"Deberíamos escribir esto con mayúscula:
HAY QUE CERRAR LOS OJOS AL DESEO.
Ver todo mata el deseo"[1].

En los últimos meses han aparecido algunas noticias periodísticas sobre bullying, hay que decir que las notas sobre bullying no son lo novedoso, ya que hace tiempo que aparecen en los diarios y revistas. Lo novedoso son algunas respuestas que empezaron a aparecer por parte de las familias de esos niños y niñas que sufren de bullying.

Ya que familiares de estos niños y niñas empezaron a subir a las redes videos donde estos menores contaban su padecimiento. Y esos videos luego, se viralizan.

Quiero trabajar dos artículos que están en relación a esto. Del primero el título es: Dios, llevame al cielo, el desgarrador pedido de una nena de 5 años víctima de bullying en una escuela de Mendoza¨.[2]

La nota cuenta el padecimiento de una nena que, tal como el título indica, le hacían bullying en la escuela. Su madre, al no recibir respuesta desde las autoridades del colegio, graba un video donde la niña cuenta lo que le dicen sus compañeros, o sea, el maltrato que recibía. Y luego, una de las tías de esta niña sube el video a las redes. El efecto de esto es que este video se vuelve viral.

El título de la segunda nota es: No aguanto más: el calvario de un nene de 11 años al que le hacen bullying por su peso."[3]

El artículo del diario también cuenta cómo la familia de este niño, al no recibir respuesta desde el colegio, graba un video del menor contando lo que le sucedía. En ese video, que es terrible en varios sentidos, aparece el niño contando que le pegan en la cara y en otras partes de su cuerpo, y que está muy cansado, que no aguanta más, que se quiere morir. En este caso es la madre quien sube el video a las redes y se viraliza.

A partir de esto se pueden pensar varias cuestiones:

La primera, es el pedido de muerte que aparece tanto en este niño como en esta niña. Esto muestra el sufrimiento que produce el bullying, ya que si bien son niños y niñas pequeños aparece el sentimiento de no querer vivir más.

Además, lo que aparece en las notas es la no respuesta por parte de las autoridades de las distintas escuelas, algo que agrava la situación. Entonces, podemos pensar, que con estos videos subidos a las redes hay un llamado al Otro por parte de estos padres y madres. Pero estamos en la época en la que el Otro no existe[4]. El otro al que apelan es el otro de las redes sociales, el Otro mediático. Es un Otro dónde esos videos sirven para el morbo y el espectáculo, ya que la intimidad de estos menores queda expuesta con estos videos. Se puede pensar también una violencia en eso, ya que quedan como objetos a ser vistos por los otros. Apelar a los otros de las redes sociales redobla la violencia en juego, dejando cada vez más, a estos menores en el lugar de objeto.

Asimismo, hay que decir que los videos subidos, no se pierden, no se borran. Pueden pasar muchos años, este niño y niña crecer, tener 40, 50 años y los videos van a seguir ahí listos para ser reproducidos por los ojos voraces de cualquier espectador.

El psicoanalista español José Ramón Ubieto se pregunta en una nota que salió en el diario La vanguardia, ¨ ¿nuestros hijos, nuestros objetos?.[5] Ubieto responde: ¨Son, en primer lugar, objetos de deseo, (…) luego devienen objeto de cuidado, por su fragilidad inicial.¨ El autor agrega algo fundamental, y es el hecho de que los hijos no son nuestros objetos sino sujetos de pleno derecho[6]. Me parece interesante esta pregunta que se hace Ubieto, ya que vemos como hoy en día, los hijos, también, pueden devenir objetos a ser exhibidos.

Por esto también es importante, y esto es algo que hemos desarrollado desde la Fundación Consecuencias[7], el trabajar no solo con los niños y niñas que sufren bullying, sino también con los padres y los educadores; con esos Otros importantes para que se pueda alojar y soportar lo que esos menores tengan para decir, ya que es solamente a través de la palabra del propio sujeto en cuestión que será posible una salida. Para esto es necesario que se preserve un lugar de intimidad ya que la apuesta desde el psicoanálisis es que el niño, niña pueda hablar de lo que le pasa, que pueda tomar posición frente a eso que le sucede, que no quede, justamente, como pura víctima, puro objeto.

En este punto quiero tomar el interesante caso de Morena, una adolescente de la cual también se han viralizado varios videos. El primero, fue un video subido por ella misma para un desafío de preguntas y repuestas de TikTok. Luego de subirlo a la plataforma, ese video se viraliza. El efecto de esto es que le enviaron mensajes de ¨odio, críticas y burlas¨[8].

En una nota que dio la adolescente, refiere que ella había sufrido de bullying en la escuela, dice: "Me metían azúcar en la mochila, me insultaban, me dejaban de lado y me hacían un montón de cosas¨. Sigue la nota: ¨Después de sufrir bullying, (...) decidió transformar ese dolor en arte y junto a su compañero Kiyán López lanzó una canción que fue y es furor en las redes sociales¨[9].

Por tanto, luego de ese primer video en Tik Tok, lanza un segundo video con una canción de su artista favorita, María Becerra: ¨En dos meses el mencionado posteo acumuló más de 750 mil reproducciones, 15 mil 'me gusta', 380 comentarios y fue compartido más de 2 mil veces. ¨Este fue mi primer tema subido, el que me alentó a salir de todo lo malo", escribió ella en esa publicación.

Esta adolescente tomó posición frente a eso que le sucedía. A partir de esto podemos decir que no es lo mismo el quedar enredado en las redes sociales que el hacer un uso de ellas.

Hay que subrayar que la diferencia entre este caso y el de los menores mencionados cuyos videos también se virilizaron, es que los menores no eligieron subir dichos videos, mientras que en el caso de Morena fue ella misma quien realizó y subió los diferentes videos. Desde el psicoanálisis sabemos que esta diferencia es fundamental. Morena inventó una respuesta a partir de transformar ese dolor en arte. En un análisis se trata de que el niño, niña pueda inventar una respuesta posible, singular, que lo ponga a distancia de ese lugar de puro objeto de desecho.