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Consecuencias
 
Edición N° 28
 
Diciembre 2023 | #28 | Índice
 
Sudar por lo singular: ética, clínica y política [1]
Por Juan Mitre
 
Juan Mitre

Lacan señala en 1978 en Vincennes que el discurso analítico "no tiene nada de universal"[2]. Subrayemos que se trata del discurso.

Compete a este punto aquello que recientemente recordaba Miller en la presentación de El Nacimiento del Campo freudiano[3]: la enunciación no es colectiva. La enunciación es singular. Los enunciados pueden ser colectivos, pero no la enunciación.

Universal, particular, singular

Como sabemos, lo universal remite a "todos". Al respecto, "todo el mundo es loco" es un sintagma que remite a lo universal.

Por su parte, lo particular refiere a aquello que se comparte con "algunos", allí tenemos las clasificaciones, las diferentes estructuras clínicas, la particularidad del síntoma obsesivo o histérico.

En cambio, lo singular, es sin extensión. Remite a lo que alguien tiene de incomparable y de imposible de agrupar. Aquello que no se parece a nada, ni a nadie, y que marca una distancia con cualquier comunidad. Implica un fuera de clasificación. En este punto, lo singular es una categoría lógica en los límites de la lógica. Lo singular ex–siste al parecido[4]. No es el ejemplo, pero sí puede ser el paradigma: la singularidad de un caso tomado como incomparable.[5] Al respecto, un caso es lo que cae, fuera de los sistemas y fuera del matema. Su virtud, justamente, es no parecerse a nada.

Una alocución de Lacan: Solo vale la pena sudar por lo singular

Ahora sí, vamos al texto propuesto para esta noche, a esta alocución titulada "Solo vale la pena sudar por lo singular", que es una intervención de Lacan luego de una exposición de André Albert sobre la regla fundamental[6], publicada ahora en la Lacaniana 32 y traducida por Gerardo Arenas.

1: De entrada, plantea Lacan que la regla fundamental consiste en decirle a una persona que viene a demandarnos que "es necesario romperse un poco el lomo para hacer algo juntos"[7]. Quisiera resaltar ese "hacer algo juntos". Se trata aquí de transformarse en partenaire de quien consulta, pero el trabajo corre por cuenta del analizante. Asociación libre–atención flotante –interpretación, un nombre (asimétrico) de ese "hacer algo juntos". Otra forma de plantearlo: transferencia y deseo del analista. Dos conceptos que están entrelazados, por más que uno intervenga sobre el otro (el deseo del analista sobre la transferencia).

2: La regla fundamental se sostiene en acto. Se trata de enunciarla, y también, de sostenerla en acto: "¿Qué se le ocurre?" "¿Con qué relaciona eso?" "¿en qué se quedó pensando?" "¿qué le viene a la cabeza?"; o como leí que preguntaba Lacan: "¿cómo conecta eso?"[8].

"La regla fundamental perturba el principio de placer"[9], plantea aquí Lacan. Este perturbar propio de la regla fundamental, me interesó especialmente, ya que nos sitúa en una dimensión generalizada del perturbar. Entonces, la regla fundamental, de por sí, perturba. Y es necesario un esfuerzo y un consentimiento a ella. Cada vez. "Te pido el análisis que rechazo", dice Miller que está en juego en cada demanda de análisis. Esto lo dice en La experiencia de lo real…[10] Entonces, no es sin esfuerzo, no es sin cierto franqueamiento.

3: Vale la pena. El "vale la pena" quiere decir que hay que sudar un poco por ello. Como señala en esta alocución Lacan, hay que vagar a través de toda una serie de particulares para que algo singular no sea omitido[11]. Entonces, es necesario el paso, el cruce, por lo particular, por toda una serie de particulares. Retomo este punto al final, porque es también -considero- un punto político, en torno al lugar que tiene lo particular en lo contemporáneo… su empuje, su promoción.

4: Un feliz azar. Cito: "Lo singular (…) vale la pena que surja, y eso no ocurre más que por un feliz azar"[12] (…) El psicoanálisis es la búsqueda de ese feliz azar (…) que no siempre es lo que se denomina una felicidad.

Un caso: un joven tomado por la pérdida de un amigo decide consultar en un momento crítico. Se engancha y consiente al dispositivo. Una sesión, luego de contar un sueño donde cae de un edificio abrazado al amigo, se le pide que asocie, y entre otras cosas, de pronto dice: "tuve la suerte de conocerlo…". Se sorprende al decirlo, y agrega no sin cierta conmoción: qué extraño que dije que "tuve la suerte", yo que siempre me consideré con la peor suerte del mundo… que lo mío era un destino de mala suerte. En ese punto se puede situar la suerte como contingencia. Y entonces, ya no solo es la adherencia al objeto perdido y la idea de destino sino que se sitúa la contingencia, la tyché… la buena y la mala… Un agujero.

