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Consecuencias
 
Edición N° 28
 
Diciembre 2023 | #28 | Índice
 
La construcción del caso: De las ficciones a la logificación
Por Blanca Musachi [1]
 
Blanca Musachi

"Con frecuencia hay relatos y con muy poca frecuencia hay escritura.
Quizá sólo haya un poema, y además para intentar..."
Marguerite Duras
Escribir[2].

Introducción

Es preciso que el psicoanalista sea al menos dos: aquel del acto y aquel que lo teoriza, que es el clínico que reflexiona sobre su práctica e intenta responder por lo que hace. Esta orientación de Lacan del seminario 22 RSI [3], nos dice que la clínica psicoanalítica no se confunde con la experiencia del análisis, y no basta con la eficacia del psicoanálisis para distanciarlo de la magia y de los esoterismos. Es preciso dar razones de esa eficacia, formalizar. Formalizar advertidos de los riesgos de la "formalización", como dice el psicoanalista argentino F. Schejtman. Estamos de acuerdo con él que la salida no es sino el amor…de transferencia, más precisamente situado en la transferencia de trabajo antes que en el trabajo de la transferencia[4].

El caso clínico en cuestión? Por qué construír un caso?

En El caso, del malestar a la mentira[5], Laurent dice que colocar en cuestión el caso clínico no es algo continuo a lo largo de la historia del psicoanálisis. Es algo que sucede de tanto en tanto. Lo que él llama "crisis del relato de caso en psicoanálisis," tiene que ver con el hecho de que no se sepa muy bien cómo redactarlo, es la variedad del modo de narrativa admitida, que designa un malestar; y este hecho parece organizarse alrededor de un cierto número de falsas opciones y falsos dilemas. Cita por ejemplo, lo cualitativo contra lo cuantitativo, la viñeta contra el caso desarrollado y la monografía exhaustiva, etc.

La construcción del caso en la orientación lacaniana implica una exigencia ética, la exigencia del bien-decir. Nombrar el caso es un ejercicio del bien–decir, y Laurent nos enseña que ese bien–decir es uno de los nombres de la lógica de la experiencia analítica. Orienta el decir del analizante, su transferencia, y el decir interpretativo del analista. Por ejemplo: la Aimée de Lacan. Qué nombra? La posición erotómana de la mujer en cuestión.

La logificación no impide que existan narraciones. Lo que es importante es que las narraciones, o también podemos decir ficciones, no se pierdan en las descripciones, en la abundancia de informaciones que disfrazan o eluden lo real en juego.

Siguiendo la enseñanza de Lacan será necesario acentuar el aspecto lógico de la experiencia analítica. Una logificación de la experiencia respecto de la descripción, de la narración del caso. Es una propuesta de avance que se contrapone a la fenomenología de la experiencia en lo que ésta representa de evidencia. Se trata de mostrar en cada caso cómo se construyen la experiencia y su estructura. Si el caso debe remitirse a la estructura, dice Miller, es porque es la condición para que sea un paradigma.

En el apartado El caso y el paradigma, del "capítulo XX" del curso Extimidad, Miller dice: "en la medida en que interesa al caso se puede entender esta estructura por lo menos de tres maneras"[6]; que sólo mencionaré para retomarlo más adelante:

  1. El caso concierne a la estructura como estructura clínica.
  2. El caso concierne a la estructura del discurso analítico.
  3. El caso concierne a la estructura tomada absolutamente que se escribe S(Ⱥ).

En relación a las ficciones en la experiencia analítica: son necesarias e ineludibles. Es todo aquello que es del orden de lo simbólico, tiene efectos sobre el cuerpo vivo. Pero es preciso, como propone J.–A. Miller, distinguir entre las ficciones y lo que existe. De cierto modo estamos obligados a hablar de ellas como si existiesen, en el sentido de que tienen efectos sobre el cuerpo vivo, como ya se señalará. Pero para poder seguir el camino de la logificación es preciso que las ficciones en la experiencia de la construcción del caso, como enseña Miller, den cuenta de la estructura. En el capítulo "Las ficciones del Otro y del objeto a" del curso Extimidad[7], Miller desarrolla la importancia de las ficciones partiendo de la distinción entre esencia y existencia. Lo que es y lo que existe. Y dirá que al contrario de lo que se puede intuir, la existencia precede a la esencia. Por ejemplo, el Otro no existe, lo que significa en primer lugar que no goza. Es una primera definición de la existencia, y es a partir del goce. El Otro no existe, pero es necesario que sea, que tome consistencia en la transferencia para poder hacer la experiencia analítica. Una de las formas que toma esa consistencia del Otro desde el principio es la del SSS.

