Última edición Staff Links Contacto Instituto Clínico de Buenos Aires Seguinos en FacebookSeguinos en Facebook
Consecuencias
 
Edición N° 12
 
Mayo 2014 | #12 | Índice
 
El cuerpo nuestro de cada día
Por Ana Vallejo
 

 

"Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias"[1]
Eduardo Galeano

Ana VallejoHay algo que resuena en el andar de los sujetos contemporáneos, y esto que resuena tiene que ver con el cuerpo. Con el cuerpo y la época. Me gustaría referirme, antes de puntualizar las características de la época que transitamos, al discurso del amo que reinaba en la lógica de una época pasada: un discurso en estrecha vinculación con la autoridad y la ley del padre. Voy a ubicar algunas citas de M. Foucault en Vigilar y Castigar para situar cómo operaba el discurso amo, bajo esta lógica, ordenando los cuerpos desde el poder disciplinario. Desde la perspectiva de Foucault, dicho ordenamiento es concebido, como una maquinaria de poder sobre los cuerpos, con el fin de someterlos a la órbita de la disciplina y el orden social.

"Ha habido, en el curso de la edad clásica, todo un descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder. Podrían encontrarse fácilmente signos de esta gran atención dedicada entonces al cuerpo, al cuerpo que se manipula, al que se da forma, que se educa, que obedece, que responde, que se vuelve hábil o cuyas fuerzas se multiplican".[2]

En este sentido, se entiende que el cuerpo resultaba atractivo para el poder productivo, es decir, moldeado a favor de las leyes del sistema de producción. Foucault en líneas posteriores dice: "Es dócil un cuerpo que puede ser sometido, que puede ser utilizado, que puede ser transformado y perfeccionado"[3].Esta lectura no es precisamente la del psicoanálisis, pero es interesante tomarla para ubicar la disyunción con el discurso cientificista que impera en la época actual, en el cual las cuestiones ligadas al cuerpo tienen gran resonancia; no precisamente fruto de la exigencia de la autoridad, sino más bien por la exigencia superyoica de goce.

Me parece oportuno hacer referencia al discurso Hipermoderno[4] que Miller presenta en Comandatuba y que va más allá del discurso del capitalismo tal como lo formula Lacan (caracterizado por el desentendimiento de la castración y de las cuestiones del amor). Entiendo que en el discurso Hipermoderno la ciencia toma la posta en la producción de un saber sobre lo real, ignorando el punto de imposibilidad que lo real supone. Sabemos que no-todo puede decirse o ceñirse al significante, pero captamos cierto empecinamiento por parte del discurso cientificista que nos convoca a una reflexión, en tanto, psicoanalistas, sobre las coordenadas a seguir. No se trata de poner en el banquillo de los acusados a la ciencia, ni a los avances científicos que tienen impacto en la calidad de vida de las personas, sino de analizar los efectos y sobre todo estar advertidos de las consecuencias que dicho contexto provoca en las singularidades. Bajo este panorama, el lugar que le queda al psicoanálisis es de resistencia frente a un discurso parasitario que se empeña en eludir la función de la falta y en expandir el enunciado para todos hay, camuflado tras la promesa de felicidad.[5]

En la lógica de Vigilar y Castigar el cuerpo era objeto de las prácticas disciplinarias, hoy es objeto del discurso científico, provocando cambios en la relación con nuestro cuerpo tanto a nivel de la imagen como del organismo.[6]

Las prácticas que la medicina contemporánea efectúa tienen gran impacto sobre el cuerpo, su objetivo es ubicar síntomas o enfermedades para intervenirlos mediante los productos que la industria farmacéutica provee. Desde este entendimiento el cuerpo es considerado un puro órgano suelto en el ojo del microscopio, despojado de todo sujeto posible. En este lenguaje no hay lugar para la hiancia entre significante y significante, sino más bien un uno suelto que se vuelve signo del diagnóstico a determinar. Se escucha a menudo el "tengo X o soy X". Es el modo en que los sujetos contemporáneos quedan atrapados bajo el nombre de la enfermedad, que tiene efecto de certeza y aplasta cualquier emergencia subjetiva.

