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Consecuencias
 
Edición N° 9
 
Noviembre 2012 | #9 | Índice
 
Un nuevo amor [1]
Por Margarita Álvarez [2]
 

El pasado fin de semana tuvieron lugar las jornadas anuales de la ELP, que tuvieron como título y tema de trabajo: "Un nuevo amor… Destinos del amor en la experiencia analítica". Esta vez el lugar del encuentro fue la bella ciudad de A Coruña, que obsequió con generosidad a los cerca de trescientos participantes en las jornadas, su espléndido paisaje, su luz eternamente cambiante, su gran gastronomía y la simpatía y amabilidad de sus gentes, cualidades estas últimas bien representadas en la comisión de organización.

Esta vez las Jornadas no comenzaron con una apertura sino con una "bemvida" inscrita en el programa, que escribo en gallego, para que nos dejemos atravesar un poco por la lengua del otro y su melodía, tan importante para el amor. En ella, las palabras de Carmen Cuñat, presidenta de la ELP, y las de Leonardo Gorostiza, presidente de la AMP, que no pudo venir pero cuya carta de almor ella nos leyó, se mezclaron con los poemas de autores gallegos como Martin Codax o José Ángel Valente, recitados magníficamente por el colectivo talentoso "Jóvenes sin talento dos".

Leonardo Gorostiza recordaba en su carta una conferencia que J–A Miller dio hace casi veinte años en el País Vasco[3], donde para situar las pasiones del ser, amor, odio e ignorancia, al final del análisis, toma como fuente de inspiración la transformación de la ignorancia, que Freud llamó represión, en deseo de saber. De la pasión al deseo, de algo que se sufre a algo que da margen a una iniciativa.

Esta transformación –señala Miller– se produce también en el amor. El sujeto puede consentir en ampliar la condición de amor, que es muy estrecha. Cuando Lacan habla de invención, se trata –añade– de la diferencia entre un sujeto sometido a la condición de amor y un sujeto que supuestamente ya no está sometido a ella, de tal manera que tiene una posibilidad nueva de inventar algo en ese campo. Entonces, "no más amor que sea reedición o pasión, sino un amor que sea voluntad". "No más odio, sino lucha". Un amor no cautivo de lo necesario sino abierto a la contingencia. Una voluntad de amor, concluyó Gorostiza.

Después de la bienvenida, comenzó el trabajo de las mesas, con dos plenarias y veintiséis simultáneas, repartidas entre el sábado y el domingo –en estas últimas se leyeron y debatieron cincuenta y dos ponencias–. Me limitaré aquí a señalar algunos puntos, los que más me llamaron la atención, del trabajo de las primeras, es decir, de las dos plenarias.

La primera plenaria tuvo como título "El amor al final del análisis". Cinco analistas de la Escuela Una nos dieron su particular testimonio al respecto. Cada texto fue comentado en primer lugar por Gil Caroz, presidente de a FEP, quien acompañó el trabajo de la ELP durante todas las Jornadas. Y cada uno fue asimismo leído por un colega, que formuló una pregunta al respecto. Esta modalidad de trabajo introducida por la comisión cinética, novedosa en las plenarias de nuestras jornadas, dio, me parece, un buen resultado.

Guy Briole recordó la deflación que sufre el deseo al final del análisis y se preguntó cómo hacer cuando el deseo ya no es más el deseo del Otro.

Lacan no hace del fracaso (ratage) del amor una condena definitiva sino que habla de un amor civilizado. Se trata de un amor que ha aceptado dicho fracaso.

La relación con el analista implica el amor, amar el inconsciente. Pero la caída del sujeto supuesto al saber implica la caída de la pasión amorosa por el inconsciente. Es sustituida por el deseo el analista, el cual implica una nueva relación con el inconsciente. Eso no quiere decir que no haya más formaciones del inconsciente sino que se abra una lectura que permita una transmisión de la experiencia.

A continuación, Guy Briole introdujo dos cuestiones que me resultaron novedosas. La primera es que para el hombre no se trata tanto de dejar de buscar en la mujer un sustituto materno, sino de dejar de buscar una mujer que el padre podría amar.

La segunda cuestión fue que, para el hombre, se trata de dejar de hacer un síntoma de una mujer, es decir, de hacer de ella un complemento que tapone su castración, para hacer de ella un partenaire.

Los hombres tienen tendencia a situar a la mujer en el lugar del falo, para evitar la castración. Se trata de que ella no esté toda para él en ese lugar. Pues si bien las mujeres tienen tendencia a que el hombre sea "todo" para ellas, como señaló Lacan, es como "no todas" que ellas aman. Y hay que aceptarlo.