En la construcción del caso es preciso situar cuál es el Otro para el analizante, cómo consiste, y cual lugar de ese Otro en la transferencia.

Así también será preciso situar el lugar del objeto, que Miller también considera como una ficción puesto que ya es una elaboración de lo real, no es lo real, es un semblante, pero cuya consistencia lógica es preciso considerar, pues es un semblante que se inscribe en el camino que va de lo simbólico a lo real.

Del abismo de lo singular al caso como paradigma.

El caso es lo que cae, y en primer lugar es lo que cae de las clasificaciones diagnósticas. Lo que no se parece a nada, lo que ex–siste al parecido, es lo fuera de lo común, incomparable; podemos decir también, lo inclasificable. Cuando Miller en su curso Sutilezas analíticas, aborda el tema de la singularidad, precisa que "en lógica -aunque no es muy utilizado- la singularidad pertenece a la teoría del juicio y precisamente en el momento de la cantidad. La cantidad de juicios se distribuyen en tres registros: lo singular, lo particular y lo universal".[8].

En una intervención de 1975, publicada en castellano en la Revista Lacaniana 32 bajo el título "Sólo vale la pena sudar por lo singular", Lacan dice que la función de la lógica es lo único por medio de lo cual hay un acceso a lo real. Es preciso decir que la lógica a la que se refiere aquí es la que trabaja a partir de los nudos. Respecto a la regla fundamental del análisis destaca lo que no debe ser omitido: la singularidad. Seguidamente hace referencia a Aristóteles, para quien solo existe lo particular y dirá que lo singular es algo muy distinto de lo particular. Cómo define Lacan lo particular: "Lo particular se define mediante cierta forma del nudo…La particularidad se define, en todos los niveles, mediante el universal…Y el síntoma es la particularidad, en la medida en que nos hace, a cada uno de nosotros, un signo diferente acerca de la relación que tenemos, en calidad de parlêtres, con lo real."[9] Pero, continúa Lacan más adelante, que aunque aquel que recibimos, en el contexto de la regla fundamental no nos hable más que de su síntoma, de su particularidad, lo único que vale es, no lo particular sino lo singular, y que hay que sudar un poco por ello, es decir que vale la pena "vagar por toda una serie de particulares para que algo de lo singular no sea omitido."[10] Vale la pena que surja, dice Lacan, y eso no ocurre más que por un feliz azar, un azar que no obstante tiene sus reglas. Hay entonces una manera de hacer captar lo singular precisamente a través de ese particular al que equivale el término síntoma. Finaliza esa intervención diciendo que "El análisis es algo que nos indica que no hay otra cosa que el nudo del síntoma, y es evidente que hay que sudar bastante para lograr asirlo, aislarlo"[11] y eso es lo que se le ofrece al sujeto como singular, un producto de esa exudación, que es del orden del encuentro, que nunca es un verdadero encuentro, es decir que es siempre fallido en relación a lo real. Considero importante decir que el singular en la experiencia analítica no se construye, es del orden del encuentro, que por contingencia se puede atrapar, como dice Lacan, errando de particular en particular, pero no es sin sudar en un trabajo de elaboración con el analista.