"Los cuerpos parecen ocuparse de sí mismos. Si algo parece apropiarse de ellos, es el lenguaje de la biología. Este opera sobre el cuerpo, lo recorta en sus mensajes propios, sus mensajes sin equívoco, que no son los de la lengua".[7] Parecería que el cuerpo comprometido en la biología o en la ciencia es un cuerpo clasificado, fragmentado o quirúrgicamente domesticado que en ningún momento da cuenta de un cuerpo vivo, se trata más bien de un cuerpo-organismo. Recordemos que para Lacan lo que vivifica al cuerpo es el goce: "[…] no sabemos qué es estar vivo a no ser por esto, que un cuerpo es algo que se goza".[8] De modo que entrar al quirófano, ir al pie de la letra con las lecciones para una vida saludable o ser usuario habitual de la industria farmacéutica, no implica que uno se apropie de su cuerpo, tener un cuerpo no está dado de antemano.

En esta perspectiva resulta fundamental determinar de qué cuerpo hablamos desde el psicoanálisis, ya que, no lo entendemos del mismo modo que lo hace la biología. En principio quiero situar una referencia que Lacan da en el seminario 23 El Sinthome, en donde dice que "relacionarse con el propio cuerpo como algo ajeno es ciertamente una posibilidad que expresa el uso del verbo ´tener´. Uno tiene su cuerpo, no lo es en grado alguno".[9] Esta idea da cuenta de la separación del cuerpo con el ser, es decir, que no somos un cuerpo, sino que tenemos uno. Y por si fuera poco, del cual hay que apropiarse. Claro que esta operación sobre el cuerpo no está dada de entrada, sino, que es inherente a los efectos de un análisis. No es por la vía del discurso de la biología que alguien pueda llegar a apropiarse de su cuerpo, no es por obra de la mutilación o de la modelación; tampoco lo es por la vía de la adecuación a un goce homogéneo, inexistente. Apropiarse del cuerpo supone el pasaje por las huellas de lalengua[10]. Nuestro acceso a esas huellas es vía el síntoma como acontecimiento del cuerpo.

Pero también el cuerpo tiene su vertiente imaginaria anclada en la imagen del estadio del espejo, el cuerpo como imagen narcisista que observamos en la constitución del Yo. El parlêtre tiene la ilusión de tener un cuerpo unificado, vía la imagen del otro especular. Esta operación no es sin el pasaje por el Otro, sin el pasaje por el Ideal del Yo, vía la palabra. Cuando esta operación fracasa, de alguna manera, los sujetos quedan abrochados al Yo Ideal o demasiado embrollados con su cuerpo.[11]

En este sentido la imagen del cuerpo no queda en su totalidad fuera de lo real, porque la imagen y el organismo (cuerpo fragmentado) no están íntegramente identificados y puede ocurrir, que el parlêtre experimente el caos desde lo real del cuerpo alterando la imagen que tiene de sí[12]. Estos fenómenos del cuerpo no son exclusivos de la psicosis, como se puede comprobar diariamente en la experiencia analítica.

Al parecer el discurso científico intensifica aún más esta separación entre la imagen unificada y el organismo biológico. Marie-Hélène Brousse sostiene en una conferencia dada en el ICF de Granada que en otra época ciertos discursos como la tradición, la autoridad y la religión funcionaban como barrera a la angustia propia de las cuestiones relativas al cuerpo. Y dice que hoy "el avance del saber científico va con el avance de la angustia. Lo veo como la consecuencia de esta separación entre imagen […] y del otro lado el desvelamiento de un cuerpo orgánico sin que sea tapado por una imagen única".[13] Vemos como efecto la producción de un saber sin límite que el cientificismo tiene en su horizonte. Brousse argumenta en la misma conferencia que cuanto más conocimiento se produce, menos ideales se sostienen. Lo que genera "una decadencia del Ideal del Yo y un desarrollo del Yo ideal"[14]. Como se dijo anteriormente, cuando se evidencia una falla a nivel de estas instancias inevitablemente los sujetos contemporáneos se mantendrán ligados al Yo ideal, en ruptura con el Otro y sujetados a la imagen narcisista.