Hacer de una de ella un objeto de interés singular, interesarse por lo que es, por sus objetos es más una nueva relación que un nuevo amor. E implica el movimiento del hombre hacia una posición femenina donde él mismo estaría tomado en la lógica del "no todo", lo cual no implica la desvirilización.

Si bien Lacan, en el Seminario XX lo sitúa del lado femenino, en el Seminario XXI situó que los hombres también se pueden ubicar ahí. El "no todo" concierne a todos. Esto implica una nueva orientación de la práctica analítica, a pensar para el próximo Congreso de la AMP (abril de 2014), cuyo título, recientemente modificado, es: "Un real para el siglo XXI".

Araceli Fuentes señaló que una mujer con una estructura histérica, lo sepa o no, no es toda histérica, también es Otra para sí misma. Pero no por hacer la experiencia del goce femenino se está en la lógica del notodo; al contrario es porque alguien se sitúa en la lógica del no todo que está en una posición femenina.

A este respecto Gil Caroz señaló que su trabajo elevaba la relación entre el hombre y la mujer a una lógica, donde finalmente se veía que no es el hombre el que es un estrago para una mujer, sino que es la lógica del "todo" la que resulta estragante para la lógica del notodo.

Paola Bolgiani planteó que al final del análisis, después de dejar de amar al objeto ideal, es posible amar algo del objeto y sus condiciones.

Tras la caída del objeto fálico, emerge la contingencia del objeto, recortado y caído. Se produce una vacilación en el sujeto que se pregunta qué amor es posible.

¿Cómo conectar con el otro cuando ya no tiene consistencia ni es una garantía de saber? ¿Cómo hacer cuándo el deseo ya no es el deseo del Otro para que no sea autorreferencial?

Paula Bolgiani señaló el biendecir como un nombre nuevo del amor. Un biendecir que toma el cuerpo y a través del cual contingentemente la Escuela ex–siste.

En relación al pase señaló que es como una cuerda floja tendida sobre el vacío excavado por la pérdida de los puntos de apoyo identificatorios y fantasmáticos. Puede haber o no un encuentro con los pasadores.

Se trata de hacer ex–sistir la Escuela para que pueda haber un encuentro de amor. Pero aunque al final del análisis hablemos de un amor más próximo a lo real, esto no quiere decir que podamos acceder a lo real sin mediación, quiere decir que no está mediatizado por el fantasma.

Gil Caroz señaló que no hay garantía de que pueda producirse un encuentro de amor. Pero hay que introducir en el cálculo la contingencia, lo que no se calcula.

Pilar González planteó la idea de tener al final del análisis la escuela como amor y como partenaire. En relación al affecto societatis señaló que el encuentro con S(Ⱥ) hace que el otro no esté idealizado, que no tenga consistencia, lo que permite un encuentro que acepte la diferencia del otro, que pueda hacer algo con el propio goce del síntoma y el goce del síntoma del otro.

Bruno de Halleux planteó el viraje en su análisis desde lo que llamó, siguiendo a Éric Laurent[4], un psicoanálisis triste, mortificado por los límites de la castración, y un psicoanálisis, donde el sujeto decide salir de esa posición y jugar el juego. Fue un movimiento de báscula desde un S1 reducido a la impotencia, a un S1 desconectado del S2, reducido al sinsentido y a la letra. Eso permitió pasar de un "solo soy eso" a un "yo soy eso", que constituye un nuevo punto de apoyo.

La segunda plenaria, el domingo, estuvo dedicada a "El psicoanálisis, el porvenir". Contó con una alocución del nuevo presidente de la ELP, Antoni Vicens, elegido por la asamblea la noche anterior; también con una conferencia de clausura, a cargo de Miquel Bassols, miembro del Consejo de la AMP y adjunto a su presidencia.

Invertiré en estas notas el orden de ambas intervenciones para finalizar haciendo referencia a las palabras de nuestro nuevo presidente.

En su conferencia "El amor, más allá del Edipo, y lo real", Miquel Bassols comenzó situando el título, que incluye tres términos del psicoanálisis –amor, Edipo y real–, y subrayando la segunda coma.

Los tres términos están presentes de manera especial en otros tres eventos que desde hace tiempo nos ocupan. Se trata de estas XI Jornadas de la ELP dedicadas al amor; del II Congreso Europeo de Psicoanálisis (Bruselas, julio de 2013), cuyo título a su vez es: "Después del Edipo. Diversidad de la práctica analítica en Europa"; y del IX Congreso de la AMP: "Un real para el siglo XXI" (Paris, abril de 2014).

El amor –señaló Miquel Bassols– es siempre un nudo de tres: por un lado está lo imaginario de la imagen narcisista del cuerpo, por otro, lo simbólico del Edipo, el falo y su más allá; y, por último, lo real. La pregunta acerca de qué es el amor en lo real –señaló–, insiste. Hay una serie de lo imaginario a lo real que pasa por lo simbólico.

A continuación interrogó una cita de Freud: "Uno vuelve siempre a sus primeros amores". Freud la utiliza en "Tres ensayos de teoría sexual" (1905) y en "El interés por el psicoanálisis" (1913). En el primer artículo, Freud señala que se elige siempre al objeto de amor según un rasgo fetichista de la infancia. En el segundo, Freud señala el carácter paradigmático e imborrable de las primeras vivencias.

¿Cuáles son los primeros amores? ¿Es la imagen narcisista? Freud sitúa una versión edípica que contamina siempre la elección del objeto amor. Es una versión fálica, del orden del semblante.

Miquel Bassols situó a través de una comedia de Alphonse Allais, "Un drame bien parisien" (1890) el malentendido del amor: el momento en que caen las máscaras ni él es él ni ella es ella. Lo que ilustra que no hay identidad de uno consigo mismo y que, en el campo del goce, no hay ni simetría ni reciprocidad.

Cuando se verifica que no hay relación sexual que pueda escribirse, se puede ir más allá. Pero no es algo que se verifique de una vez por todas, para siempre. Es algo que hay que verificar cada vez.

El próximo Congreso de la AMP tratará de la especificidad de lo real para el psicoanálisis, en relación con lo real tal como lo abordan las ciencias de nuestro tiempo.

Se trata de la distinción entre el inconsciente real y lo real de la ciencia, y su "hay saber en lo real". Al anunciar este próximo congreso, J–A Miller situó en Buenos Aires, que la suposición de lo real es el último velo a levantar, el último semblante fálico.

La ciencia gana terreno sobre lo real reduciéndolo a señal, pero reduce ese mismo real al mutismo, excluyendo a ese sujeto del inconsciente que se hacía significar y que insistirá para hacerse reconocer.

El sujeto contemporáneo no quiere saber nada de su división subjetiva frente al goce. Identidad del sujeto consigo mismo. El yo designa al sujeto pero no lo representa en relación con sus objetos de goce.

La segunda coma del título de la conferencia quiere decir que el amor no está más allá de lo real. Más allá del Edipo, al amor le espera siempre lo real, el desorden de lo real.

Entonces, respecto a la frase "Uno vuelve siempre a los primeros amores": imposible volver a ese lugar porque lo real es lo que no tiene lugar. Lo real siempre retorna al mismo lugar como desencuentro.

Dos no harán nunca Uno –finalizó diciendo–. El amor es un puente entre uno y Otro en su encuentro con lo real.

A continuación, citaré algunas palabras de la alocución de Antoni Vicens. "El inconsciente real –señaló– es el cuerpo de los analistas. Éste es el real presente en su formación. Y éste es el nuevo amor. Nuestra razón política".

Para finalizar, desear al nuevo presidente de la ELP, a su directorio, y al nuevo consejo de administración elegido por la asamblea, un buen trabajo. También agradecer a nuestra anterior presidenta, Carmen Cuñat, y a los miembros del directorio y del consejo salientes el suyo que sin duda, todos y cada uno de ellos encontrarán su manera de proseguir de otro modo.

 
Bibliografía
  • Laurent, E., "Du réel faire Hazard" en: Bulletin de l'ACF– Bordeaux, Año 1994.
  • Miller, J–A, "Sobre fenómenos de amor y odio en psicoanálisis", en Introducción a la clínica lacaniana, Colección ELP, Barcelona: RBA , Año 2006.
 
Notas
  1. Apuntes sobre las XI Jornadas de la ELP
  2. Psicoanalista en Barcelona (España). Miembro de la ELP y la AMP
  3. Miller, J–A, "Sobre fenómenos de amor y odio en psicoanálisis", en Introducción a la clínica lacaniana, Colección ELP, Barcelona: RBA, Año 2006.
  4. Laurent, E., "Du réel faire Hazard" en: Bulletin de l'ACF– Bordeaux, Año 1994.
 
 
 
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