Cuando Miller aborda lo que llama lo singular como tal, en el capítulo 6 del curso Sutilezas analíticas, dice que es como tal, lo incomparable, no es el ejemplo. Cuando se trata de lo singular, nos dice siguiendo a Lacan, falla el matema, e invita, en la práctica analítica a manterse en el instante de ver. Es decir, que es lo que escapa al concepto, a lo que procede por la sucesión de razones. Y aquí es muy importante lo que se destaca en psicoanálisis como la presencia del analista, la encarnación de la presencia, para hacer valer el efecto de encuentro, que es instantáneo. Es algo muy difícil de sostener, dice Miller, por eso siempre los analistas se refugian en lo particular. El discurso analítico confronta al analista con el abismo de lo singular. Y aquí se recuerda la indicación de Freud de recibir siempre a quien nos consulta como si fuera siempre algo nuevo, como si nada se supiera a partir de los otros casos, dejando en suspenso todo saber previo. Con Lacan se va aún más allá, se trata de suspender el saber inclusive cada sesión, olvidando inclusive la sesión precedente, para hacer valer lo único, lo incomparable de cada encuentro. Esa es una ruptura con el sentido común -que está del lado inconciente que descrifra- llevada al extremo, y que se torna una orientación lacaniana fundamental: la orientación hacia lo singular.

Para continuar la consideración de la logificación del caso clínico, es preciso decir algo de la importancia de lo que Lacan llamó elevar el caso al paradigma.

Como ya fue señalado, lo singular no es el ejemplo. Puede ser el paradigma. Es el caso–faro, caso referencia.

En el citado cap. XX del curso Extimidad, encontramos que elevar el caso al paradigma es exhibir la estructura en el caso, como dijimos al principio. Y qué es lo que constituye el valor propio del paradigma?: presentar un caso particular del cual se puedan extraer consecuencias que valen para lo general, para el género...que es preciso llamar no sólo género, sino estructura. Finaliza el capítulo diciendo: "Si la lógica es para Lacan un paradigma, es un paradigma más profundo que la linguística, por cuanto la lógica no toma en cuenta los efectos de significado, trata con el significante puro, el significante que no significa nada y por eso vuelve tanto más puro el efecto de sujeto. La lógica permite distinguir mejor entre los efectos de significado y el efecto de sujeto,..."[12] que lo podríamos entender como la diferencia entre enunciado y enunciación.

Lacan en su tesis sobre el caso Aimée orienta su investigación de la psicosis en el caso, como nos lo recuerda Elena Levy Yeyati en su texto de Lacan Hispano. Allí dice que Lacan eleva el caso al paradigma y deriva comparaciones con otros casos en un movimiento que va de lo particular a lo particular y citando a Lacan, que en psiquiatría el caso único no existe: "El caso único no existe, y estamos convencidos que, en psiquiatría particularmente, todo estudio en profundidad, si está apoyado en una información suficiente, tiene su alcance logrado equivalente en extensión"[13]. Aquí me parece interesante diferenciar el caso único, que no existe, del caso elevado al paradigma, que puede tener un alcance amplio, que puede servir como faro, como referencia en la lectura de otros casos. Lacan también dirá, en relación a los diagnósticos heredados de las clasificaciones psiquiátricas del siglo XIX, que no son sino ficciones orientadoras. Pero lo central en la tesis de Lacan es lo que enseña el caso mismo a partir de la investigación de un signo real en la psicosis, y podemos decir también, en la estructura.

En el citado texto El caso, del malestar a la mentira, Laurent afirma que, a medida que Lacan logifica el inconsciente, hace bascular el relato del caso psicoanalítico en dirección a la envoltura formal del síntoma concebida como una suerte de matriz lógica. También es la posición de Miller en su texto Leer un síntoma[14].

Siguiendo el texto de Laurent, vemos que en la lectura que Lacan hace de los casos de Freud, "eleva el caso al paradigma, al rango de el ejemplo que muestra las propiedades formales (…) de las manifestaciones del inconsciente freudiano". Así el paradigma hace surgir la estructura e indica tanto el lugar del síntoma en una clase, como los elementos de sustancialidad, de goce, en la vida de un sujeto, que se repiten y que se revelan en la lectura del caso.

Es importante destacar la operación de lectura, que como podemos ver también en la enseñanza de Lacan, no es sin la escritura.

El analista no es apenas alguien que escucha, es quien lee lo que está escrito por detrás de las palabras, más allá del sentido que se escucha. Es en esa lógica de su enseñanza que Lacan irá a desarrollar la importancia del concepto de lalengua y de la letra. Es también en esa lógica en la cual el analista es alguien que lee lo que está escrito, que Miller irá a hablar del analista como editor. Editor de un texto escrito[15].

Si interesa la promoción de lo escrito en la enseñanza de Lacan, es para situar la función de la escritura a partir de la lectura de un decir. Es lo que encontramos en el curso de Miller, Iluminaciones Profanas, clase 1: la referencia a la escritura es útil para captar lo que Lacan quería decir cuando escribió que "La esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabras", que no quiere decir un discurso mudo, un discurso secreto, "sino que tenemos que entender que se trata de una orientación hacia un discurso reducido a una escritura. La lógica, el establecimiento de una lógica pasa siempre por una reducción del material."[16] O sea que cuando Lacan evoca un discurso sin palabras, se refiere a la importancia de la escritura, a lo que en el discurso analítico se puede escribir. Lo que se puede formalizar, matematizar. Es lo que Lacan más adelante, en RSI, desarrollará con los nudos, la lógica nodal. Dirá que el nudo borromeo es una escritura que se soporta de un real, y es de la experiencia analítica que el nudo borromeo da cuenta, y es en eso que está su valor[17].

También es importante destacar, que si bien la lectura le permite al analista formalizar un caso, como bien dice Laurent, la formalización no es el todo del caso. Cito: "La puesta al día de la envoltura formal no es el todo del caso. Un caso es un caso si testimonia, y lo hace de la incidencia lógica de un decir en el dispositivo de la cura, y de su orientación hacia el tratamiento de un problema real, de un problema libidinal, de un problema de goce. Si observamos esta gravitación de la lógica significante en el campo del goce, entonces podremos hablar del caso en el sentido en que reencontramos el casus latino, lo que cae, contingencia inoportuna, o el Einfall freudiano que recubre la misma zona semántica."[18]

De lo imposible a la poética del caso.

Vimos que el caso es lo que cae, y en primer lugar es lo que cae de las clasificaciones diagnósticas. Lo que no se parece a nada, lo incomparable, donde falla el matema ya que no todo se puede formalizar.

Por eso podemos decir con Lacan, que se trata de una lógica del No–todo que se puede escribir S(Ⱥ) y que Miller llama de "la estructura considerada absolutamente", que incluye lo que es nombrable en el campo del lenguaje, y lo que es innombrable en el campo del goce. Se mantiene así un núcleo imposible en el corazón de cada caso, una hiancia imposible de superar, imposible de suturar entre saber y goce, donde podrá tener lugar lo que se llama la poética. La del analista y la del analizante. Cito una vez más, a Laurent: "La envoltura formal del caso no es separable de su poética. La palabra designa a la vez el efecto de creación obtenido por la formalización del síntoma, tanto del lado del analizante como del lado del psicoanalista. La poética en el discurso psicoanalítico viene al lugar de la pragmática en el discurso del amo. Este discurso reconoce el acto de lenguaje, pero intenta reducirlo a la relación con el significante amo. La poética psicoanalítica supone un acto de lenguaje que desplaza, disloca, el significante amo. Es una poética que sobrepasa al analista y al analizante"[19]. Pienso que la poética resultante, efecto de creación, un efecto de sentido nuevo, se puede considerar una ganancia de saber al tiempo que no puede más que circunscribir un pedazo de real del caso, que mantendrá necesariamente lo imposible de decir del goce singular.

Para finalizar, me parece interesante traer algo que Laurent destaca como el uso fecundo de la lógica[20], diciendo que No hay que engañarse con respecto a la función de la lógica en la enseñanza de Lacan. Que acude a la lógica contra el logicismo, contra cualquier proyecto que busca evitar la división que introduce en el pensamiento el goce como tal, que siempre está en una posición de rechazo del pensamiento. Nos enseña que el uso que le da Lacan a la lógica es fecundo cuando engendra paradojas, pero sin complacerse con una supuesta impotencia del pensamiento.