Lacan dice en el Seminario 20 que "No hay relación sexual porque el goce del Otro considerado como cuerpo es siempre inadecuado"[15], lo que implica que lo real es del orden de una imposibilidad. Dicha marca, la de la imposibilidad, está inseparablemente ligada al cuerpo y al goce. Solo contingentemente el Otro puede ser un medio de goce para el parlêtre, es lo que se denomina partenaire-síntoma. "El síntoma del parlêtre involucra un modo de gozar del cuerpo del Otro: cuerpo propio con su dimensión de alteridad, cuerpo del prójimo como un medio de goce del propio cuerpo, y esto determina la relación con el partenaire-síntoma".[16]

De este modo, la relación sexual, no cesa de no inscribirse. Pienso que es en esta dirección desde donde opera el discurso de la ciencia, pretendiendo reducir la imposibilidad estructural que impone el lenguaje, a través de la nomenclatura biológica.

La apuesta desde el psicoanálisis deberá ir por la vía del analista como partenaire-síntoma del analizante, en tanto aloja no sólo a su decir sino también a su cuerpo.

Di a entender anteriormente que no se trata de hacer un juicio de valor sobre lo que estaría bien o mal acerca de las prácticas sobre el propio cuerpo, sino de aventurarnos en una reflexión que contemple el caso por caso y que dé lugar a las posiciones de los sujetos actuales en el discurso contemporáneo. Quisiera cerrar con una cita de Lacan, muy pertinente para la ocasión, que apunta a conmover algo en lo tocante al cuerpo y su utilización: "Tuyo es tu cuerpo. La cuestión está en saber si, por el hecho de la ignorancia en la cual es mantenido ese cuerpo por el sujeto de la ciencia, habrá derecho luego a ese cuerpo, hacerlo pedazos para el intercambio".[17]

 
Notas
  1. Galeano, E., Los Hijos De Los Días, Siglo XXI editores, Bs. As., 2012.
  2. Foucault, M., "Los cuerpos dóciles" en Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Bs. As., 2002, p. 140
  3. Ibíd.
  4. Miller, J–A., "Una fantasía", Comandatuba, 2004.
  5. Vallejo, Ana., "Las huellas de la ciencia en el sujeto psicoanalítico" en Revista Consecuencias n° 10
  6. Brousse, M.H., Conferencia sobre "Cuerpos Lacacanianos" en Granada. www.icf-granada.net
  7. Laurent, E., "Hablar con el propio síntoma, hablar con el propio cuerpo" en http://www.enapol.com/
  8. Lacan, J., El Seminario 20. Aún , Paidós, Bs. As., 2009, p.32
  9. Lacan, J., El Seminario 23. El sinthome, Paidós, Bs. As., 2009, p.147
  10. Desarrollado por Greta Stecher en "Destetarse del sentido. Resonancias en el cuerpo" en Revista Consecuencias, edición nº 10.
  11. Miller, J–A. y otros, Embrollos del cuerpo, Paidós, Bs. As., 2012.
  12. Brousse, M.H., Conferencia sobre "Cuerpos Lacanianos", Op.Cit.
  13. Ibíd.
  14. Ibíd.
  15. Lacan, J., El Seminario 20. Aún , Op.Cit, p.174
  16. Tendlarz, S., "Las mujeres y el amor, entre semblante y sinthome", en http://wapol.org/fr/articulos
  17. Lacan, J., Discurso de clausura de las Jornadas sobre las psicosis en el niño, París, 1967.
 
 
Kilak | Diseño & Web
2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA