube casi dormido, cruza miradas con una mujer llamativa que le muestra sus piernas y también su anillo de compromiso….baja del subte y él la sigue pero lejos de encontrarse o desencontrarse con ella la cámara se pierde y la trama se desvía. Luego de cerrar un exitoso negocio sale a festejar con su jefe casado y termina teniendo sexo con una de las tres mujeres que encaran o a las cuales pareciera que se acercan. Cuando Brandon llega a casa, escucha un ruido raro, luego distingue música sonando en su departamento, él asume que se trata de un ladrón, pero descubre a una mujer desnuda tomando una ducha. Sabremos pronto que se trata de su hermana Sissy (Carey Mulligan).

La monotonía y soledad del protagonista se verán interrumpidas y contrastadas por la presencia de esta mujer que encarna su hermana, quien trabaja como cantante free lance y reconocemos en su voz la llamada, la demanda grabada en el contestador. Sissy apareció porque tiene algunos conciertos en la ciudad, le pide quedarse en su casa. Brandon se muestra reacio frente a su presencia pero sin embargo lo veremos con cierta curiosidad, la escucha detrás de la puerta, las súplicas a su amante en el teléfono quien no para de rechazarla. Podríamos decir, Uno no para de gozar auto eróticamente–solo y la otra no para de hacerse rechazar.

A la mañana siguiente, en la estación de metro, Sissy se está balanceando en el borde de la plataforma. Brandon la reprende, y en el breve intercambio de palabras que sigue ella convence a su hermano de ir a escucharla a la noche en el concierto, algo que evitó en el pasado. Más tarde, se le une con entusiasmo David su jefe, casado pero siempre dispuesto a las salidas post trabajo, naturalizadas en las grandes ciudades como after office, after hour.

Sissy cantará mirando sensual y ambiguamente tanto a su hermano como al jefe, una versión jazz bastante melancólica de la canción "New York, New York" hecha famosa por el conocido cantante Frank Sinatra a principios de los ochenta. Como sabemos, se trata de la canción que retrata el espíritu megalómano americano, una ciudad que nunca duerme, que acepta a los vagabundos, en la que todo es posible por tanto nada es imposible y nos imaginamos las consecuencias de esta lógica. Y que paradójicamente alimenta la idea del Dr. Bread, neurólogo americano a quien cita Freud no sin cierta ironía en su trabajo sobre la moral sexual, la idea de que la ciudad encarna lo que enferma, neurotiza a los sujetos y a la vez encarna el plus de goce que podrían querer extraerse a partir de allí.

Sissy se une a Brandon y David en su mesa, donde David la corteja a pesar de la consternación evidente de Brandon. Sissy acepta avances de David y tiene relaciones sexuales con él en la habitación de su hermano mientras Brandon, disgustado, se va de su apartamento, se calza el mp3 y sale a correr por el iluminado West Side de New York, donde vive.

Más tarde esa noche, la díscola hermanita entra en su cuarto, se mete en su cama e intenta dormir con él, Brandon enfurecido le pide que se vaya. Si soñáramos con armar el relato de un drama diríamos que algo irrumpe, algo cambia a partir del encuentro, la aparición de su hermana, pero por ahora mantengamos el beneficio de la duda (no el del escepticismo) con la figura de la hermana. No podremos de todos modos negar que algo allí le hace síntoma, Sissy encarna a la mujer como síntoma del hombre en el sentido de lo que se pone en cruz y hace que la cosa no marche.