De una manera bien simple y no menos rigurosa, refiriéndose al lógico francés Jean–Yves Girard, comentador del teorema de Gödel, dirá que la ventaja de la lógica contemporánea es que le enseña a la gente a descubrir nuevas soluciones, es decir que se puede dedicar a pensar en otra cosa mucho más fructífera que en tratar de ser completo. Con Lacan enseña que se puede ver como, el encuentro uno por uno, con las formas del goce define la manera de vivir como un hombre o como una mujer, sin juicios universales, sin saber qué cosa es La mujer, sin pensar en el encuentro con el hombre ideal.

 
Notas
  1. Psicoanalista en São Paulo, Brasil, Miembro de la EBP y AMP.
  2. Durás, M.: Escribir, Tusquets editors, Buenos Aires, 2010.
  3. Lacan, J., "Clase del 10-12-74", en El Seminario, Libro 22, RSI, inédito.
  4. Schejtman, F., "Capítulo X", en Sinthome: Ensayos de clínica psicoanalítica nodal, Grama, Buenos Aires, 2013, p. 159-174.
  5. Laurent, E., El caso, del malestar a la mentira. psicoanalisislacaniano.blogspot.com › 2007 › 05El Caso, del Malestar a la Mentira, Eric Laurent - Blogger
  6. Miller: J-A, Capítulo XX: "El Psicoanálisis y La Teoría de los conjuntos", Extimidad, Paidós, Buenos Aires, 2010, p.354.
  7. Íbid, p. 335.
  8. Miller, J.-A., Capítulo VI: "Singularidad", Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 100.
  9. Lacan, J., "Sólo vale la pena sudar por lo singular", en Revista Lacaniana Nro.32; EOL, 2022
  10. Íbid
  11. Íbid
  12. Op. Cit, Miller, J.-A., Extimidad, p. 367.
  13. Levy Yeyati, E.: "Jacques Lacan y la investigación del caso en la psicosis", Lacan hispano; Grama, Buenos Aires, 2021.
  14. elp.org.es › leer-un-sintoma-jacques-alainLeer un síntoma. Jacques-Alain Miller (París) - ESCUELA ...
  15. Op. Cit., Miller, J.-A., Sutilezas analíticas, p. 133.
  16. Miller, J.-A., "Iluminaciones Profanas", en El objeto a en la experiencia analítica, EOL-Grama, Buenos Aires, 2022.
  17. Lacan, J., "Clase del 17-12-1974", en El seminario, Libro 22, RSI, inédito.
  18. Laurent, E., El caso, del malestar a la mentira. psicoanalisislacaniano.blogspot.com › 2007 › 05El Caso, del Malestar a la Mentira, Eric Laurent - Blogger
  19. Laurent, E., "La poética del caso lacaniano. El psicoanalista memorioso y la prisa", en Incidencias memorables en la cura analítica, X jornadas anuales de la EOL, Paidós, Buenos Aires, 2002.
  20. Op. Cit., Laurent, E., "El uso fecundo de la lógica".
 
Bibliografía
  • Durás, M.: Escribir, Tusquets editors, Buenos Aires, 2010.
  • Lacan, J., El Seminario, Libro 22, RSI, inédito.
  • Schejtman, F., Sinthome: Ensayos de clínica psicoanalítica nodal, Grama, Buenos Aires, 2013.
  • Laurent, E., El caso, del malestar a la mentira. psicoanalisislacaniano.blogspot.com › 2007 › 05El Caso, del Malestar a la Mentira, Eric Laurent - Blogger
  • Miller, J.-A., Extimidad, Paidós, Buenos Aires, 2010.
  • Miller, J.-A., Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011.
  • Levy Yeyati, E., Lacan hispano; Grama, Buenos Aires, 2021.
  • Miller, J.-A., Laurent, E., El objeto a en la experiencia analítica, EOL-Grama, Buenos Aires, 2022.
  • Laurent, E. y otros, Incidencias memorables en la cura analítica, X jornadas anuales de la EOL, Paidós, Buenos Aires, 2002.
 
 
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