Vuelvo al texto.

5: Leo el final: "El análisis es algo que nos indica que no hay otra cosa que el nudo del síntoma, y es evidente que hay que sudar bastante para lograr asirlo, aislarlo. Hay que sudar tanto que incluso es posible hacerse un nombre (…) En ciertos casos, eso culmina en lo mejor que puede hacerse: una obra de arte"[13].

Pero Lacan aclara: "nuestra intención no es esa, no es en absoluto llevar a alguien a hacerse un nombre ni una obra de arte. Es más bien algo que consiste en incitarlo a pasar por el buen agujero de lo que a él se le ofrece como singular"[14].

Pasar por el buen agujero de lo singular implica confrontarse a lo incurable. A lo que no cambia, a aquello que no desaparece; y que hace al modo singular de goce.

Así termina esta alocución de Lacan. Desde mi punto de vista, cuando dice "nuestra intención", y cuando se refiere a "incitarlo a pasar" está aludiendo al deseo del analista. Por lo tanto, podemos decir que el deseo del analista es un deseo de incitar a pasar por el buen agujero.

Deseo del analista y trabajo. Causar, incita a ese sudar, a ese romperse el lomo necesario para asir lo singular. Eso que se le ofrece a alguien como singular. Subrayemos eso que se le ofrece a alguien. Hay allí una elección en juego, pero no hay demasiada libertad, siempre es en torno a ciertas marcas irreductibles.

6. Agujero es un nombre de lo real. Agujero de lo simbólico, como lo no interpretable. Y agujero ligado a lo real pulsional. Pasar por el buen agujero que a cada uno se le ofrece como singular implica un punto de soledad radical, de distancia con las identificaciones. Y allí se juega el paso de analizante a analista. Por eso no se trata de hacerse un nombre ni de buscar una obra de arte. Se vincula con aquello que Lacan plantea en la Nota italiana[15]: pudo haber habido análisis pero no analista. E implica un tope. En ese tope, ya no se descifra. El paso por el buen agujero es entrar en la zona donde ya no se descifra.

Contrapunto: un fin chato

Joyce el síntoma es un texto contemporáneo de Sudar por lo singular. Ambos del mes de junio de 1975. Allí plantea Lacan en torno a Joyce: "lo extraordinario es que (…) lo consiguiera (…) sin el recurso de la experiencia del análisis (lo que tal vez lo hubiera embaucado con algún fin chato)"[16]. Creo que aquí podemos plantear cierto contrapunto, en torno a lo que plantea en Sudar por lo singular, cuando dice que el fin de un análisis no es hacerse un nombre, ni una obra de arte, con esto que dice en Joyce el síntoma: que un análisis puede embaucar con un fin chato a… un artista.

Recordé al respecto un caso -presentado en las conversaciones clínicas en Barcelona que luego se publicaron como Efectos terapéuticos rápidos- titulado "Las bellas artes", se trata del caso de una mujer que luego de veinte sesiones desaparece, tiene una mejoría y se va. En la conversación, se plantea que hay un efecto terapéutico pero que la cosa no está solucionada, que ella podría ir más allá pero elige marchar. Y Miller (me parece que para sorpresa de muchos) dice que no lo ve así. Plantea que esa mujer ha transformado algo en sinthome, y que ya produce obras de arte. Y que tal vez, ya con sus identificaciones sea una artista. Quizás, dice, "es un fin más interesante que continuar un análisis varios ciclos, volverse analista, etc."[17]

Me interesó eso, los casos donde un análisis podría embaucar en un fin chato.

No como todo el mundo, o la cochinada

En los primeros capítulos de Sutilezas analíticas, Miller plantea al deseo como extranormativo, es decir, en el polo opuesto de cualquier norma. El discurso del amo quiere un como todo el mundo. En cambio, el psicoanálisis representa la desviación, el no como todo el mundo. Apunta aislar para cada uno su diferencia absoluta[18]. Y si tiene efectos terapéuticos, es en la medida en que reconoce la singularidad del deseo. Volvemos acá al deseo del analista: en tanto es el deseo de obtener lo más singular.

Pero este deseo de obtener la diferencia absoluta no se vincula con ninguna pureza. La diferencia nunca es pura. Al contrario, cito a Miller: "está enganchada a algo que Lacan no duda en llamar cochinada, esa que ustedes (…) rechazan, sobre la que no quieren saber nada"[19].

Otra vez, podemos conectar este punto con la Nota italiana, donde Lacan señala que el analista debe haber cernido la causa de su propio horror (aclara que se trata del suyo, del propio, de aquel horror que es diferente del de todos); que haya cernido su propio horror de saber.[20]

Una singularidad recubierta

En la página 92 de Sutilezas, Miller plantea que Joyce encarnó el sinthome donde el común de la gente lo borra[21]. Y que en general para vivir con los otros se ponen capas encima. Cito: "La singularidad del sinthome existe en cada uno pero está recubierta. Uno se empeña en encarnar algo muy distinto: su trama, su destino, la herencia de su familia, ideales…"[22]

Entonces, podemos decir que ese sudar implica atravesar aquello que recubre lo singular. Para aislar el nudo del síntoma, lo singular del goce. Lo singular de la satisfacción de cada uno y que se recorta de los particulares.

Lo particular y los racismos de hoy

Para concluir quisiera compartir dos puntos que me interesaron especialmente de una entrevista reciente a Marie-Hélène Brousse, titulada: Sur l'Un-dividualisme moderne. La pueden encontrar en Lacan TV[23].

Uno: Si oponemos el sujeto al individuo, el objeto causa de deseo no puede quedar separado de la cuestión del sujeto. El objeto a es lo que condiciona absolutamente al sujeto, y es lo que organiza lo singular y no lo particular. En la singularidad, hay en cada sujeto un modo dominante de tal o cual objeto. Eso no se borra nunca y ordena el eje sintomático de cada uno. Incluso, en situaciones límite, o cuando se pierden capacidades por la edad, se puede ver el eje sintomático definido por el objeto a dominante, y justamente eso, es lo que nos hace únicos.

Dos: La modernidad se interesa en lo particular, en los comunitarismos. Que -como sabemos- al articular un nosotros, una causa común, tienen su parte de racismo. Ahora bien, la importancia dada al particular por la época, su promoción, su empuje, activa un racismo de hermanos, una nueva forma de racismo, algo ya anticipado por Lacan en su momento.

Por eso, creo que la orientación por lo singular implica también una orientación política.

 
Notas
  1. Presentación en Noches abiertas de la EOL Alocuciones lacanianas. Lectura de "Solo vale la pena sudar por lo singular". Ciclo organizado por Ana Cecilia González y Karina Castro, 9 de agosto 2023.
  2. Lacan, J., "¡Lacan por Vincenns!", Revista Lacaniana de psicoanálisis N° 11, Publicación de la Escuela de la Orientación Lacaniana, Grama, Argentina, 2011, p.7.
  3. Presentación del libro El nacimiento del campo freudiano, EOL Lacan on line, YouTube, 10 de junio 2023. www.youtube.com › watch El nacimiento del Campo Freudiano - YouTube
  4. Miller, J.-A., Sutilezas analíticas, Paidós, Argentina, 2011, p. 97.
  5. Íbid, p. 101.
  6. Exposición de André Albert sobre El placer y la regla fundamental en las Jornadas de la École Freudienne de París, junio de 1975. www.psi.uba.ar › academica › carrerasdegradolacan-el placer y la regla fundamental
  7. Lacan, J., Op. Cit., p. 10.
  8. En el original: ¿comment est-ce que vous épinglez ca? Epingler significa sujetar con alfileres (N. del T.) en Jacques Lacan, calle de Lile N°5 de Jean-Guy Godin, Ediciones de la Flor, Argentina, 1992.
  9. Lacan, J., Op. Cit., p.11.
  10. Miller, J.-A., La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós, Argentina, 2008.
  11. Lacan, J., Op. Cit., p.11
  12. Íbid., p.11.
  13. Íbid., p.11
  14. Íbíd., p. 11
  15. Lacan, J., "Nota italiana", Otros escritos, Paidós, Bs. As., 2012, p.329.
  16. Lacan, J., "Joyce el síntoma", Otros escritos, Paidós, Bs. As., p. 597.
  17. Miller, J.-A. y otros, Efectos terapéuticos rápidos, Paidós, Barcelona, 2005, p. 104.
  18. Íbid., p.37.
  19. Íbid., p.40.
  20. Lacan, J., "Nota Italiana", Op. Cit., p. 329.
  21. Miller, J.-A., "Sutilezas analíticas", Op. Cit., p.92.
  22. Íbíd., p. 93.
  23. Brousse, M.-E., Sur l'Un-dividualisme moderne, Lacan TV, Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=e5cY_80FfME&t=2147s
 
Bibliografía
  • Lacan, J., "¡Lacan por Vincenns!", Revista Lacaniana de psicoanálisis N° 11, Publicación de la Escuela de la Orientación Lacaniana, Grama, Argentina, 2011.
  • Miller, J.-A., Sutilezas analíticas, Paidós, Argentina, 2011.
  • Godin, J.-G., Jacques Lacan, calle de Lile N°5, Ediciones de la Flor, Argentina, 1992.
  • Miller, J.-A., La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós, Argentina, 2008.
  • Lacan, J., "Nota italiana", Otros escritos, Paidós, Bs. As., 2012.
  • Lacan, J., "Joyce el síntoma", Otros escritos, Paidós, Bs. As.,2012.
  • Miller, J.-A. y otros, Efectos terapéuticos rápidos, Paidós, Barcelona, 2005.
 
 
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