A partir de allí, veremos aparecer en la vida de Brandon a Marianne, una compañera de trabajo quien, coquetea con él y a la cual el invitará a cenar cuando acabe la jornada. En el camino a salir con ella, se detiene a observar un hotel de gran altura todo vidriado, donde se ve a una pareja tener relaciones sexuales contra la ventana. Sentado a la mesa frente a una mujer nuestro protagonista se vuelve torpe, la conversación que ella intentará remontar en su deseo de conocerlo deriva en sus diferencias afectivas. Marianne, quien se separó recientemente, mantiene una actitud positiva hacia el compromiso, mientras que el manifiesta su pasión por la soltería y cierto desprecio o por lo menos, un marcado escepticismo por el matrimonio, presionado por la intriga de ella admite que sus relaciones nunca han durado más de cuatro meses. Para nuestra sorpresa Brandon y Marianne terminarán la noche sin besos, como se dice en nuestra tierra "taza, taza…" cada uno se va a casa solo, con la promesa de volver a encontrarse. Pero la noche no termina allí, la noche no duerme. En el próximo cuadro, la próxima escena de nuestra peli, Sissy llegará al departamento entra en el baño donde tendrá un accidente, encontrará a Brandon masturbándose. Él la ataca físicamente acusándola de espiarlo, de invadirlo. A continuación Sissy encuentra la computadora portátil abierta en un sitio web de pornografía, la mujer en la webcam se muestra familiarizada con él y se confunde como lo hicimos nosotros, piensa que la hermana es su novia. Brandon cierra la laptop. Enojado y molesto, esta vez es Sissy la que se aleja espantada. Brandon exaltado, arroja todas sus revistas pornográficas y su computadora portátil a la basura. Al día siguiente, en el trabajo, se acerca a Marianne y se besan, luego la lleva al mismo hotel de gran altura, donde vio a la pareja a tener relaciones sexuales. En el baño, se da un saque con una raya de cocaína. Tratan de tener relaciones sexuales, pero Brandon no podrá mantener su erección frente a esta mujer. Marianne vistiéndose raudamente, le pregunta si se tiene que ir, un poco extraña también su reacción, poco histérica si se quiere. Veremos un ratito después a Brandon teniendo relaciones sexuales con otra mujer con quien también parece estar familiarizado, tienen relaciones contra la ventana del rascacielos, él como otras veces tiene su orgasmo con cierto dolor en su expresión. Se queda en la habitación del hotel y mira la puesta de sol. Acto seguido, Brandon está en casa viendo dibujos animados Sissy llega y se le acerca, lo abraza. Discuten porque ella ha comenzado a acosar, demandar a David, él le dice que él está disgustado con ella y que David no desea volver a verla. Le dirá también que tiene que irse, que se siente atrapado, sofocado por ella.

Ella le dice lacónica, que son familia y se supone que deberían estar juntos, ayudarse mutuamente, si se va no volverá a verlo, pero Brandon la acusa de no ser más que una carga. Uno diría, la cosa no da para más.

Des–enlace

La película deriva lógicamente hacia una caída en picada, Brandon se dirige a un bar, donde busca a tientas una mujer y nuevamente sin reservas, sin vergüenza intenta conquistarla, diciéndole una serie de obscenidades, diciéndole lo que le haría, a falta de poder decir, por no poder decir algo que la cubra con palabras, aquí se tratará de una provocación descarnada, sin velos. Acaba, termina haciéndose golpear por su novio a quien deliberadamente ha provocado contándole lo que le ha dicho a su chica.

Es interesante que en esta secuencia de la película, la cronología no es lineal: vemos lesiones de Brandon –una herida en la mejilla izquierda– antes de que entendamos cómo se ha causado. El tiempo se trastoca allí donde podríamos leer en un tiempo lógico, irrumpe el vacío, el agujero que produce la relación sexual que no existe y deberemos hacer un esfuerzo para ordenar la secuencia de las imágenes. Después de que se le negara la entrada a una discoteca con las palabras Esta noche no, se da cuenta de que hay un bar gay en la calle de enfrente y entra. Camina hacia la parte posterior, donde varios hombres tienen relaciones sexuales, un hombre besa a Brandon y luego le realiza una felatio. Al salir del bar, escucha un mensaje de voz de Sissy que le dice lo mucho que lo necesita, y que no son mala gente, que acaban de venir de un lugar malo, recordándonos que ambos hermanos son irlandeses, habitantes extranjeros de la ciudad, quienes padecen a su modo de esa extimidad. Él cuelga una vez más para visitar un apartamento ocupado por dos prostitutas en las que los tres tendrán relaciones. Mientras que Brandon viaja de regreso a casa en el subte, los pasajeros deberán dejar el coche debido a un intento de suicidio de una pasajera. Él frenéticamente llama a Sissy, pero ella no contesta, por lo que regresa a casa. Cuando llega allí, su hermana que ya mostraba marcas en sus brazos, está tirada en el suelo del baño, después de haberse cortado nuevamente. Finalmente ella sobrevive y el irá a visitarla al hospital. Después de salir, se derrumba y llora bajo la lluvia. Algún tiempo después, se ve a Brandon sentado en un subte, algo no cesa de no inscribirse, volveremos a empezar. Lo vemos sentarse en el asiento con la misma cara aburrida, dormida, cansada, bucólica, se cruza miradas con la misma mujer rubia del inicio de la película quien se sienta frente a él, con sólo un anillo de casada esta vez. Trata de mirar hacia otro lado, pero ella sigue mirándolo y sonriendo. Ella se pone de pie para salir del tren y Brandon sigue mirándola pero esta vez ni siquiera se para, la pantalla corta a negro dejándonos sorprendidos. Fin de la película, juntar fuerzas para salir de la sala.

Nuestro crítico cuestiona el predominio de la polémica del planteo y que en todo caso el protagonista no es un caso patológico, no es más alienado que el resto de los personajes.

A partir de Freud pensamos a la neurosis como el negativo de la perversión y a la sexualidad como perversa–polimorfa. Aclaremos sin embargo para no perder nuestra perspectiva que acá se trata más bien de las consecuencias de la falta de represión, de un goce desamarrado del fantasma. El pudor del pornógrafo viene entonces a velar la desocialización como drama sin trama en la época de nuestra civilización, tal como nos invita a pensar la época Miller[2], en sus trabajos sobre política, religión y psicoanálisis.

A partir de allí, para no quedarnos mirando escépticos o melancólicos, la respuesta del psicoanálisis será la de llevar adelante una pragmática de esta clínica de la desinserción, se tratará de producir una identificación de goce en el lugar del Otro, es decir el equivalente de lo que su fantasma procura al neurótico como tal. Desatar una parcela de goce que pueda constituirse como objeto y primeramente como objeto de una narración, un storytelling, una leyenda que pueda hacer las veces de fantasma.

En palabras de Salas: "El sexo es relevante, justamente porque permite advertir el grado de alienación que estos personajes guardan incluso respecto a su propio cuerpo"[3].

Bien Freudiano el modo de definir a la sexualidad en su articulación con la nerviosidad moderna. Podremos agregar entonces, la alienación es la respuesta frente al fracaso estructural frente a la no relación sexual. Por eso una vez que salimos de esa mirada puritana o melancólica, cobra mayor relevancia la desconexión, la desorientación, el desencuentro en el que viven los personajes, las formas imaginarias que toma el hecho estructural de aquello que fracasa, las formas de la inexistencia del Otro.

Podríamos pensar que en cierta medida la película de Mac Queen se erige como una respuesta a "Lost in translation", ("Perdidos en Tokio") de Sofía Coppola. No es el mundo exterior el que aísla, aquí los personajes no parecen deambular perdidos en un espacio extranjero. Más bien son ellos mismos los extranjeros (hay una alusión a que vienen de otro lugar, son Irlandeses, extranjeros del director nacido y criado en Inglaterra), sino que son los individuos mismos los que padecen y manifiestan su alienación al espacio social por medio de consumos abusivos en los que encuentran una autosuficiencia ilusoria. Tal como propone Lacan: "Hay solo un síntoma social, cada individuo es un proletario, no tiene ningún discurso con que hacer lazo social, dicho de otro modo, semblante. El psicoanálisis tiene una consistencia distinta, es un lazo de a dos, en tanto tal está en el lugar de la falta de la relación sexual"[4].

Salas arremete contra el director quien cree que ha hecho una peli sobre el sexo que no es sexy, la misma perspectiva timorata que lo lleva a creer que se trata del duro problema de la adicción al sexo. Como si eso fuera un problema de otro y no una perspectiva social compartida. Las escenas sexuales forman parte de eso mismo que se quiere criticar, todos los personajes son bellos en términos convencionales y la actividad sexual que realizan esta signada por las reglas de la estética pornográfica e insulsa de la industria del entretenimiento. Paradójicamente la agudeza de la peli, la calidez desgarradora de Mulligan en el papel de Sissy y la solidez de Fasbender, quien encarna a Brandon, logran aludir a pesar de todo, al inmenso dolor que se esconde bajo la enorme cantidad de público que alquilará Shame en DVD solo para rebobinar las escenas calientes. Podemos concluir que se critica a la mirada de pornográfica pero que finalmente nadie ni siquiera Salas pueden eludir la necesariedad de un marco que nos amarre, nos haga más llevadero el horror frente a lo real.

 
Bibliografía
  • Salas, H., "El pudor del pornógrafo", Radar, Página Doce, domingo 12 de abril de 2012.
  • Miller, J–A, Punto Cenit, Colección Diva, 2012.
  • Lacan, J. "La tercera", Intervenciones y textos 2, Editorial Manantial
  • Lacan, J., Seminario 17: El reverso del psicoanálisis, Editorial Paidós.
  • Freud, S., El malestar en la cultura, Obras Completas Tomo XXI, Amorrortu Editores, Bs.As.
  • Freud, S., "La moral sexual y la nerviosidad moderna", Obras Completas Tomo IX, Amorrortu Editores, Bs.As.
 
Medios Audiovisuales
  • Shame (Reino Unido 2011), Película dirigida por Steve Mc Queen y protagonizada por Michel Fasbender y Carey Mulligan.
 
Notas
  1. Salas, H., El pudor del pornógrafo, Radar, Pagina 12, Domingo 12 de Abril de 2012.
  2. Miller, J.A., Punto Cenit, Colección Diva, Buenos Aires, 2012.
  3. Salas, H., Op.Cit.
  4. Lacan, J., "La tercera", Intervenciones y textos 2 , Manantial, Buenos Aires.
 
 
 
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